viernes, 7 de octubre de 2016

Lecturas del día, viernes, 7 de octubre. Poema "Por el hecho de que uno te quiso ya una vez..." de Rainer Maria Rilke. Breve comentario


Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (3,7-14):

Comprended de una vez que hijos de Abrahán son los hombres de fe. Además, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia: «Por ti serán benditas todas las naciones.» Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán, el fiel. En cambio, los que se apoyan en la observancia de la ley tienen encima una maldición, porque dice la Escritura: «Maldito el que no cumple todo lo escrito en el libro de la ley.» Que en base a la ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque lo que está dicho es que «el justo vivirá por su fe», y la ley no arranca de la fe, sino que «el que la cumple vivirá por ella.» Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros un maldito, porque dice la Escritura: «Maldito todo el que cuelga de un árbol.» Esto sucedió para que, por medio de Jesucristo, la bendición de Abrahán alcanzase a los gentiles, y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 110,1-2.3-4.5-6

R/.
El Señor recuerda siempre su alianza

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R/.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R/.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,15-26):

En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: «Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí.” Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio.»

Palabra del Señor

Poema:
"Por el hecho de que uno te quiso ya una vez..." de Rainer Maria Rilke

Por el hecho de que uno te quiso ya una vez
yo sé bien que nosotros podríamos quererte.
Aun cuando rechazásemos todo lo que es profundo:
si un monte oro contiene
y nadie quiere ya desenterrarlo,
lo saca a luz del día la corriente
que socava el silencio de las piedras
en su pleno poder.

Aunque no lo queramos:
Dios madura.

"Daraus, dass Einer dich einmal gewollt hat..." 

Daraus, dass Einer dich einmal gewollt hat,
weiß ich, dass wir dich wollen dürfen.
Wenn wir auch alle Tiefen verwürfen:
wenn ein Gebirge Gold hat
und keiner mehr es ergraben mag,
trägt es einmal der Fluss zutag,
der in die Stille der Steine greift,
der vollen.

Auch wenn wir nicht wollen:
Gott reift. 

Breve comentario

Se puede desconocer las causas de algo, pero es más difícil ignorar la naturaleza buena o mala de sus efectos, sobre todo cuando éstos son evidentes. Si se obra el bien, la persona que actúa así nunca puede lograrlo con las fuerzas del mal. El bien sirve al bien; el mal, al mal. Ciertamente era muy difícil para los judíos y aun para los paganos de entonces concebir siquiera la posibilidad de un Dios encarnado, más aún si ocurre en la persona de un joven desconocido de familia humilde. Pero las evidencias de su actuación deberían imponerse. No es así muchas veces, como sabemos por experiencia propia. Ni siquiera Dios lo tuvo fácil para darse a conocer en la forma humana de su Hijo Jesucristo.

Aunque la formulación rilkeana es un tanto atrevida ("Dios madura"/"Gott reift"), lo cierto es que así parece. De hablar por medio de los profetas, y en apariciones ante ellos en forma de nubes, tormentas, llamas o voces de lo alto, la encarnación supone una reafirmación mucho más rotunda de su presencia en nuestras vidas y en la creación. Madura porque su compromiso se hace total con nuestro destino, inequívoco: Dios se hace hombre, y sufre y goza como uno de nosotros, aunque liberado de la carga del pecado, que Él con su muerte y resurrección ha venido a redimir. A partir de Jesús ya no cabe dudar; lo seguirán haciendo aquellos que desean dudar de Dios o negarlo. Siempre habrá gente que ante el oro del monte que el agua desentierra afirme que no tiene valor aquello que se ofrece de balde.  

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