lunes, 31 de julio de 2017

Lecturas del día, lunes, 31 de julio. Poema "Sabor a legumbres" de Antonio Gamoneda

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (32,15-24.30-34):

En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas de la alianza en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios, y la escritura era escritura de Dios, grabada en las tablas. Al oír Josué el griterío del pueblo, dijo a Moisés: «Se oyen gritos de guerra en el campamento.» Contestó él: «No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que oigo.» Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie del monte. Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas. Moisés dijo a Aarón: «¿Qué te ha hecho este pueblo, para que nos acarreases tan enorme pecado?» Contestó Aarón: «No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron: "Haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado." Yo les dije: "Quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé"; yo lo eché al fuego, y salió este becerro.» Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo: «Habéis cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar vuestro pecado.» Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo: «Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo, haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro.» El Señor respondió: «Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije; mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 105,19-20.21-22.23

R/.
Dad gracias al Señor porque es bueno

En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen de un toro
que come hierba. R/.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R/.

Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,31-35):

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.» Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.» Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Sabor a legumbres de Antonio Gamoneda
 
Las legumbres hervidas, golpeadas
a fuego en las cazuelas, espesaron
una parte del agua, retuvieron
otra parte consigo.

Después que estáis sentados a la mesa
los míos de la sangre -cinco- pienso
que es posible que coman en el mundo
muchas gentes, hoy, esto.

Ahora que tenemos sobre la lengua la misma pasta de la tierra,
puedo olvidar mi corazón y resistir las cucharas.

Yo siento
en el silencio machacado
algo maravilloso:
cinco seres humanos
comprender la vida a través del mismo sabor.

domingo, 30 de julio de 2017

Lecturas del día, domingo, 30 de julio. Poema "Del infierno y del cielo" de Jorge Luis Borges. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (3,5.7-12):

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras.»
Respondió Salomón: «Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?» Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,57.72.76-77.127-128.129-130

R/.
¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Mi porción es el Señor;
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R/.

Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión,
viviré, y mis delicias serán tu voluntad. R/.

Yo amo tus mandatos
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos
y detesto el camino de la mentira. R/.

Tus preceptos son admirables,
por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,28-30):

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,44-52):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?» Ellos le contestaron: «Sí.» Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Del infierno y del cielo de Jorge Luis Borges
 
El infierno de Dios no necesita
el esplendor del fuego. Cuando el Juicio
Universal retumbe en las trompetas
y la tierra publique sus entrañas
y resurjan del polvo las naciones
para acatar la Boca inapelable,
los ojos no verán los nueve círculos
de la montaña inversa; ni la pálida
pradera de perennes asfodelos
donde la sombra del arquero sigue
la sombra de la corza, eternamente;
ni la loba de fuego que en el ínfimo
piso de los infiernos musulmanes
es anterior a Adán y a los castigos;
ni violentos metales, ni siquiera
la visible tiniebla de Juan Milton.
No oprimirá un odiado laberinto
de triple hierro y fuego doloroso
las atónitas almas de los réprobos.


Tampoco el fondo de los años guarda
un remoto jardín. Dios no quiere
para alegrar los méritos del justo,
orbes de luz, concéntricas teorías
de tronos, potestades, querubines,
ni el espejo ilusorio de la música
ni las profundidades de la rosa
ni el esplendor aciago de uno solo
de Sus tigres, ni la delicadeza
de un ocaso amarillo en el desierto
ni el antiguo, natal sabor del agua.
En Su misericordia no hay jardines
ni luz de una esperanza o de un recuerdo.


En el cristal de un sueño he vislumbrado
el Cielo y el Infierno prometidos:
cuando el juicio retumbe en las trompetas
últimas y el planeta milenario
sea obliterado y bruscamente cesen
¡oh Tiempo! tus efímeras pirámides,
los colores y líneas del pasado
definirán en la tiniebla un rostro
durmiente, inmóvil, fiel, inalterable
(tal vez el de la amada, quizá el tuyo)
y la contemplación de ese inmediato
rostro incesante, intacto, incorruptible,
será para los réprobos, Infierno;
para los elegidos, Paraíso.


Breve comentario

El hombre tiene la capacidad de juicio de cualquier realidad. Es, sin duda, un privilegio que Dios nos concedió como criatura, dada nuestra posición poco por debajo de los ángeles, en la cúspide de la Creación. El poder de enjuiciar le permite al hombre conceder valor a todo aquello en lo que centre su atención. Siendo ello así, el poder del hombre es limitado por el hecho de una característica esencial de la realidad: la realidad es objetiva, es decir, el valor de lo real no depende del juicio del hombre, sino del valor intrínseco del objeto. Nuestra libertad de juicio se basa no tanto en la atribución de valor a algo, sino en su reconocimiento. Así, puede ocurrir que demos valor a algo que no lo tiene, o que consideremos benéfico lo que es dañino. Y también lo contrario, despreciar el bien, la verdad y la belleza, o considerarlas como algo inexistente o perjudicial. También existe libertad en el uso que hagamos de nuestros juicios sobre la realidad. Podemos pensar adecuadamente que algo es bueno y valioso, pero hacemos un uso de aquellas valoraciones para provocar un perjuicio, bien sea a los demás o incluso a nosotros mismos.

Lo primero es, pues, distinguir qué es lo valioso, el tesoro por el que lo dejaríamos todo, y qué no lo es. Una vez que lo sepamos distinguir y conocer, lo que a su vez significa que sabemos dónde está ese tesoro, es muy importante el uso que hagamos de esta posesión, pues hasta la verdad puede ser mal usada para ponerla al servicio de intereses espurios a la misma. Es un hecho evidente que muchas veces se nos pasa desapercibido lo verdaderamente valioso, y, a veces, cuando lo encontramos no sabemos distinguirlo suficientemente de otras cosas que, no siendo malas, no merecen la misma atención. Esto nos puede pasar a cualquiera y en cualquier momento. Cuando nos estamos referiendo a realidades netamente éticas o espirituales, el error de valoración o de uso tiene unas consecuencias mucho más graves. No es lo mismo equivocarse en la evaluación de las bondades de un automóvil que en considerar que el pecado es una superchería de clérigos ignorantes. En el primer caso, habremos hecho una inversión dudosa, y en el segundo, nos habremos ganado la condenación eterna.

Por desgracia, el mundo no sabe distinguir lo que en verdad importa, que es la vida eterna que nos espera después de este breve peregrinaje en la tierra. Creemos que sólo existe el presente, y que debemos "aprovecharlo" en función de... ¿qué? Y es en este qué en el que nos jugamos todo, porque, en efecto, esta vida, este tiempo que Dios nos concede está para aprovecharlo. Tenemos un tesoro invalorable que reside en nuestro origen, en nuestro corazón y en nuestro destino final: Dios. Y Dios nos indica por medio de su Palabra el camino a recorrer para ser salvos, es decir, para que siempre sepamos distinguir el verdadero valor de la realidad, de lo que somos y del sentido de todo lo que existe. Y asimismo para que sepamos utilizar este conocimiento al servicio de esa realidad que antes hemos valorado: para amarla, para hacerla trascender, para elevarla a Dios en ofrecimiento.

El poema de Borges es, en este sentido, una reflexión muy interesante. El Infierno y el Paraíso no serán meros lugares, con los atributos clásicos que el hombre ha imaginado a lo largo de los siglos para hacerse una idea de los mismos. Para nuestra sensiblidad, los "lugares espirituales" es una contradicción en los términos. Nos resulta inimaginable considerar una dimesión espiritual poblada de entes a su vez sólo espirituales en los que cabe el gozo eterno, la purgación temporal de penas, y el infinito sufrimiento. ¿Serán tal vez estados del alma, si es que tiene algún sentido hablar de esta forma en semejante contexto? No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos por revelación divina es que aquellos que supieron distinguir lo bueno, lo verdadero y lo bello en la tierra, el tesoro más valioso, y lo pusieron al servicio de los demás, gozarán de la gloria eterna; y aquellos que no lo reconocieron, lo despreciaron o hicieron un mal uso de su tesoro, aun sabiéndolo percibir (¡ay, los malos pastores!), sufrirán por toda la eternidad. Así, la concepción borgiana del más allá es muy plausible: la contemplación de la máxima belleza será para aquellos que la supieron distinguir en vida el gozo mismo de la beatitud más excelsa; para aquellos que la despreciaron o la prostituyeron, su contemplación será fondo infinito de vacío, desolación, desesperación y muerte incesantes. Borges estaba en lo cierto: las raíces del Cielo y del Infierno anidan en nuestro corazón, y desde él manará todo nuestro goce y nuestro padecimiento eternos; la misma realidad para unos será gloria y para otros, condenación.

Tengamos, pues, mucho cuidado en distinguir cuál es el tesoro por el que vivimos, porque nos estamos jugando la vida eterna. 

sábado, 29 de julio de 2017

Lecturas del día, sábado, 29 de julio, santa Marta. Poema "¡Aquel sosiego!" de Juan José Domenchina

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (4,7-16):

Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 33

R/.
Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (11,19-27):

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»

Palabra del Señor
 
Poema:
¡Aquel sosiego! de Juan José Domenchina
 
¡Aquel sosiego! ¡Todo sin premura
y libre en sus quietudes del cuidado
y del afán; el cuerpo bien hallado
y el alma, ya radiante de ventura,

suspensa en sí y meciéndose en la altura
de un momento de gloria bien logrado!
Así viví ese instante, ya pasado,
que me prendió en la luz de su hermosura.

¡Aquel sosiego! Un punto que fulgura
en mi existir brumoso y abrumado.
Lo demás es delirio, calentura,

dolor, fatiga, amor, horror, forzado
contender, y este huelgo, sin holgura,
con que respiro el aire que he aspirado.

viernes, 28 de julio de 2017

Lecturas del día, viernes, 28 de julio. Poema "¿Quién soy yo?" de Dietrich Bonhoeffer


Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (20,1-17):

En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso. Fíjate en el sábado para santificarlo. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 18,8.9.10.11

R/.
Señor, tú tienes palabras de vida eterna

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,18-23):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.»

Palabra del Señor

Poema:
¿Quién soy yo? de Dietrich Bonhoeffer 

¿Quién soy? – Me preguntan a menudo –,
Que salgo de mi celda,
Sereno, risueño y firme,
Como un noble en su palacio.

¿Quién soy? – Me preguntan a menudo –,
Que hablo con los carceleros,
Libre, amistosa y francamente,
Como si mandase yo.

¿Quién soy? – Me preguntan también –
Que soporto los días de infortunio
Con indiferencia, sonrisa y orgullo,
Como alguien acostumbrado a vencer.
¿Soy realmente lo que otros afirman de mí?
¿O bien sólo soy lo que yo mismo sé de mí?
Intranquilo, ansioso, enfermo, cual pajarillo enjaulado,
Pugnando por poder respirar, como si alguien
Me oprimiese la garganta,
Hambriento de olores, de flores, de cantos de aves,
Sediento de buenas palabras y de proximidad humana,
Temblando de cólera ante la arbitrariedad y el menor agravio,
Agitado por la espera de grandes cosas,
Impotente y temeroso por los amigos en la infinita lejanía,
Cansado y vacío para orar, pensar y crear,
Agotado y dispuesto a despedirme de todo.

¿Quién soy? ¿Éste o aquél?
¿Seré hoy éste, mañana otro?
¿Seré los dos a la vez? ¿Ante los hombres, un hipócrita,
Y ante mí mismo, un despreciable y quejumbroso débil?
¿O bien, lo que aún queda en mí se asemeja al ejército batido
Que se retira desordenado ante la victoria que creía segura?

¿Quién soy? Las preguntas solitarias se burlan de mí.
Sea quien sea, tú me conoces, tuyo soy, ¡Oh, Dios!

Wer bin ich?

Wer bin ich? Sie sagen mir oft,
ich träte aus meiner Zelle
gelassen und heiter und fest
wie ein Gutsherr aus seinem Schloss.

Wer bin ich? Sie sagen mir oft,
ich spräche mit meinen Bewachern
frei und freundlich und klar,
als hätte ich zu gebieten.

Wer bin ich? Sie sagen mir auch,
ich trüge die Tage des Unglücks
gleichmütig, lächelnd und stolz,
wie einer, der Siegen gewohnt ist.

Bin ich das wirklich, was andere von mir sagen?
Oder bin ich nur das, was ich selbst von mir weiß?
Unruhig, sehnsüchtig, krank, wie ein Vogel im Käfig,
ringend nach Lebensatem, als würgte mir einer die Kehle,
hungernd nach Farben, nach Blumen, nach Vogelstimmen,
dürstend nach guten Worten, nach menschlicher Nähe,
zitternd vor Zorn über Willkür und kleinlichste Kränkung,
umgetrieben vom Warten auf große Dinge.
Ohnmächtig bangend um Freunde in endloser Ferne,
müde und zu leer zum Beten, zum Denken, zum Schaffen,
matt und bereit, von allem Abschied zu nehmen?
Wer bin ich? Der oder jener?

Bin ich denn heute dieser und morgen ein anderer?
Bin ich beides zugleich? Vor Menschen ein Heuchler
und vor mir selbst ein verächtlich wehleidiger Schwächling?
Oder gleicht, was in mir noch ist, dem geschlagenen Heer,
das in Unordnung weicht vor schon gewonnenem Sieg?

Wer bin ich? Einsames Fragen treibt mit mir Spott.
Wer ich auch bin, Du kennst mich, Dein bin ich, o Gott! 

jueves, 27 de julio de 2017

Lecturas del día, jueves, 27 de julio. Poema "Silencio" de Gerardo Diego. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (19,1-2.9-11.16-20b):

Aquel día, a los tres meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí: saliendo de Rafidín, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon allí, frente al monte. El Señor dijo a Moisés: «Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo, y te crea en adelante.» Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho. Y el Señor le dijo: «Vuelve a tu pueblo, purifícalos hoy y mañana, que se laven la ropa y estén preparados para pasado mañana; pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo.» Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña.

Palabra de Dios

Salmo

Dn 3,52.53.54.55.56

R/.
A ti gloria y alabanza por los siglos

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre, santo y glorioso. R/.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.

Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos. R/.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,10-17):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?» Él les contestó: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure." ¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Silencio de Gerardo Diego
 
La voz, la blanca voz que me llamaba
ya apenas entre sueños la adivino.
Suena su son angélico
cada día más tímido.
Bajo el agua del lago va enterrándose,
va hundiéndose en el fondo del abismo.
Los años van tejiendo
densas capas de limo.
Ella se esfuerza por romper las ondas,
por dejar su cristal en mis oídos.
Y yo apenas la escucho
como un leve suspiro.
Más que la voz percibo ya el armónico.
Ya más que timbre es vacilante espíritu.
Me ronda, helado, mudo,
el silencio infinito. 
 
Breve comentario
 
El mensaje del Señor es a la vez el más sencillo y el más difícil. No se trata tanto de entenderlo (y menos aún de probarlo o demostrarlo) como de saber acogerlo, de entrar en una suerte de sintonía con la voluntad divina, con la motivación que manifiesta. Que el amor de Dios sea un misterio esencial para el hombre no supone que debamos rechazarlo. Desde nuestra sensibilidad contempóranea, eminentemente reduccionista, empirista, materialista y cientificista de cualquier ámbito de la vida, estamos muy habituados a rechazar lo que no podemos comprender, no ya verificar. A Dios no se le comprende: se deja uno amar por Él. Pero dejarse amar no es tan sencillo como pudiera parecer. No se trata de seducir a alguien para atraer su atención y que nos otorgue sus favores sexuales. En un mundo de egos ridículamente hipertrofiados, de vanas vanidades, dejarse amar es de lo más complicado, pues para dejar que alguien entre en la propia vida la persona debe abrirse, dejar que el otro disponga de tu vida porque le amas. Si hablamos del amor de Dios, nuestra voluntad ha de rendirse a la suya, sin medias tintas, sin matices. Y esto lleva su tiempo; en verdad, toda la vida.
 
Por esto, el Señor no puede anunciar el sentido de su palabra de una forma directa, desnuda, sin rodeos. Ha de utilizar el circunloquio de la parábola, que, bien escogida, como todas las suyas, deja mostrar el significado esencial del mensaje, pero sin causar violencia al oído y al espíritu demasiado infantil y pecador, sin tratar, virgen a la verdad. Luego, la acción de la gracia junto con la aquiescencia del alma que la recibe será la que vaya dejando que cale en su alma esos relatos, y empape como sin querer su tosca sensibilidad hasta transformarla en lo que Dios pretende: un alma entregada a su voluntad. Y algunos verán y oirán, o al menos comenzarán a ver y a oir lo que antes les pasaba desapercibido; otros, por el contrario, quedarán sumidos en sus queridas cegueras y sorderas.
 
La meta esencial de todo hombre es irse acercando a Dios; y lo peor que le puede ocurrir es lo contrario: alejarse cada vez más. El poeta expresa muy bien esta perniciosa involución. Debemos considerar dónde nos estamos ubicando en nuestra vida con respecto a Dios: ¿somos capaces de hacer un hueco en nuestro corazón al misterio de la presencia del Señor?; ¿sabemos percibirlo en las distintas situaciones cotidianas de cada día?; ¿damos un sentido trascendente a las experiencias que vamos viviendo y que no planificamos?; ¿intentamos controlar por sistema lo que nos va ocurriendo o nos pueda ocurrir?; ¿dejamos que las cosas pasen sin intentar poner puertas al campo, con la confianza de que no estamos solos? Que cada uno revise en sí mismo si oye sin entender o mira sin ver, o si ya va distinguiendo cada vez mejor. En cualquier caso, no dejemos nunca que la oscuridad y el silencio se nos vayan tornando infinitos.   

miércoles, 26 de julio de 2017

#prayforcharlie

“Mamá y papá te quieren mucho Charlie, siempre te han querido y siempre te querrán. Sentimos tanto no haberte podido salvar… Dulces sueños, bebé. Duerme tranquilo, nuestro pequeño chico hermoso.  Charlie. Nuestro héroe”.
Tengo el corazón roto por estas palabras de los padres de Charlie Gard.
Sí, demasiado tarde para este pequeño valiente. En breve, los médicos del Hospital Great Ormond Street de Londres lo desconectarán de su soporte vital.
Esta es la última foto del pequeño Charlie:
La decisión la han tomado sus padres, Chris y Connie. La decisión más estremecedora y difícil que cualquier padre puede afrontar. Pero el proceso legal para que el Hospital dejara marchar a Charlie a los EEUU ha sido tan largo que para el  pequeño Charlie ya no hay salvación posible.
Te doy las gracias por haber sido parte de la inmensa marea humana (más de 550.000 personas en el mundo) que ha firmado la petición de HazteOir.org y CitizenGO en diferentes países. Un auténtico ejemplo de solidaridad el que has dado, mi gratitud infinita en nombre de los padres.
Tú, y cientos de miles de personas más, has conseguido lo impensable: globalizar la historia de Charlie, hasta el punto de que personalidades como el papa Francisco y el presidente de los EE.UU., Donald Trump, han presionado para que los médicos del Hospital y a los jueces británicos le permitieran viajar para realizar el tratamiento experimental que tal vez pudiera salvar su vida.
Ya no sabremos si habría funcionado. En enero, en abril, tal vez. Ahora ya no.
El diagnóstico de los facultativos del Great Ormond Street Hospital fue desde el principio que Charlie, aquejado de una rara enfermedad mitocondrial, debería recibir cuidados paliativos y "morir con dignidad".
Rechazaron el deseo de los padres de Charlie de llevar a su hijo a los Estados Unidos para ser tratado por el Dr. Michio Hirano en enero. Decían que no podría salvarlo. Pero este neurólogo sostenía, y otros expertos también, que había una posibilidad significativa de mejora para el pequeño, entre un 11% y un 56 %.
Después de esto, la familia Gard pasó 4 meses luchando en los Tribunales, cuyas decisiones son difíciles de entender: primero los jueces británicos, y luego el Tribunal Europeo de Derechos Humanos a finales de junio, negaron el derecho de los padres de Charlie a decidir sobre su vida.
Y luego llegaste tú, con tu firma. Miles de ciudadanos como tú, un reguero de firmas cada día de personas con el alma en vilo por el destino de este pobre niño de 11 meses. Los padres entregaron las firmas al Hospital, el papa Francisco presionó, Donald Trump apoyó al pequeño. Más y más firmas.
Y conseguiste lo impensable:
  • El 10 de julio, durante la audiencia preliminar, el juez Francis acepta las 350.000 firmas (aún quedaban por llegar 200.000 firmas más) de HazteOir.org y CitizenGO y el abogado del hospital admite que la presión internacional les obliga a solicitar una nueva audiencia.
  • El doctor Michio Hurano, a instancias del juez, viaja a Londres para evaluar a Charlie en persona la semana pasada. Lamentablemente, su diagnóstico esta vez fue concluyente: la estructura muscular de Charlie se había deteriorado más allá del punto de rehabilitación.
A la vista de estos resultados, durante la audiencia del lunes, los padres de Charlie Gard se vieron obligados a poner fin a su larga batalla legal para salvar la vida de su hijo. Fue un momento desgarrador. Hasta el juez tenía lágrimas en los ojos.
Chris y Connie ya no pedirán que se le permita a Charlie ir a los Estados Unidos para recibir tratamiento para salvar vidas. En lugar de eso, pasarán el último momento de la vida de Charlie con él, en paz, ya que los médicos del Great Ormond Street Hospital planean retirarle el apoyo vital esta semana.
Te ruego oraciones por ellos, si eres creyente. Es un momento terrible. Charlie iba a cumplir un añito el próximo 4 de agosto. Ya no será posible.
No esperaba este final. Estaba convencido de que el juez permitiría dejar marchar a Charlie. Estaba seguro de que con nuestro esfuerzo podríamos haberle salvado la vida. Pero no ha podido ser. La lentitud de la Justicia, la obcecación del Hospital, el largo proceso, ha acabado por deteriorar la vida de Charlie hasta un punto irreversible.
¡Gracias por haber tratado de salvarle la vida!
Descansa en paz, Charlie.
Ignacio Arsuaga y todo el equipo de HazteOir.org

martes, 25 de julio de 2017

Lecturas del día, martes, 25 de julio, Santiago apóstol. Poema "Cantares" de Antonio Machado. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,33;5,12.27-33;12,2):

En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: «¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.» Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 66

R/.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben


El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,7-15):

Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,20-28):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?» Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.» Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?» Contestaron: «Lo somos.» Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.» Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.»

Palabra del Señor

Poema:
Cantares de Antonio Machado

                I
  Señor, me cansa la vida,
tengo la garganta ronca
de gritar sobre los mares,
la voz de la mar me asorda.
Señor, me cansa la vida
y el universo me ahoga.
Señor, me dejaste solo,
solo, con el mar a solas.


                II
  O tú y yo jugando estamos
al escondite, Señor,
o la voz con que te llamo
es tu voz.


               III
  Por todas partes te busco
sin encontrarte jamás,
y en todas partes te encuentro
sólo por irte a buscar.


https://www.youtube.com/watch?v=sUVwpPrZOys

Breve comentario

Santiago fue apóstol y peregrino. Ser apóstol supone ser peregrino; se pueden considerar sinónimos o, al menos, dimensiones diversas de una misma realidad: no hay apostolado sin peregrinación; aunque peregrinar no implique meta definida a la que dirigirse, es decir, apostolado. El peregrino que es apóstol camina, pasa por este mundo, recorre su vida hacia una meta concreta que conoce: Cristo. No andamos por andar, ni por el placer de conocer otros lugares y otras gentes, ni siquiera caminamos por buscar un sentido a nuestra vida, para hallar una verdad ignorada. Vamos al encuentro de algo, mejor dicho, de alguien. Y alguien que nos ama y al que amamos, que nos puede salvar del mundo y de nosotros mismos.

Ya es un avance no pequeño considerar la vida como un peregrinaje, pues peregrinar contiene la idea de camino, y ésta la de sentido, dirección, meta, la de verdad que subyace a la apariencia que nos rodea. Ciertamente, es un primer paso. Así, estuve tentado de elegir el poema Peregrino de Luis Cernuda:

¿Volver? Vuelva el que tenga,
Tras largos años, tras un largo viaje,
Cansancio del camino y la codicia
De su tierra, su casa, sus amigos,
Del amor que al regreso fiel le espere.

Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,
Sino seguir libre adelante,
Disponible por siempre, mozo o viejo,
Sin hijo que te busque, como a Ulises,
Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.

Sigue, sigue adelante y no regreses,
Fiel hasta el fin del camino y tu vida,
No eches de menos un destino más fácil,
Tus pies sobre la tierra antes no hollada,
Tus ojos frente a lo antes nunca visto.


En él se define perfectamente esta sed de trascendencia, aunque desconociendo por completo hacia qué meta dirigirse, pues el retrato de este peregrino cernudiano es el de un hombre que ha perdido sus referentes, y camina para hallarlos en medio de la absoluta oscuridad espiritual.

Antonio Machado, sin embargo, no ha perdido todos los referentes. Sabe que es Dios quien justifica su búsqueda. Tanto es así que al final de su composición, aunque se queja de no encontrarle, reconoce que lo encuentra siempre por el mero hecho de buscarlo. Sin duda, no es disparatado quien afirme que los ateos parecen ser en ocasiones los mejores teólogos.

Ojalá el hombre moderno se supiera peregrino, como Cernuda. La mayoría hoy ha perdido hasta esta última referencia. Don Antonio casi parece un beato, en el sentido despectivo del término, para la sensibilidad contemporánea. Ser peregrino cristiano, hoy como ayer, tiene sus peligros, pues como en los tiempos de Jesucristo, el mundo actual se reafirma y construye contra Dios, alejándose de Él, oponiéndose, clausurando cada vez con más determinación y contundencia todos los caminos que conducen a su presencia. Cada día en Occidente los cristianos nos vamos hallando más próximos a pagar el precio de la fidelidad al Señor como lo hizo Santiago, con su propia vida (por supuesto, en otros extensos y numerosos lugares del planeta, el martirio es un fenómeno común y masivo).

Con todo, la peregrinación más dura, incluso peor que la que nos opone el mundo, es la peregrinación de nuestro corazón en nuestro interior. El mundo no es algo extraño, ajeno o exterior a nosotros: estamos en el mundo, aunque no debamos ser de él. Y un estar sin ser es algo muy complicado de lograr. Debemos para ello tener asistencia de la Gracia, buscarla, ir al encuentro de ella, dejarnos hacer por ella: peregrinar, humildes, hacia ella, y que Dios disponga. Como Santiago, como todos los cristianos fieles al Señor que en el mundo han sido. Que Dios se apiade del hombre que le busca, que le buscamos desde nuestras diversas circunstancias. Que no nos cansemos jamás de esta peregrinación. Este es el camino de los peregrinos apóstoles, el camino de Santiago, el verdadero Camino, el que ha de cargar con las mochilas del rechazo del mundo y las aún más pesadas de nuestro propio corazón.

lunes, 24 de julio de 2017

[#IamCharlieGard] Lecturas del día, lunes, 24 de julio. Poema "Cuando me paro a contemplar mi estado..." de Lope de Vega. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (14,5-18):

En aquellos días, cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: «¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas.» Hizo preparar un carro y tomó consigo sus tropas: tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales. El Señor hizo que el Faraón se empeñase en perseguir a los israelitas, mientras éstos saltan triunfantes. Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fehirot, frente a Baal Safón. Se acercaba el Faraón, los israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos y, muertos de miedo, gritaron al Señor. Y dijeron a Moisés: «¿No había sepulcros en Egipto?, nos has traído a morir en el desierto; ¿qué es lo que nos has hecho sacándonos de Egipto? ¿No te lo decíamos en Egipto: "Déjanos en paz, y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto"?» Moisés respondió al pueblo: «No tengáis miedo; estad firmes, y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy: esos egipcios que estáis viendo hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros; vosotros esperad en silencio.» El Señor dijo a Moisés: «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus guerreros.»

Palabra de Dios

Salmo

Ex 15,1-2.3-4.5-6

R/.
Cantaré al Señor, sublime es su victoria

Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. R/.

El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».
Los carros del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.

Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo como piedras.
Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible,
tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,38-42):

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un signo tuyo.» Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.»

Palabra del Señor

Poema:
"Cuando me paro a contemplar mi estado..." de Lope de Vega

Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por donde he venido,
me espanto de que un hombre tan perdido
a conocer su error haya llegado.


Cuando miro los años que he pasado
la divina razón puesta en olvido,
conozco qué piedad del cielo ha sido
no haberme en tanto mal precipitado.


Entré por laberinto tan extraño,
fiando al débil hilo de la vida
el tarde conocido desengaño;


mas de tu luz mi oscuridad vencida,
el monstruo muerto de mi ciego engaño
vuelva a la patria, la razón perdida.


Breve comentario

Lo más grave que puede hacer el hombre en esta vida es no creer en Dios. De esta increencia surgirán todo tipo de males, pues aunque todos somos pecadores, creamos en Él o no, lo cierto es que los pecados se justifican mucho mejor si es el pecador quien establece los límites de la bondad y la maldad. Entre los males más graves está el pedirle a Dios que pruebe que es quien dice ser, como si fuera uno más de nosotros: "Dices que eres abogado, a ver el título que lo demuestre". Nada peor que reducir a Dios a la medida del hombre para forzarle a ser lo que queramos que sea, o para descartarle, como si fuera el candidato a un puesto laboral en una entrevista de selección de personal. No cabe mayor ceguera, mayor vileza, mayor mezquindad, mayor alejamiento de la verdad. En consecuencia, el castigo de quien así lo trata será el peor posible: la condenación eterna del infierno.

Hay algo especialmente grave en esta actitud de la soberbia humana: no apercibirse que Dios se presenta del modo más humilde para hacerse accesible a la debilidad del hombre. El soberbio considera que lo superior debe ser grandioso, majestuoso, de presencia y poder tan evidentes como aplastantes... Dios debe ser un "Gran Señor". La élite judía se había ensoberbecido por el hecho de seguir a un Dios que consideraban soberbio en su grandeza. Confundieron el tiro por completo. La omnipotencia divina naturalmente permite un poder infinito, pero no es un poder que se ejerza desde el dominio o la superioridad de quien lo puede todo, sino desde el amor, desde la misericordia, desde la gratuidad de quien se entrega por amor a sus débiles criaturas. Quien no vea que Dios es amor, quien no sea capaz de percibir la bondad de todos sus actos, y lo trate como cualquier cosa, confundiendo la humildad con la que se presenta al hombre con una impostura, merece el máximo castigo divino.

Lope de Vega, hombre pecador, consciente de su falibilidad, arrepentido de sus pecados, en los que incurría una y otra vez, pero con una no menor sed de Dios, siempre tuvo una imagen correcta de sí y de la del Señor. Se sabía indigno de tanto amor; se sabía que por su incorregible tendencia a la lujuria lo hacía despreciable a los hombres y, en primerísimo lugar, a Dios; y que estaba agradecido al Señor porque aun siendo como era, se sabía querido por Él. Todo ello le hacía sentirse al poeta aún más avergonzado de sí mismo y completamente asombrado y perplejo ante tal derroche de amor del Señor, incapaz de compensarle ni en lo más mínimo (al parecer abrazó el sacerdocio para vencer sus tendencias y ofrecerle al Señor una vida de renuncia y sacrificio; sabemos que no lo logró en esta vida). El poeta, con todas sus miserias, estaba situado con respecto a Dios en el lugar adecuado, y por tanto mucho más cerca de Él que los judíos orgullosos de sí y de la imagen de un Dios que no era la verdadera, sino proyección de su miserable soberbia humana. Lope nunca proyectó en Dios nada que le perteneciera a él: el amor carnal con que él se entregó a tantas mujeres bien sabía que no era el amor que Dios desea para sus hijos. Lope supo colocar con gran madurez dentro de su miseria lo que era de Dios y lo que era suyo. En consecuencia se humillaba ante Dios con arrepentimiento y pedía por su conversión de vida, e imploraba su perdón para volver a intentar una y otra vez ser un buen seguidor de Cristo.

Si todos nos parásemos a contemplar el estado de nuestras almas y la trayectoria íntima de nuestras vidas, no cabría el menor orgullo, y menos aún orgullo ante Dios. Sólo quien considera a Dios como una realidad similar a la suya, abarcable como tantas otras a nuestro espíritu de criatura, podrá sentirse orgulloso de las propias mezquindades y miserias, pues habrá convertido a Dios en mero reflejo de aquellas. ...Sí, no hay mayor pecado que extender nuestro envilecimiento a Dios mismo.
 

domingo, 23 de julio de 2017

[#IamCharlieGard] Lecturas del día, domingo, 23 de julio. Poema "Sobre el misterio de la encarnación" de Denise Levertov. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del libro de la Sabiduría (12,13.16-19):

Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, ante quien tengas que justificar tu sentencia. Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total, y reprimes la audacia de los que no lo conocen. Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres. Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 85,5-6.9-10.15-16a

R/.
Tú, Señor, eres bueno y clemente

Tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia, con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende la voz de mi súplica. R/.

Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.» R/.

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,26-27):

El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-43):

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero."»
Les propuso esta otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.»
Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.»
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré los secretos desde la fundación del mundo.»
Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será el fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará sus ángeles y arrancarán de su reino a todos los corruptos y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su padre. El que tenga oídos, que oiga.»

Palabra del Señor

Poema:
Sobre el misterio de la encarnación de Denise Levertov

Es cuando por un momento enfrentamos
lo peor de nuestra naturaleza, y nos estremece
saber de la mancha en nosotros mismos, ese espanto
rompe la cáscara del entendimiento y penetra el corazón:
ni a una flor, ni a un delfín,
a ninguna forma inocente
sino a esta criatura vanidosa, segura
de que ella y no otra fue hecha a imagen de Dios,
Dios (compadeciéndose de nuestro vil
fracaso para evolucionar) nos confía
como huésped, como hermano,
a la Palabra.

On the Mistery of the Incarnation

It’s when we face for a moment 
the worst our kind can do, and shudder to know 
the taint in our own selves, that awe 
cracks the mind’s shell and enters the heart:
not to a flower, not to a dolphin,
to no innocent form
but to this creature vainly sure
it and no other is god-like, God
(out of compassion for our ugly
failure to evolve) entrusts, 
as guest, as brother, 
the Word.


Breve comentario

La explicación que el Señor da de la primera parábola, la de la cizaña y el trigo, muestra la realidad de la maldad y la bondad humanas con una claridad meridiana. Y ello desde un doble aspecto. Por un lado, la naturaleza misma del bien y del mal son inequívocas, como inconfundibles son una planta de cizaña y otra de trigo. Y la naturaleza se muestra en sus efectos: el bien es algo valioso, positivo; el mal, sin valor y dañino. Pero también el Señor quiere insistir en la diferenciación en cuanto a los agentes de los mismos: la humanidad se divide en hombres justos, sembradores de buenas semillas, y de malvados, sembradores de destrucción. Parece que los justos son sólo justos, y los malvados sólo malvados. Este énfasis no obedece a ingenuidad ninguna, sino al interés del Señor en subrayar en esta ocasión el destino final del hombre, destino de gloria o castigo eternos, que depende del modo como vivamos este paso hacia la verdadera vida. Cualquiera que no sea un niño sabe que todos somos capaces, si no de lo peor y de lo mejor, al menos de hacer el bien y el mal con diferentes grados y matices. Nuestro corazón abunda de buen trigo, pero no está exento de cizaña también. En unos, la mayoría es el trigo lo que predomina; en otros, tal vez los menos, la cizaña preside sus motivaciones y actos. El campo es, como dice el Señor, el mundo, sí, pero también el mundo personal, el de cada uno.

La labor de purificación, de discriminación interior no lo puede hacer cualquier bracero o peón; es tarea del mismo Dios o de sus vicarios en la tierra, sus ministros. Es una tarea delicada, pues la bondad y la maldad, aunque perfectamente definidas en su naturaleza y sus efectos, no lo está en sus agentes, pues suelen habitar un mismo corazón. Si perseguimos con torpeza arrancar la cizaña, corremos el riesgo de destruir mucho trigo; si no separamos en la siega las malas hierbas, perjudicamos la cosecha entera. Pero la siega no es únicamente, como podría entenderse de forma un tanto apresurada, el momento del Juicio Final o de la muerte de la persona. El Señor, con la habilidad del mejor sembrador, puede realizar esa siega parcial, cuidadosa, atenta, a lo largo de nuestra vida. Y lo hace por medio de su Palabra, de los sacramentos, de la oración, del arrepentimiento de los pecados, de las obras de misericordia realizadas con sincero corazón, de la participación en la labor de evangelización, etc. Como nos recuerda S. Pablo en la segunda lectura, "el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad", o en la primera lectura, el libro de la Sabiduría: "Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento." Y es por medio de esta labor lenta, callada, dolorosa no pocas veces de Dios en los hombres, como vamos pudiendo alcanzar la justicia de nuestra naturaleza en el bien que nos es propio.

El poema de Levertov nos recuerda este misterio de nuestra encarnación, fruto del pecado original, pero asistida por la gracia de la voluntad creadora de Dios. Así, no hay que desesperarse, pues aunque parece que la cizaña se enreda en todos nuestros actos, motivaciones y pensamientos de un modo inextricable, lo cierto es que, como muy bien describe las dos parábolas siguientes, un "poco" de la gracia de Dios es un infinito de bien en el corazón de la criatura, la semilla más pequeña puede crecer como un gran árbol y albergar una vida que desborda incluso su propia naturaleza (los pájaros que pueden habitar en él), como la menor cantidad de levadura fermentar grandes masas de harina.

No estamos solos nunca. El mal sólo puede enseñorearse en un mundo que se considera huérfano de la acción de Dios, o que ha divinizado a la criatura en detrimento del Creador. Como vivimos en un mundo así, parece que el mal vence. Pero sólo es una apariencia de dominio, aunque el mal sea muy real y poderosos sus efectos: ya el hombre ha perdido la capacidad de distinguir el trigo de la cizaña, con lo cual el trigo cada vez es más débil y la cizaña se multiplica aceleradamente. Pero nosotros contamos con el mejor sembrador, el mejor segador y el mejor podador de vides. Nunca nos abandona cuando nos apoyamos en Él. Y Él es, no lo olvidemos, el Señor de la Historia, de toda la Historia, de todas nuestras historias. El mal nunca prevalecerá, aunque ahora lo parezca.     

sábado, 22 de julio de 2017

[#IamCharlieGard] Lecturas del día, sábado, 22 de julio, de santa María Magdalena. Poema "He soñado contigo..." de Susana March

Primera lectura
Lectura del libro del Cantar de los Cantares (3,1-4a):

Así dice la esposa: «En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: "¿Visteis al amor de mi alma?" Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 62,2.3-4.5-6.8-9

R/.
Mi alma está sedienta de ti, mi Dios

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1.11-18):

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.» Jesús le dice: «¡María!» Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!» Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."» María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»

Palabra del Señor

Poema:
"He soñado contigo..." de Susana March 

He soñado contigo
sin saber que soñaba...


En la gran chimenea
crepitaban las llamas,
la tarde se moría
detrás de la ventana.


Te he visto en mis ensueños
como un blanco fantasma,
alto junco ceñido
al aire de mi alma.


Te he visto ennoblecido
por estrellas lejanas,
turbado por la fiebre
de mi propia nostalgia.


Sobre la alfombra, quieta,
te sueño arrodillada.
Te sueño como a un Príncipe
de los cuentos de Hadas,
como a un vikingo rubio
con escudo de plata.


¡Qué bien quererte mucho
hasta quedar exhausta!
¡Qué bien sentirme siempre,
-¡Dios mío!- enamorada!
Me da miedo el vacío
que me queda en el alma,
el frío que me hiela
cuando el hechizo pasa.


Yo quiero amarte mucho,
con un amor sin pausa,
con un amor sin término,
como los dioses aman,
como los astros, como
las bestias y las plantas.


Siento celos del leño
que acaricia la llama...
¡Igual me abrasaría
si tú me acariciaras!

viernes, 21 de julio de 2017

[#IamCharlieGard] Lecturas del día, viernes, 21 de julio. Poema "Sentí miedo" de Jan Twardowski

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (11,10-12.14):

En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios en presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas de su territorio. Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: «Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. No comeréis de ella nada crudo ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y entrañas. No dejaréis restos para la mañana siguiente; y, si sobra algo, lo quemaréis. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor. Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis; cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones."»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 115,12-13.15-16be.17-18

R/.
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor


Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.
Siervo tuyo soy, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R/.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,1-8):

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.» Les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia y no sacrificio", no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Sentí miedo de Jan Twardowski
 
Sentí miedo. La vista me falla: ya no seré capaz de leer;
pierdo la memoria: ya no seré capaz de escribir;
temblé como el redil zarandeado por el viento.
Dios Te lo pague, Señor, porque me ofreció su pata
el perro que ni lee libros ni escribe poemas.

jueves, 20 de julio de 2017

[#IamCharlieGard] Lecturas del día, jueves, 20 de julio. Poema "Al volver" de José Bergamín. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (3,13-20):

En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le replicó: «Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros." Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?» Dios dijo a Moisés: «"Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: "Yo-soy me envía a vosotros."» Dios añadió: «Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación." Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: "El Señor, Dios de vuestros padres, de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: 'Os tengo presentes y veo cómo os tratan los egipcios. He decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel'." Ellos te harán caso, y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de Egipto y le diréis: "El Señor Dios de los hebreos nos ha encontrado, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios." Yo sé que el rey de Egipto no os dejará marchar si no es a la fuerza; pero yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en el país, y entonces os dejará marchar.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 104,1.5.8-9.24-25.26-27

R/.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.

Dios hizo a su pueblo muy fecundo,
más poderoso que sus enemigos.
A éstos les cambió el corazón
para que odiasen a su pueblo,
y usaran malas artes con sus siervos. R/.

Pero envió a Moisés, su siervo,
y a Aarón, su escogido,
que hicieron contra ellos sus signos,
prodigios en la tierra de Cam. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Palabra del Señor

Poema:
Al volver de José Bergamín

Aquí nació mi vida a la esperanza
y aquí esperé también que moriría;
ahora que vuelvo aquí, parecería
que el tiempo me persigue y no me alcanza.

Detiene otoño el paso a la mudanza
que en la luz, en el aire se extasía;
los árboles son llamas, su alegría
enciende ya mi bienaventuranza.

Todo pasó. Todo quedó lo mismo:
como si en este otoño floreciera,
ardiendo en el fulgor de su espejismo,

última para mí, la primavera;
abismo del no ser al ser abismo,
la eternidad del tiempo prisionera.  


Breve comentario

¿Cómo se viene a Dios? A Dios se puede venir como sin querer, cuando todo en el entorno lo propicia, cuando ese entorno es expresión misma de Dios. En otras ocasiones, en demasiadas, ya en la mayoría, el mundo que nos rodea y nos (con)forma está alejado de Dios en mayor o menor medida. Entonces, será iniciativa de la persona acercarse a quien se está alejado. ¿Y cómo puede acercarse el hombre a Dios, cómo se viene a Dios, cómo se llega a Él, desde dónde? 
 
Sigamos las palabras del Señor, pues en su invitación está implícito el camino. En primer lugar, desde la necesidad, pues si no hay sed, no se suele beber. El cansancio, el agobio, la ansiedad, la soledad, el sentimiento de no pertenencia, de abandono, el dolor que nos abruma, la falta de amor, los desencuentros, la hostilidad objetiva del entorno, la falta de relaciones genuinas, la pérdida de referentes, el dominio del mal..., todas estas experiencias de sufrimiento propician la búsqueda de la verdad, no sólo ni necesariamente nuestra destrucción: el camino a Jesús, no lo olvidemos, es un camino de cruz. A algunos este sufrimiento les habrá hecho demasiado mansos, y el acercamiento al Señor les llenará del valor y el coraje que les fue arrebatado o que no pudo constituirse. A otros, en los que el dolor de la vida les ha llenado de rabia y orgullo, aprenderán la mansedumbre y la humildad del corazón de Cristo en medio de los peores sufrimientos. Pero todos los que vayan entregando su corazón a Él, y más cuanto en mayor medida lo hagan, irán experimentando que su yugo es llevadero y su carga ligera, mucho más llevaderos y ligeras que los yugos y cargas que soportaron en medio de la soledad de un mundo sin Dios. 

Nunca se vuelve del todo al Señor en este mundo, fundamentalmente porque nuestra naturaleza nos lo impide, nuestra fragilidad surgida del pecado original que nos marca. La conversión o el mantenimiento de la fe no son actos discretos en el tiempo, con un inicio y un  final perfectamente definidos: son procesos continuos que deben ser alimentados constantemente para perdurar y progresar. Pero es cierto que cuando va pasando el tiempo, se va contando con una trayectoria recorrida, con un bagaje de experiencias y vivencias, y que del mismo se puede hacer una suerte de visión panorámica, de balance general. Y es en esta visión retrospectiva cuando nos damos cuenta de dónde partimos y adónde hemos llegado, pues de lo que nos queda por recorrer, nadie lo sabe más que a medida que lo vamos descubriendo mientras lo vivimos con la ayuda del Señor.

Por esto último he elegido el poema de Bergamín, precioso soneto de corte clásico. Uno tiene la vivencia, muy bergaminiana, de que nuestra vida es un inmenso rodeo, un gran círculo, en el que volvemos al punto de partida, pero transformados por el recorrido. En otro bello poema, Bergamín incide en esta idea de una forma explícita:

"La vejez es una máscara:
Si te la quitas, descubres
El rostro infantil del alma.
La niñez te va siguiendo
Durante toda la vida.
Pero ella va más despacio
Y tú andas siempre de prisa.
Cuando la vejez te llega,
No es que vuelves a la infancia,
Es que moderas el paso

Y al fin la niñez te alcanza."

Esto tiene su sentido en nuestra relación con Dios, pues para ir hacia Él cuanto más niño seamos tanto mejor y mayor será nuestro acercamiento. Yo nací en la esperanza, como todos, pero la realidad que fui viviendo ya en mis primeros años me la fue enturbiando hasta casi hacérmela desaparecer en mi juventud. Gracias literalmente a Dios que me puso en mi camino (¡por fin!) alguien que me ayudó de un modo esencial (esencial en el sentido más profundo del término), logré remontar en gran medida lo que consideré perdido, entre otras cosas la esperanza, pero también la fe y el amor. En ese camino, visto desde fuera nada espectacular y con éxitos poco aparentes y fracasos mundanos obvios, uno vuelve si no a la infancia, cosa imposible de todo punto, sí a reconocerse con una extraña juventud, que nada tiene que ver con lo que consideramos convencionalmente por ser joven. El paso del tiempo sigue inexorable su avance, pero mi tiempo ya es otro del que marcan los años, aunque aparente los que tengo o quizá alguno más. Y ello es así porque mi camino ya no depende tanto del tiempo y de mis años, sino que va siendo una voluntad en el paso que cada vez manejo menos yo. En cuanto que aún quiero mantener cierto protagonismo, mis íntimas desolaciones también se mantienen y se repiten, pero ya, vuelvo a decir con toda intención, gracias a Dios, mucho más erosionadas y debilitadas. Así, a mis 54 años, y en medio de los fracasos mundanos por méritos propios y de las íntimas conquistas que al Señor le pertenecen más que a mí, puedo decir con el poeta que:

Todo pasó. Todo quedó lo mismo:
como si en este otoño floreciera,
ardiendo en el fulgor de su espejismo,

última para mí, la primavera;
abismo del no ser al ser abismo,
la eternidad del tiempo prisionera.  

Si Dios es Yahvé, El que Es, yo soy cada vez más abismo de mí mismo ("abismo del no ser"), pero un abismo nada amenazante, pues oculta una nueva primavera, una nueva infancia, una vieja esperanza, la primera que tuve antes de perderla, y que probablemente es ya, sí, "última para mí".  

Sí, amigos, sin dudar, sin miedos, acudamos a Él, que su corazón es manso y humilde, y su yugo muy llevadero.  

miércoles, 19 de julio de 2017

[#IamCharlieGard] Lecturas del día, miércoles, 19 de julio. Poema "La Verdad" de José Moreno Villa

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (3,1-6.9-12):

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.»
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: «Moisés, Moisés.» Respondió él: «Aquí estoy.» Dijo Dios: «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.» Y añadió: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.» Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios. El Señor le dijo: «El clamor de los israelitas ha llegado a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios. Y ahora marcha, te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los israelitas.» Moisés replicó a Dios: «¿Quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?» Respondió Dios: «Yo estoy contigo; y ésta es la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en esta montaña.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 102,1-2.3-4.6-7

R/.
El Señor es compasivo y misericordioso

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-27):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»

Palabra del Señor
 
Poema:
La Verdad de José Moreno Villa
 
Un renglón hay en el cielo para mí.
Lo veo, lo estoy mirando;
no lo puedo traducir,
es cifrado.
Lo entiendo con todo el cuerpo;
no sé hablarlo. 

martes, 18 de julio de 2017

[#IamCharlieGard] Lecturas del día, martes, 18 de julio. Poema "Breve conversación con Dios" de Guillermo Carnero. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (2,1-15a):

En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu; ella concibió y dio a luz un niño. Viendo qué hermoso era, lo tuvo escondido tres meses. No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de mimbre, la embadurnó de barro y pez, colocó en ella a la criatura, y la depositó entre los juncos, junto a la orilla del Nilo. Una hermana del niño observaba a distancia para ver en qué paraba. La hija del Faraón bajó a bañarse en el Nilo, mientras sus criadas la seguían por la orilla. Al descubrir la cesta entre los juncos, mandó a la criada a recogerla. La abrió, miró dentro, y encontró un niño llorando. Conmovida, comentó: «Es un niño de los hebreos.» Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del Faraón: «¿Quieres que vaya a buscarle una nodriza hebrea que críe al niño?» Respondió la hija del Faraón: «Anda.» La muchacha fue y llamó a la madre del niño. La hija del Faraón le dijo: «Llévate al niño y críamelo, y yo te pagaré.» La mujer tomó al niño y lo crió. Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del Faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo: «Lo he sacado del agua.» Pasaron los años, Moisés creció, fue adonde estaban sus hermanos, y los encontró transportando cargas. Y vio cómo un egipcio maltrataba a un hebreo, uno de sus hermanos. Miró a un lado y a otro, y, viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente, salió y encontró a dos hebreos riñendo, y dijo al culpable: «¿Por qué golpeas a tu compañero?» Él le contestó: «¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro? ¿Es que pretendes matarme como mataste al egipcio?» Moisés se asustó pensando: «La cosa se ha sabido.» Cuando el Faraón se enteró del hecho, buscó a Moisés para darle muerte; pero Moisés huyó del Faraón y se refugió en el país de Madián.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 68,3.14.30-31.33-34

R/.
Humildes, buscad al Señor,
y revivirá vuestro corazón


Me estoy hundiendo en un cieno profundo
y no puedo hacer pie;
he entrado en la hondura del agua,
me arrastra la corriente. R/.

Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío,
el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R/.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,20-24):

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Breve conversación con Dios de Guillermo Carnero
 
Alguno que otro día
me amanece el deseo de invitarte a un café,
de abrazarme a la certeza
con la que me nombraste para siempre.
Quiero escuchar como respira en vos el universo
y descubrirme en el milagro sin edad de tus pupilas.

Días en los que necesito darte gracias
por lo que me concediste infinito,
por la posibilidad de hacer y re-inventar
cada trozo de vida a mi propia semejanza o a la tuya,
por la angustia y la fe en lo que anhelo,
por la alegría simple de los frutos.

Vos sabes que este amor mío renegó tanto de nombrarte.
Se ufanó de sí mismo,
evadiendo el diálogo cara a cara,
refugiándose en tu sustancia,
cumpliéndote en los principios,
pero sin la humildad serena de aceptarte.

¿De qué he huido?
Si todo rumbo me devolvió tu aliento;
si toda libertad sin vos siempre fue cárcel.
Aquí estoy otra vez,
como emergiendo del útero materno:
confiándote mi vida,
abandonándome a tu ímpetu,
despertando a tu amor,
fundiéndome en tu nombre.
 
 
Breve comentario  
 
Así como hay personas que muestran una especial sensibilidad para captar ciertos estímulos, hay otras que parecen carecer de ella en absoluto. La huella de Dios, su acción y su presencia, puede ser percibida de forma evidente, cuando se manifiesta por medio de milagros, y aun así muchos no sacarán ninguna conclusión para sus vidas: ante lo extraordinario, ante la actuación de la Bondad misma, pasarán embotados sin recibir la menor influencia. Así como hay quienes sólo obedecen a la ley mediante el castigo, los hay que no aman ni aun recibiendo amor, ni aun recibiendo el Amor más grande. A estos últimos les espera la condenación eterna, que ya es condenación aquí abajo, pues todo lo que cosechan en esta vida es, en el mejor de los casos, una satisfacción sin raíces, sin identidad, vacía, alienada de sí, mera impostura de quien no sabe recibir ni dar, de quien en verdad no posee nada habiendo adquirido todo lo que el mundo puede ofrecer. Esta es la razón por la que los ricos tienen difícil el acceso al cielo: no por el hecho de acumular riqueza material, sino sólo por acumular este tipo de riqueza.

Pero como al poeta, Dios siempre espera el momento en que de una vez comencemos a abrir los ojos y le sepamos ver. No importa si nuestra vida ha estado plagada de éxitos para el mundo (como el poeta de hoy) o de fracasos; lo que importa es en qué tipo de persona nos hemos convertido para Dios; si hemos vivido ajenos a Él, si le hemos tenido en cuenta, si está presente en nuestro pensamiento, en nuestras decisiones y en nuestros actos. Que cada uno vea su situación, revise su vida para darse cuenta en qué momentos la presencia del Señor fue evidente y no lo supo ver, qué es Dios en su día a día. Dios espera hasta al más zote para hacerlo renacer de sí, para ganarlo para sí. Y, mientras, Dios sigue actuando, se sigue presentando en nuestra vida, quiere hacerse un hueco en nuestro corazón... ¿Nos damos cuenta?; ¿o seguimos como si  nada ni nadie especial hubiera pasado? ¿Queremos ver(le), o preferimos seguir estando ciegos? ¿Nos compensa más nuestra oscuridad que la luz desconocida de la que huimos? Que cada uno vea lo que hace con su vida.