martes, 11 de octubre de 2016

Lecturas del día, martes, 11 de octubre. Poema "Yo no soy yo" de Juan Ramón Jiménez. Breve comentario

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (5,1-6):

Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud. Mirad lo que os digo yo, Pablo: si os circuncidáis, Cristo no os servirá de nada. Lo afirmo de nuevo: el que se circuncida tiene el deber de observar la ley entera. Los que buscáis la justificación por la ley habéis roto con Cristo, habéis caído fuera del ámbito de la gracia. Para nosotros, la esperanza de la justificación que aguardamos es obra del Espiritu, por medio de la fe, pues, en Cristo Jesús, da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,41.43.44.45.47.48

R/.
Señor, que me alcance tu favor

Señor, que me alcance tu favor,
tu salvación según tu promesa. R/.

No quites de mi boca las palabras sinceras,
porque yo espero en tus mandamientos. R/.

Cumpliré sin cesar tu voluntad,
por siempre jamás. R/.

Andaré por un camino ancho,
buscando tus decretos. R/.

Serán mi delicia tus mandatos,
que tanto amo. R/.

Levantaré mis manos hacia ti
recitando tus mandatos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,37-41):

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo.»

Palabra del Señor
 
Poema:
"Yo no soy yo" de Juan Ramón Jiménez 

Yo no soy yo.
                    Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.


Breve comentario

Las palabras de Cristo hoy son de tal rotundidad que apenas precisan mayores comentarios. En una primera lectura, podríamos considerar que se trata de una acerba crítica a la hipocresía humana realizada en la persona de un fariseo. Ciertamente es correcta esta interpretación. Solemos, como nos dirá el Señor en otro pasaje, colar el mosquito y tragarnos al camello (Mt 23,24). Sin embargo, la antropología cristiana no es pesimista: Jesús no es pesimista con respecto a nuestra debilidad. Conoce mejor que nadie de qué material estamos hechos, pues Él nos creó. No es que seamos en nuestro interior sólo podredumbre y cieno, que dijo Bécquer, debilidad y pecado, sino que allí, en lo más íntimo de nuestro corazón reside y alienta la mayor cercanía y semejanza a nuestro origen en Dios, a nuestra existencia como fruto de su voluntad amorosa. Por mucha miseria con la que hayamos y/o nos hayan enterrado esta belleza primigenia, la belleza de Dios y la sed de unirnos a Él laten en nuestro corazón con toda su fuerza. De ahí que pueda afirmar como conclusión y propuesta esta frase que no debe pasar desapercibida: "Dad limosna de lo de dentro." El contenido de una limosna nunca puede ser algo negativo, dañino o pernicioso: se da en limosna lo que es bueno, lo que tiene valor, lo que ayuda; así, dar limosna representa una expresión de amor o de cuidado hacia el otro. Para que no quepan dudas de esta interpretación positiva de nuestro corazón, apostilla el Señor: "y lo tendréis limpio todo." Exacto; nuestro corazón es capaz de albergar la misericordia del Señor por nosotros porque somos reflejos de su amor, y en tanto tal capacitados, a pesar de las muchas heridas, carencias y debilidades, para amar como Él nos ama. Es de aquí de donde deben salir nuestras limosnas, la práctica efectiva de las virtudes teologales, siempre con el concurso de la gracia.

Creo que ahora se puede entender el aparentemente paradójico poema del poeta onubense y la adecuación con las lecturas de hoy.

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