sábado, 30 de junio de 2018

Lecturas del día, sábado, 30 de junio. Poema "Miércoles de ceniza (parte III)" de T. S. Eliot. Breve comentario

Primera lectura
Lectura de las Lamentaciones (2,2.10-14.18-19):

El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de Jacob, con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá; derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes. Los ancianos de Sión se sientan en el suelo silenciosos, se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal; las doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza. Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura mis entrañas; se derrama por tierra mi hiel, por la ruina de la capital de mi pueblo; muchachos y niños de pecho desfallecen por las calles de la ciudad. Preguntaban a sus madres: «¿Dónde hay pan y vino?», mientras desfallecían, como los heridos, por las calles de la ciudad, mientras expiraban en brazos de sus madres.
¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de Jerusalén? ¿A quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella? Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte? Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas; y no te denunciaban tus culpas para cambiar tu suerte, sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras.
Grita con toda el alma al Señor, laméntate, Sión; derrama torrentes de lágrimas, de día y de noche; no te concedas reposo, no descansen tus ojos. Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia; derrama como agua tu corazón en presencia del Señor; levanta hacia él las manos por la vida de tus niños, desfallecidos de hambre en las encrucijadas.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 73

R/.
No olvides sin remedio la vida de tus pobres

¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados,
y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo,
de la tribu que rescataste para posesión tuya,
del monte Sión donde pusiste tu morada. R/.

Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio;
el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron sus propios estandartes. R/.

En la entrada superior
abatieron a hachazos el entramado;
después, con martillos y mazas,
destrozaron todas las esculturas.
Prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron la morada de tu nombre. R/.

Piensa en tu alianza: que los rincones del país
están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado,
que pobres y afligidos alaben tu nombre. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,5-17):

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.»
Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo.»
Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy quién para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace.»
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los ciudadanos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
Y al centurión le dijo: «Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.» Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles. Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.»

Palabra del Señor

Poema:
Miércoles de ceniza (parte III) de T. S. Eliot 

En la primera revuelta de la segunda escalera
me volví y vi abajo
la misma forma retorcida en la baranda
bajo el vapor en el aire fétido
luchando con el demonio de las escaleras que reviste
la cara engañosa de esperanza y de desesperación.
.
En la segunda revuelta de la segunda escalera
les dejé retorciéndose, volviendo abajo:
ya no había más caras y la escalera estaba oscura,
húmeda, mellada, como la boca de un viejo babeando, ya sin [arreglo,
o el dentado gaznate de un tiburón envejecido.
.
En la primera vuelta de la tercera escalera
había una ventana estriada con panza como de higo
y más allá del espino en flor y una escena pastoril
la figura de anchas espaldas vestida de azul y verde
hechizaba el mayo con una antigua flauta.
Dulce es el pelo al viento, pelo pardo al viento sobre la boca,
lila y pelo pardo;
distracción, música de la flauta, descansillos y escalones de la [mente en la tercera escalera,
desvaneciéndose, desvaneciéndose: fuerza más allá de esperanza [y desesperación
trepando la tercera escalera.
.
Señor, no soy digno
Señor, no soy digno 
pero di sólo la palabra.

Ash Wednesday III

At the first turning of the second stair
I turned and saw below
The same shape twisted on the banister
Under the vapour in the fetid air
Struggling with the devil of the stairs who wears
The deceitul face of hope and of despair.

At the second turning of the second stair
I left them twisting, turning below;
There were no more faces and the stair was dark,
Damp, jagged, like an old man’s mouth drivelling, beyond repair,
Or the toothed gullet of an aged shark.

At the first turning of the third stair
Was a slotted window bellied like the figs’s fruit
And beyond the hawthorn blossom and a pasture scene
The broadbacked figure drest in blue and green
Enchanted the maytime with an antique flute.
Blown hair is sweet, brown hair over the mouth blown,
Lilac and brown hair;
Distraction, music of the flute, stops and steps of the mind over [the third stair,
Fading, fading; strength beyond hope and despair
Climbing the third stair.

Lord, I am not worthy
Lord, I am not worthy
but speak the word only.

https://www.youtube.com/watch?v=h9o_B6HS8Xc
(Lectura completa de Eliot de las seis partes que componen este poema)

Breve comentario

No somos dignos del Señor. Su amor es un regalo. Da igual que seamos hombres corajudos y disciplinados, como el centurión; humildes sirvientes, como la suegra de Pedro; o brillantes intelectuales y creadores, como el poeta Eliot. Siendo así, el Señor se presenta en nuestras vidas acorde a nuestra sensibilidad, a nuestras características personales. El centurión, como oficial militar con hombres a su cargo, siente la presencia del Señor como un jefe militar al que debe obediencia, y que, como a un superior, cuando ordena, sus órdenes deben ser ejecutadas. La suegra de Pedro siente desde su condición de mujer que ha de ponerse sin más a servir a la persona que ha venido a hacerle un bien de forma desinteresada: lo ama sirviéndole. Eliot, que escribió este poema como primera manisfestación poética de su conversión al catolicismo desde los rigores de un protestantismo calvinista y unitarista, se pone a componer en metáforas de desgarradora belleza todo su devenir espiritual, lleno de angustia, inseguridad, incomprensión, soledad y dudas. Eliot se pone a escribir a Dios, a descubrirle, desde su sensibilidad de poeta.

No importa lo que seamos, no importa dónde nos encuentre Dios: en nuestra indignidad sólo le podemos ofrecer nuestro corazón para que Él lo transforme, lo cual no alterará lo que somos. Unos seguirán relacionándose con Dios con la reciedumbre propia de los militares, y está muy bien; otros, lo harán como humildes servidores anónimos en lo aparentemente pequeño, y está muy bien; otros desde el brillo de la inteligencia, aun atormentada, como la que siguió sufriendo durante toda su vida el poeta anglosajón, y está muy bien. Pero unos y otros ya conocen no sólo que Dios existe, sino que les existe. Y que es algo inmenso de lo que no somos dignos.

Eliot siguió perseguido por una culpa neurótica que no le dejaba vivir, pero en su conversión sintió, por fin, la fuerza del perdón del amor de Dios. Y se sintió indigno de tanta belleza y misericordia regalada, así sin más, a él que nunca pudo sentir en vida un amor franco a sí mismo.

Demos gracias a Dios por su Amor que nos dignifica.

jueves, 28 de junio de 2018

Lecturas del día, jueves, 28 de junio. Poema "Un poema para final del siglo" de Czeslaw Milosz. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (24,8-17):

Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén. Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre. En aquel tiempo, los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron. Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada. Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios. El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado. Se llevó los tesoros del templo y del palacio y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor. Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos –diez mil deportados–, los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe. Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia. Llevó deportados, de Jerusalén a Babilonia, al rey y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, todos los ricos –siete mil deportados–, los herreros y cerrajeros –mil deportados–, todos aptos para la guerra. En su lugar nombró rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre en Sedecías.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 78,1-2.3-5.8.9

R/.
Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre

Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
Echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra. R/.

Derramaron su sangre como agua
en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Vas a estar siempre enojado?
¿Arderá como fuego tu cólera? R/.

No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R/.

Socórrenos, Dios, salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,21-29):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: 'Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados." El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.

Palabra del Señor
 
Poema:
Un poema para final del siglo de Czeslaw Milosz 

Cuando todo estaba bien
Y el concepto de pecado había desaparecido
Y la tierra estaba lista
En paz universal
Para consumir y disfrutar
Sin dogmas y utopías,


Yo, por razones desconocidas,
Rodeado por los libros
De profetas y teólogos,
De filósofos, poetas,
Buscaba una respuesta,
Frunciendo el ceño, gesticulando,
Caminando de noche, refunfuñando al amanecer.


Lo que me oprimía en demasía
Era un poco vergonzoso.
Hablando de ello en voz alta
No mostraría ni tacto ni prudencia.
Podría incluso parecer un agravio
En contra del bienestar de la humanidad.


¡Ay de mí!, mi memoria
No quiere dejarme
Y en ella, la vida comienza
Cada una con su propio dolor,
Cada una con su propio morir,
Con su propia turbación.


¿Por qué entonces la inocencia
En playas paradisíacas,
Un cielo impoluto
Sobre la iglesia de la higiene?
¿Será porque eso
fue hace mucho?


A un hombre santo
-Así dice un cuento árabe-
Dios le dijo con maldad:
"He revelado a tu pueblo
Cuán gran pecador eres,
Ellos no te podrán alabar."
"Y yo", contestó el devoto,
"Les he descubierto a ellos
Cuán misericordioso eres,
Ellos no se preocuparán por ti."

¿A quién recurriría
Con asunto tan oscuro
De dolor y también de culpa
En la estructura del mundo,
Si ninguno aquí abajo
O allá arriba en las alturas
Puede abolir
La causa y el efecto?

No piensen, no recuerden
La muerte en la cruz,
Aunque cada día Él muera,
El único, el siempre-amado,
Aquél que sin necesidad alguna
Consintió y permitió
Existir a todo lo que es,
Incluyendo las garras de tortura.

Completamente enigmático
Enredo imposible.
Mejor dejar de hablar aquí.
Este lenguaje no es para personas.
Bendita sea la jubilación.
Vendimias y cosechas.
Aun si nadie
Tiene la serenidad garantizada.


Wiersz na koniec stulecia

Kiedy już bylo dobrze
I znikło pojęcie grzechu
I ziemia byla gotowa
W powszechnym pokoju
Spożywać i weselić się
Bez wiar i utopii,

Ja, nie wiadomo czemu,
Obłożony księgami
Proroków i teologów,
Filozofów, poetów,
Szukałem odpowiedzi
Marszcząc się, wykrzywiając, budząc się w środku nocy
Wykrzykując nad ranem.

Co mnie tak pognębiało,
Bylo zawstydzające.
Brak taktu i rozwagi
Byłby w mówieniu o tym,
A nawet jakby zamach
Na zdrowie ludzkości.

Niestety moja pamięć
Nie chciała mnie opuścić,
A w niej żywe istoty
Każda z jej własnym bólem,
Każda z jej własną śmiercią,
Z jej własnym przerażeniem.

I skąd by tam niewinność
Na plażach ziemskiego raju,
Niepokalane niebo
Nad kościołem higieny?
Czy dlatego, że Tamto
Było już bardzo dawno?

Do mędrca świątobliwego
--Glosi arabska przypowieść--
Bóg rzekł nieco złośliwie:
"Gdybym ludziom wyjawił,
Jakim jesteś grzesznikiem,
Nie chwaliliby ciebie."

"A ja, gdybym im odkrył,
Jak jesteś miłosierny
--Odparł mąż świątobliwy--
Pogardzaliby Tobą."

Do kogo mam się zwrócić
z tą całkiem ciemną sprawą
Bólu i razem winy
W architekturze świata,
Jeżeli tutaj nisko
Ni tam w górze wysoko
Żadna moc nie obali
Przyczyny i skutku?

Nie myśleć, nie wspominać
O śmierci na krzyżu,
chociaż co dzień umiera
Jedyny miłujący,
Który bez żadnej potrzeby
Zgodził się i zezwolił,
Żeby co jest, istniało
Razem z narzędaiem tortur.

Całkiem enigmatycznie.
Niepojęcie zawiłe.
Lepiej mowy zaprzestać.
Ten język nie dla ludzi.
Błogosławiona radość.
Winobranie i żniwo.
Choćby nie na każdego
Przyszlo uspokojenie.

https://www.ibiblio.org/ipa/audio/milosz/miloszpolishend.mp3

Breve comentario

Las palabras del Señor son no sólo palabras: son camino, verdad y vida. Es cierto que su mensaje nos puede sacudir afectivamente, emocionar, remover; pero si no va acompañada de los actos que implica su mensaje, quedan vacías de su sentido y de su poder. Cuando ordena "amaos", amemos, en efecto; no nos podemos quedar pensando lo hermoso que sería el mundo si nos amáramos. Apoyados en su Palabra que es presencia operativa en nuestros corazones, debemos convertirla en camino, en verdad y en vida para otros.

Hoy vivimos tiempos penosísimos en los que no es que no se sea coherente con la Palabra de Dios, es que ni siquiera se la conoce, pues hace muchos años que no se quiere escucharla, y además apenas se la predica en profundidad. Confundimos la bondad con una cierta sentimentalidad; el arrepentimiento es considerado como un cierto malestar que no debe provocar ningún cambio importante en nuestras vidas, en nuestros actos y deseos; el pecado es una realidad que no existe para el hombre contemporáneo, si acaso no pasa de ser un error que no implica apenas consecuencias en nuestra alma; la virtud, palabra hoy olvidada, está ligada a las experiencias de bienestar en sus distintas modalidades: adaptabilidad social, cierto perfil de personalidad grata a los demás, ausencia al menos aparente de conflicto, capacidad para "disfrutar" de muy diversas situaciones consideradas moralmente neutras (casi todas para la sensibilidad vigente)... Es decir, vivimos en la pura mentira, en la apariencia de bien. Ya ni siquiera apelamos al Señor ni para dar una pátina de respetabilidad a nuestra miseria. Y todo el que se salga de esta mentira y le oponga la verdad de Dios sabrá lo que supone esa "bondad", ese "arrepentimiento", esa "virtud", el error sin culpa de un no-pecado.

Pero aunque nadie recuerde ni piense en la muerte en la cruz del que siempre nos amó, de aquel que permitió el mal del hombre que lo llevó hasta el martirio; aunque nadie recuerde en sí mismo que necesitamos de su redención; aunque a Dios le opongamos las debilidades de nuestro yo, el Señor espera con paciencia que sepamos reconocerle antes de que sea demasiado tarde para gozar de su misericordia. Y para ello debemos ser palabra viva que la presente en medio de esta gélida hostilidad, del ingente poder de la mentira en este mundo.

Como el gran poeta polaco, ante esta terrible encrucijada de nuestro mundo, de la naturaleza caída del hombre, uno también desea vivamente jubilarse de esta lucha. El cansancio que se va acumulando al enfrentar las miserias propias y las ajenas hacen que añoremos la vida que esperamos más allá de la muerte, incluso aunque hayamos de encarar la fase purgativa difícilmente evitable. Cuando Milosz publicó este poema en 1990, rozaba los ochenta, y contemplaba con temor y temblor ese fin de siglo y de milenio. En estos casi treinta años no hemos hecho sino empeorar en todos los sentidos que describía en sus versos. Es difícil estar ya más alejado del Señor. Todo es empeorable, ciertamente, pero ya parece que nos acercamos a un punto de no retorno en nuestra degradación, en el desarrollo de nuestra mentira. Aunque, como bien dice el polaco, ninguno tengamos la serenidad garantizada, ni aquí ni en la otra vida, hagamos efectivas en este mundo las palabras en las que tenemos puestas toda nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor, pues sólo en ellas está la salvación posible a tanto tanto desastre.  

martes, 26 de junio de 2018

Lecturas del día, martes, 26 de junio. Poema "Vine" de Concha Méndez. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (19,9b-11.14-21.31-35a.36):

En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle: «Decid a Ezequías, rey de Judá: "Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria. Tú mismo has oído hablar cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, ¿y tú te vas a librar?"»
Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó ante el Señor y oró: «Señor, Dios de Israel, sentado sobre querubines; tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú hiciste el cielo y la tierra. Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerib para ultrajar al Dios vivo. Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolado todos los países y su territorio, han quemado todos sus dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra, y los han destruido. Ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios.»
Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: «Así dice el Señor, Dios de Israel: "He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria. Ésta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén. Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes. ¡El celo del Señor lo cumplirá! Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad –oráculo del Señor–. Yo escucharé a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David, mi siervo.»
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 47,2-3a.3b-4.10-11

R/.
Dios ha fundado su ciudad para siempre

Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios.
Su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R/.

El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey.
Entre sus palacios, Dios
descuella como un alcázar. R/.

Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, oh Dios,
tu alabanza llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,6.12-14):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.»

Palabra del Señor

Poema:
Vine de Concha Méndez

Vine con el deseo de querer a las gentes
y me han ido secando mi raíz generosa.
Entre turbias lagunas bogar veo a la Vida.
Deja estelas de fango, al pasar, cada cosa...

Y hablo así, yo que he sido vencedora en mi mundo,
porque pude vencerme y vencer a deseo.
Pero no me he querido engañar inventándome
una imagen equívoca. Me forjé en cuanto veo...

No despierto a una hora que no traiga consigo,
en un sordo silencio, una queja enganchada.
Tiene el alma un oído que la escucha y la siente
y recibe esta queja con la pena doblada...


Breve comentario

Pareciera que el evangelio de hoy entra en contradicción con el de ayer. Si ayer se decía que nos abstuviéramos de juzgar a los demás, hoy nos dice que con una parte de ellos, los más despreciables y alejados de nosotros, no debemos entrar en relación. Pero no nos dejemos guiar por las apariencias. Lo despreciable no es tanto fruto de un juicio gratuito como de una realidad objetiva: aquel que degrada su dignidad por mor de sus actos, se degrada a sí mismo. Hacemos bien en seleccionar las personas con las que nos tratamos, pero ese criterio debe basarse en los criterios de verdad del Señor, esa "puerta estrecha" por la que debemos pasar. Los que decimos seguir a Jesús debemos dignificarnos con nuestros actos, y más cuando el envilecimiento es algo sumamente fácil en el que cualquiera en cualquier momento puede caer.

Dar perlas a los cerdos puede llevarnos a una sorda desesperación como la que describe la poeta Concha Méndez. Lo cierto es que el mundo parece más una inmensa piara que un lugar amable donde vivir. La puerta estrecha de la virtud parece cada vez más estrecha, ya casi microscópica, pues si a la debilidad de la humanidad caída que todos compartimos, se añade un entorno generalizado de negación de Dios, por mucho que preservemos nuestra alma, quedaremos agotados en esta lucha con el mundo exterior y con el mundo que nos habita en el interior de nuestros corazones. Con todo, la puerta de la salvación no deja de ser puerta, y con todo, el hombre más animalizado nunca deja de poder ser redimido si recupera su dignidad. Y hacer que otros entren por la puerta estrecha, es otra forma de atravesarla. Sea con la ayuda de Dios.

lunes, 25 de junio de 2018

Lecturas del día, lunes, 25 de junio. Poema "Aceptación" de Robert Frost

Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (17,5-8.13-15a.18):

En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años. El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media. Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos.
El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: «Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas.»
Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo. El Señor se irritó tanto contra Israel que los arrojó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 59,3.4-5.12-13

R/.
Que tu mano salvadora, Señor, nos responda

Oh Dios, nos rechazaste
y rompiste nuestras filas;
estabas airado,
pero restáuranos. R/.

Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo. R/.

Tú, oh Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,1-5):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Aceptación de Robert Frost
 
Cuando el sol exhausto arroja sus rayos sobre las nubes
y cae ardiendo sobre el golfo debajo,
no se oye voz en la naturaleza que se lamente
por lo que ha pasado. Las aves, al menos,
deben saber que es el cielo que se oscurece.
Murmurando algo silencioso en su pecho,
un pájaro comienza a cerrar un ojo descolorido;
quizá extraviado, demasiado lejos de su nido.
O apresurado, justo encima de la arboleda,
desciende a tiempo sobre el árbol recordado.
A lo sumo piensa o gorjea suavemente: "¡estoy a salvo!
Ahora deja que la noche sea oscura para todos,
Deja que sea demasiado oscura para que yo vea en el futuro.
Deja que lo que deba ser, sea."
 
Acceptance
 
When the spent sun throws up its rays on cloud
And goes down burning into the gulf below,
No voice in nature is heard to cry aloud
At what has happened. Birds, at least, must know
It is the change to darkness in the sky.
Murmuring something quiet in her breast,
One bird begins to close a faded eye;
Or overtaken too far from his nest,
Hurrying low above the grove, some waif
Swoops just in time to his remembered tree.
At most he thinks or twitters softly, 'Safe!
Now let the night be dark for all of me.
Let the night bee too dark for me to see
Into the future. Let what will be, be.'
 

domingo, 24 de junio de 2018

Lecturas del día, domingo, 24 de junio, Natividad de san Juan Bautista. Poema "Anclado en mi tristeza de profeta..." de Rafael Guillén. Breve comentario

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (49,1-6):

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel –tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza–: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 138,1-3.13-14.15

R/.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente

Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma. R/.

No desconocías mis huesos,
cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.

Segunda lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,22-26):

En aquellos días, dijo Pablo: «Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: “Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.” Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.” Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.»

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,57-66.80):

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.
La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Palabra del Señor

Poema:
"Anclado en mi tristeza de profeta..." de Rafael Guillén 
 
Anclado en mi tristeza de profeta
sé cuánto ha de valer lo que hoy recibo;
cuánto valdrá después esto que vivo
sujeto a este después que me sujeta.


Mi plenitud en ti quedó incompleta
y espera un no sé qué definitivo.
Mientras, cerca de ti, escribo y escribo,
poeta al fin, en tiempo de poeta.


Sé cuánto ha de valer; eso es lo triste.
Valdrá más de lo mucho que poseo
el recordar lo mucho que me diste.


Profetizado don, con que falseo
esta presente gracia que me asiste
y esa futura gracia que preveo.


https://vimeo.com/238893409 

Breve comentario

Toda vida humana (incluso podría afirmarse de forma más radical, toda vida) anuncia algo, es signo de otra realidad que trasciende su presencia. Pensamos que los profetas son los "profesionales" del anuncio, del designio, del que tiene vínculos privilegiados con las fuentes del ser y de la vida. No es erróneo este juicio, ciertamente; el error reside en pensar que sólo son ellos los que gozan de semejante privilegio y los que cargan con tal responsabilidad. 

Todos somos elegidos por el Señor para vivir. Esto significa que nuestra vida no es producto del azar, que no carece de sentido, que existe una voluntad que quiso hacernos ser; y ser para descubrir, primero, el amor del que nacemos, y para anunciar, después, ese amor al mundo. Y anunciar ya es amar, compartir, regalar, entregarse. Todos somos, pues, profetas del Señor. Si no lo somos no es tanto porque no fuimos elegidos para la tarea de amar, sino porque nuestra vida se ha constituido en la negación del anuncio de nuestro ser.

Que cada uno mire en su interior qué anuncia con su vida, qué es lo que ve el otro cuando nos contempla, a qué nos lleva y a qué llevamos a los demás con nuestros actos. No es preciso perseguirse en esta labor introspectiva a la vez que trascendente; simplemente tomemos contacto con (y conciencia de) esta dimensión íntima y pública de nuestra vida.

sábado, 23 de junio de 2018

Lecturas del día, sábado, 23 de junio. Poema "Cuando cuento las semillas..." de Emily Dickinson. Breve comentario

Primera lectura
Lectura del segundo libro de las Crónicas (24,17-25):

Cuando murió Yehoyadá, las autoridades de Judá fueron a rendir homenaje al rey, y éste siguió sus consejos; olvidando el templo del Señor, Dios de sus padres, dieron culto a las estelas y a los ídolos. Este pecado desencadenó la cólera de Dios contra Judá y Jerusalén. Les envió profetas para convertirlos, pero no hicieron caso de sus amonestaciones.
Entonces el espíritu de Dios se apoderó de Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo y le dijo: «Así dice Dios: ¿Por qué quebrantáis los preceptos del Señor? Vais a la ruina. Habéis abandonado al Señor, y él os abandona.»
Pero conspiraron contra él y lo lapidaron en el atrio del templo por orden del rey. El rey Joás, sin tener en cuenta los beneficios recibidos de Yehoyadá, mató a su hijo, que murió diciendo: «¡Que el Señor juzgue y sentencie!»
Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá, hasta Jerusalén, mató a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco. El ejército de Siria era reducido, pero el Señor le entregó un ejército enorme, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se vengaron de Joás. Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá. Lo asesinaron en la cama y murió. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 88,4-5.29-30.31-32.33-34

R/.
Le mantendré eternamente mi favor

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R/.

«Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable;
le daré una posteridad perpetua
y un trono duradero como el cielo.» R/.

«Si sus hijos abandonan mi ley
y no siguen mis mandamientos,
si profanan mis preceptos
y no guardan mis mandatos.» R/.

«Castigaré con la vara sus pecados
y a latigazos sus culpas;
pero no les retiraré mi favor
ni desmentiré mi fidelidad.» R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,24-34):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»

Palabra del Señor

Poema:
"Cuando cuento las semillas..." de Emily Dickinson

Cuando cuento las semillas
sembradas allá abajo
para florecer así, lado a lado;


cuando examino a la gente
que tan bajo yace
para llegar tan alto;


cuando creo que el jardín
que no verán los mortales
siega el azar sus capullos
y sortea a esta abeja,
puedo prescindir del verano, sin queja.


"When I count the seeds..."

When I count the seeds
That are sown beneath,
To bloom so, bye and bye—

When I con the people
Lain so low,
To be received as high—

When I believe the garden
Mortal shall not see—
Pick by faith its blossom
And avoid its Bee,
I can spare this summer, unreluctantly.

Breve comentario

El Señor suele enfatizar con sus analogías el mensaje que quiere transmitir. Sabe que nos resulta tan difícil de entender la verdad de Dios que utiliza comparaciones muy radicales para abrir nuestras obtusas mentes. El problema es que para cierta sensibilidad no menos obtusa, algunos tienden a leer e interpretar las analogías con una literalidad total, lo cual no deja de ser tan erróneo como el fenómeno opuesto, las interpretaciones libérrimas, disparatadas y, por tanto, mentirosas: hacer decir al Señor lo que jamás dijo ni pretendió decir.

En el pasaje evangélico de hoy lo importante no es que no nos debamos preocupar de nuestro sustento porque Dios proveerá. La providencia nunca está al servicio del pecado, en este caso, la holganza perezosa o la despreocupación irresponsable. Lo relevante de estas imágenes es que en definitiva toda nuestra vida reposa en Dios, y es en Dios donde encontraremos el verdadero sustento. Por supuesto, ese sustento no es sólo ni principalmente material. De nada le vale a Dios una vida de afanes puramente terrenales y el éxito en los mismos, si nos olvidamos de que todo lo que nos hace ser hombres nos viene de Dios. El dinero, el poder, la fama, el éxito social no nos hace hombres, o no en la medida que creamos que nuestra humanidad depende de estos logros. Lo que nos hace humanos es el amor de Dios, y el que, nacido de Él, sepamos derramar a los demás. Esa es la prioridad absoluta, el único Señor al que debemos servir. Todo lo demás son falsos ídolos al servicio de nuestras diversas debilidades.

Claro, pues, que hay que preocuparse de nuestro sustento, pues hasta los pajarillos también han de preocuparse de ello, pero no perdiendo la perspectiva de que quien verdaderamente provee, en donde reside la verdadera riqueza, es en Dios y no en nuestras actividades o motivaciones. Si uno no pierde esta perspectiva, siempre se hallará sustentado y sostenido por la gracia de Dios, sean cuales sean las circunstancias personales por penosas que fueran. He conocido personas adineradas muy infelices (y otras, cómo no, felices), y gente muy humilde con una profunda alegría que era imposible que procediera de su precaria situación existencial. El mensaje evangélico de hoy va de prioridades, de dónde ponemos la atención de nuestros intereses, de dónde depositamos nuestra confianza y nuestra esperanza, no de una apología a la irresponsabilidad y a un abandono pueril de nuestro deber: reconocer la preeminencia de Dios en nuestras vidas, sobre todas las cosas.

Y Emily (¡ay, Emily, qué enamorado de ti me tienes!) describe con una sencillez femenina profundísima esta gran verdad. Qué bien juega con los contrastes, con qué elegancia y concisión contrapone el suelo en el que florecen las semillas con el suelo en que yacen los hombres que se corrompen no para florecer, sino para llegar "alto", según los criterios del mundo, en su destrucción de sí mismos. Y al final cerrar su reflexión con la alusión de un jardín que los mortales no podemos ver (¿el Jardín del Edén?), pero que muestra signos aquí de su perfección en la vida terrena: las flores que nacen y mueren sin que dependa de nuestra acción como el volar de una abeja. Cuando, como esta excelsa poeta, se vislumbra esta perfección que nos sobrepasa, no importa el tiempo que vivamos: ya nos sobra todo, este verano que ahora nace para indicarnos, sin queja, que podemos renunciar a nuestros agobios y nuestras falsas ilusiones. Que sepamos verlo, amigos, sea en verano o en invierno.

martes, 19 de junio de 2018

Lecturas del día, martes, 19 de junio. Poema "De todos modos" de Kent M. Keith


Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (21,17-29):

Después de la muerte de Nabot, el Señor dirigió la palabra a Elías, el tesbita: «Anda, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Mira, está en la viña de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión. Dile: "Así dice el Señor: '¿Has asesinado, y encima robas?' Por eso, así dice el Señor: 'En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre.»
Ajab dijo a Elías: «¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?»
Y Elías repuso: «¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre. Haré con tu casa como con la de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel. También ha hablado el Señor contra Jezabel: "Los perros la devorarán en el campo de Yezrael." A los de Ajab que mueran en poblado los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado los devorarán las aves del cielo.»
Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Señor reprueba, empujado por su mujer Jezabel. Procedió de manera abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había expulsado ante los israelitas. En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
El Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su hijo.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 50,3-4.5-6a.11.16

R/.
Misericordia, Señor: hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»

Palabra del Señor

Poema:
De todos modos de Kent M. Keith 

Las personas son irrazonables, inconsecuentes y egoístas,
ámalas de todos modos.
 

Si haces el bien, te acusarán de tener oscuros motivos egoístas,
haz el bien de todos modos.
 

Si tienes éxito y te ganas amigos falsos y enemigos verdaderos,
lucha de todos modos.
 

El bien que hagas hoy será olvidado mañana,
haz el bien de todos modos.
 

La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerables,
sé sincero y franco de todos modos.
 

Lo que has tardado años en construir puede ser destruido en una [noche,
construye de todos modos.
 

Alguien que necesita ayuda de verdad puede atacarte si lo ayudas,
ayúdale de todos modos.
 

Da al mundo lo mejor que tienes y te golpearán a pesar de ello,
da al mundo lo mejor que tienes de todos modos.


Anyway

People are unreasonable, illogical, and self-centered,
LOVE THEM ANYWAY
If you do good, people will accuse you of
selfish, ulterior motives,
DO GOOD ANYWAY
If you are successful,
you win false friends and true enemies,
SUCCEED ANYWAY
The good you do will be forgotten tomorrow,
DO GOOD ANYWAY
Honesty and frankness make you vulnerable,
BE HONEST AND FRANK ANYWAY
What you spent years building may be
destroyed overnight,
BUILD ANYWAY
People really need help
but may attack you if you help them,
HELP PEOPLE ANYWAY
Give the world the best you have
And you’ll get kicked in the teeth,
GIVE THE WORLD THE BEST YOU’VE GOT ANYWAY 

------------------

Agradezco al atento lector RockyMarciano la corrección sobre la autoría del poema y su versión original en inglés que corresponde no a santa Teresa de Calcuta, como por error atribuí, sino a Kent M. Keith. Más datos de este autor en el comentario escrito más abajo por RockyMarciano. 

lunes, 18 de junio de 2018

Lecturas del día, lunes, 18 de junio. Poema "Los justos" de Jorge Luis Borges. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (21,1-16):

Por aquel tiempo, Nabot, el de Yezrael, tenía una viña pegando al palacio de Ajab, rey de Samaria.
Ajab le propuso: «Dame la viña para hacerme yo una huerta, porque está al lado, pegando a mi casa; yo te daré en cambio una viña mejor o, si prefieres, te pago en dinero.»
Nabot respondió: «¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres!»
Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de Yezrael, aquello de: «No te cederé la heredad de mis padres.»
Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento.
Su esposa Jezabel se le acercó y le dijo: «¿Por qué estás de mal humor y no quieres probar alimento?»
Él contestó: «Es que hablé a Nabot, el de Yezrael, y le propuse: "Véndeme la viña o, si prefieres, te la cambio por otra." Y me dice: "No te doy mi viña."»
Entonces Jezabel dijo: «¿Y eres tú el que manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará bien. ¡Yo te daré la viña de Nabot, el de Yezrael!»
Escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y notables de la ciudad, paisanos de Nabot. Las cartas decían: «Proclamad un ayuno y sentad a Nabot en primera fila. Sentad en frente a dos canallas que declaren contra él: "Has maldecido a Dios y al rey." Lo sacáis afuera y lo apedreáis hasta que muera.»
Los paisanos de Nabot, los ancianos y notables que vivían en la ciudad, hicieron tal como les decía Jezabel, según estaba escrito en las cartas que habían recibido.
Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot en primera fila; llegaron dos canallas, se le sentaron enfrente y testificaron contra Nabot públicamente: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey.»
Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió.
Entonces informaron a Jezabel: «Nabot ha muerto apedreado.»
En cuanto oyó Jezabel que Nabot había muerto apedreado, dijo a Ajab: «Hala, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael, que no quiso vendértela. Nabot ya no vive, ha muerto.»
En cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 5,2-3.5-6.7

R/.
Atiende a mis gemidos, Señor

Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío. R/.

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario
y traicionero lo aborrece el Señor. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,38-42):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.»

Palabra del Señor

Poema:
Los justos de Jorge Luis Borges 

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso [ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le [agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto [canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Breve comentario

Antes de que por edad pudiera acceder al mercado laboral, España ya padecía lo que entonces se atisbaba como un mal endémico: una elevadísima tasa de paro. El pleno empleo fue una conquista que Franco se llevó a la tumba, esa de la que ahora los que han arruinado el país un par de veces lo quieren sacar. Cuando accedí a la universidad por primera vez, en el año 1981, ya era tema de debate el criterio de la elección de carrera. Muchos nos proponían que debía imperar el pragmatismo sobre cualquier otra consideración: mejor elegir algo con salidas que sólo por el mero gusto a los contenidos de la futura profesión. Casi cuarenta años después, y tras irme pésimamente en ese mercado laboral, sigo pensando lo mismo que entonces: hay que elegir lo que le guste a la persona, y más cuando el esfuerzo va a ser prolongado. He conocido gentes de mi generación que se han guiado por otros criterios, despreciando su propia vocación, y siguen arrepentidos de no haber seguido aquella. Eso sí, tienen dinero, pero no sé si felicidad o siquiera satisfacción.

Si traigo este ejemplo y el poema de Borges es para ilustrar de forma aproximada, además de los ejemplos del evangelio, la mirada que nos propone el Señor. No hay que hacer simplemente lo que corresponde o lo esperado, sino lo que es bueno, verdadero y bello. Así hay que entender los ejemplos que nos pone el Señor, que, por su radicalidad, reflejan mejor el contraste de su propuesta. Es perfectamente cristiano el denunciar a aquel que te agrede sin el menor arrepentimiento por su parte. Y si quien te agrede lo puede hacer con extrema gravedad para tu integridad física o de otras personas (mucho más si se trata de tu cónyuge o tus hijos), el cristiano no esperará al juez, sino que intentará neutralizar agrediendo a su vez a quien quiere acabar con nosotros. Por esto no hay que entender en su absoluta literalidad los ejemplos. Lo que subyace en ellos es que debemos seguir el criterio de bondad moral en nuestros actos a pesar de todos los pesares, aunque todo lo que nos rodee vaya en contra de esa bondad. Abortar es asesinar a un inocente inerme en el vientre de su madre; la homosexualidad es un gravísimo desorden de la conducta, del juicio, la voluntad y los afectos; toda vida es digna por el hecho de existir y debe acabar de forma natural, jamás provocando una muerte anticipada, ni siquiera cuando la persona dé su aprobación; el Estado no es quien para educar moral y espiritualmente a los hijos de nadie, pues esto es competencia exclusiva e indelegable de los padres; es radicalmente intolerable la manipulación embrionaria y las técnicas de reproducción asistida que lo implique, dada la dignidad de toda vida desde su primer estadio de crecimiento, etc., etc., etc. Y, por supuesto, estudiar filología semítica aunque exista un 25% de paro, si es a lo que uno se siente llamado. Ni el dinero, ni la fama, ni el placer, ni el ascenso social o laboral, ni el egoísmo disfrazado con sus mil máscaras han de ser motivaciones que rijan nuestras vidas.

Hay que subrayar un aspecto que quizá el intelectualismo borgiano del poema difumina. No se trata simplemente de seguir nuestro criterio, ni de aquello que en cierto momento consideremos bueno. Un matrimonio puede ir mal, pero nadie lo va a resolver acostándose con la vecina del quinto, por muy agradable, placentero o conveniente que pueda parecer. Se trata de desarrollar la mirada, la actitud, la disposición ética y espiritual de aportar un bien al mundo, aunque ese mundo se limite a una sola persona. Y aunque ese mundo no sólo no sepa valorar ese bien, sino que lo califique como un mal a reprimir. El Señor nos muestra cuáles son esos bienes que debemos procurar a los demás, que no son otros que los que dicta el amor que nace de un corazón poseído por la verdad de Dios. 

Sólo estos hombres, los justos del Señor, con cada pequeño acto que realicen, en efecto, "están salvando el mundo."

domingo, 17 de junio de 2018

Lecturas del día, domingo, 17 de junio. Poema "Amor del sembrador" de fray Alejandro R. Ferreirós

Primera lectura

Lectura del Profeta Ezequiel (17,22-24):

Esto dice el Señor Dios: «Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré en la montaña más alta de Israel; para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 91,2-3.13-14.15-16

R/.
Es bueno darte gracias, Señor

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. R/.

El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano;
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios. R/.

En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta de san Pablo a los Corintios (5,6-10):

Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. Por eso procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,26-34):

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.»
Les dijo también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra.»

Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Palabra del Señor
 
Poema:
Amor del sembrador de fray Alejandro R. Ferreirós  

Amor del sembrador, simiente arroja,
tu mano generosa esparce vida,
aprieta tu esperanza la gavilla,
del tiempo que, en la siembra, se despoja.

Amor y eternidad en mi sembrado,
la tierra que elegiste, arada, clama,
por la lluvia benigna que derrama
el soplo de tu cielo ensangrentado.

Amor, fecundidad, parto anunciado,
del suelo milenario que te espera,
mi tierra desposó tu primavera,
la entraña de mi suelo, en Ti, preñado.

Germina tu Palabra creadora,
raíces de esperanza hay en mi huerto,
tu beso fecundando el suelo muerto,
tu mirada me atrapa, salvadora.

Tu Amor es mi verdad y mi sustento,
florece mi jardín, tu aroma embriaga,
consuelo y posesión que no se acaba,
de tu voz, que se ha vuelto mi alimento.

sábado, 16 de junio de 2018

Lecturas del día, sábado, 16 de junio. Poema "Las contadas palabras" de Óscar Hernández

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (19,19-21):

En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Elíseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto.
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: «Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»
Elías le dijo: «Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?»
Elíseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 15,1-2a.5.7-8.9-10

R/.
Tú, Señor, eres el lote de mi heredad

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,33-37):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor." Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir "sí" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Las contadas palabras de Óscar Hernández 

Escribe hermano, escribe
para que hagamos un poema,
pero ha de ser escrito con las manos,
con nuestras manos de hombre.
¿Y por qué así un poema, con tan pocas palabras?
Porque todas las cosas deben hacerse así,
como Dios hizo al mundo,
con su fe, con sus ojos y con su voluntad.
Además, conocemos apenas muy contadas palabras,
sabemos dos, o tres o cuatro…
hombre, caballo, alambre, arroz.
Que digan los poetas:
Atardecer, crepúsculo, navío;
nosotros no entendemos más que cuatro palabras,
la última es arroz.
Hay que escribir para los hombres,
para el ladrón y para el santo.
Los hombres del mundo dicen sencillamente:
hombre, caballo, alambre, arroz.
Que este poema, hermano,
sea claro a los ojos de los que no comprenden:
atardecer, crepúsculo, navío.
Y es que todos los hombres, iguales a nosotros,
entienden solamente:
hombre, caballo, alambre, arroz.
Desde la humilde esquina de mi casa
mi mano grande dice adiós
y se mueve en el aire para todos.
Decid conmigo, amigos:
hombre, caballo, alambre, arroz.

viernes, 15 de junio de 2018

Lecturas del día, viernes, 15 de junio. Poema "Rosa de siempre" de José Antonio Muñoz Rojas. Breve comentario

Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (19,9a.11-16):

En aquellos días, cuando Elías llegó a Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche.
El Señor le dijo: «Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar!»
Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hacía trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.
Entonces oyó una voz que le decía: «¿Qué haces, aquí, Elías?»
Respondió: «Me consume el celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derruido tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo, y me buscan para matarme.»
El Señor dijo: «Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco y, cuando llegues, unge rey de Siria a Jazael, rey de Israel a Jehú, hijo de Nimsí, y profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 26,7-8a.8b-9abc.13-14

R/.
Tu rostro buscaré, Señor

Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro.» R/.

Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor,
sé valiente, ten ánimo,
espera en el Señor. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,27-32):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.»

Palabra del Señor  

Poema:
Rosa de siempre de José Antonio Muñoz Rojas

Tú de verdad y para ti mi vida,
Rosa de siempre lo mortal te sabe
de memoria y amor. ¿Qué en ti no cabe?
Mi verso para ti. Tú, su medida.

Pedazo de mi tiempo, de mi herida,
me llevas y te llevo, mar y nave,
¡oh, Rosa!, ¿qué hará el labio que te alabe
mas que alabarte? Lo fugaz se olvida.

Pero nunca la luz. El viejo río
seguirá su camino al mar, la nada.
Por los aires de Dios la primavera

seguirá proclamando el poderío
de lo que pasa. Oh, Rosa condenada
por dentro a florecer, morir por fuera. 

Breve comentario

El camino matrimonial es un camino de consagración. De consagración de los cónyuges. Si el festín que Walcott nos invitaba en el poema de ayer consistía en la reconciliación con nosotros mismos, el saber perdonarnos, no menos necesaria es la reconciliación y el perdón entre los cónyuges. La fidelidad es un amor de aceptación, de renuncia de ideales, de imposibles, un amor realista, un amor de la realidad del otro. Y para amar hasta lo no amable, y amarlo para siempre, hay que tener mucha pasión, es decir, mucha capacidad para recibir al otro, para aceptarlo, para acogerlo.

Es indudable que ser fiel a una persona, y serlo cada día, en cada detalle, en la cotidianidad, supone renuncias. Renuncias a todas las mujeres u hombres posibles que nos pudieran hacer feliz, a experiencias quizá no factibles con nuestro cónyuge. Estas tentaciones, estas fantasías, pueden ser muy poderosas si nos abandonamos a ellas, a sus cantos de sirena. Si aceptamos que Dios existe en nuestras vidas y opera en ella, lo que deberíamos tener claro es que tenemos la felicidad (y el sufrimiento) que Dios quiere para nosotros, para nuestro bien, no el que imaginamos, el posible, el fantaseado. 

Y en esta renuncia y en esta entrega nos vamos consagrando el uno en el otro, pues el matrimonio es un camino vocacional, la respuesta a una llamada de Dios de dos personas que deciden quererse, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe. Ese es nuestro festín que debemos darnos el uno al otro. Florecer, sí, para morir al mundo y vivir en Dios en medio del mundo. 

jueves, 14 de junio de 2018

Lecturas del día, jueves, 14 de junio. Poema "Amor después del amor" de Derek Walcott. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (18,41-46):

En aquellos días, Elías dijo a Ajab: «Vete a comer y a beber, que ya se oye el ruido de la lluvia.»
Ajab fue a comer y a beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo; allí se encorvó hacia tierra, con el rostro en las rodillas, y ordenó a su criado: «Sube a otear el mar.»
El criado subió, miró y dijo: «No se ve nada.»
Elías ordenó: «Vuelve otra vez.»
El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo: «Sube del mar una nubecilla como la palma de una mano.»
Entonces Elías mandó: «Vete a decirle a Ajab que enganche y se vaya, no le coja la lluvia.»
En un instante se oscureció el cielo con nubes empujadas por el viento, y empezó a diluviar. Ajab montó en el carro y marchó a Yezrael. Y Elías, con la fuerza del Señor, se ciñó y fue corriendo delante de Ajab, hasta la entrada de Yezrael.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 64,10.11.12-13

R/.
Oh Dios, tú mereces un himno en Sión

Tú cuidas de la tierra,
la riegas y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R/.

Riegas los surcos,
igualas los terrenos,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes. R/.

Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,20-26):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Amor después del amor de Derek Walcott
 
Llegará el día
en que, con júbilo,
te recibas a ti mismo que llegas
hasta tu puerta, ante tu propio espejo,
y uno al otro sonriendo se den la bienvenida


y se digan: siéntate. Come.
Volverás a querer al extraño que has sido.
Saca el vino. Y el pan. Tu corazón, devuélvelo
a sí mismo, al extraño que te ha amado


toda la vida, al que ignoraste
por otro, al que te sabe de memoria.
Esas cartas de amor en las estanterías,


quítalas; y las fotos, las notas consternadas.
Corta tu propia imagen del espejo.
Y siéntate. Hoy hay fiesta en tu vida.


Love after love

The time will come
when, with elation
you will greet yourself arriving
at your own door, in your own mirror
and each will smile at the other's welcome,

and say, sit here. Eat.
You will love again the stranger who was your self.
Give wine. Give bread. Give back your heart
to itself, to the stranger who has loved you

all your life, whom you ignored
for another, who knows you by heart.
Take down the love letters from the bookshelf,

the photographs, the desperate notes,
peel your own image from the mirror.
Sit. Feast on your life.

https://www.youtube.com/watch?v=KSS5Y9az4iI

Breve comentario

La reconciliación es una forma de perdón o, más bien, un efecto del mismo. Y reconciliación y perdón son a su vez manifestaciones del amor que habita en el corazón que perdona y se reconcilia. En la medida que llevamos la cuenta de las ofensas recibidas o infligidas, se hacen muy difíciles estas actitudes de paz, pues llevar cuenta supone que se mantienen vivos los rencores, las heridas, los odios y los desencuentros. Es más, lo que significa es que se quiere mantenerlos vivos para poder seguir odiando. Hay personas que alimentan sus heridas con el mismo celo que una madre alimenta a sus hijos.

Pero tal vez hay un odio que sea el origen de todos los odios existentes: el odio a sí mismo. Es estremecedor comprobar cuánta gente se odia a sí misma en diversos grados y de diversos modos. Las consultas de los psicoterapeutas están repletas de estas personas que sufren este estigma. Doy fe lo que puede llegar a costar que la propia persona logre amarse. Asimismo los cirujanos plásticos conocen muy bien de este íntimo dolor humano. Si somos implacables con nosotros mismos, es difícil que no lo seamos con los demás. En tales circunstancias nuestro amor será débil en origen, plagado de dudas, ambivalencias, inseguridades, deseoso de reafirmación personal, angustiado... La primera persona que debemos amar para poder amar a los demás y a Dios que nos habita, somos nosotros mismos. Mientras ello no ocurra las reconciliaciones y el perdón se harán conquistas casi inaccesibles; las ofensas recibidas, verdaderos colosos que no paran de humillarnos; la presencia de personas sobre las que dudamos, presumibles enemigos futuros, etc.

Walcott parecía saber algo de todo esto. Llevarse mal con uno mismo es una de las plagas afectivas del hombre moderno. No sería inusitado relacionar el afán casi compulsivo de producir y consumir sin límite del capitalismo con esta profunda herida narcisista. Ya sabemos que ciertas corrientes del protestantismo asocian el éxito social al amor de Dios; el fracasado sería el rechazado de Dios, cuando en verdad ese fracaso quizá se deba sólo al rechazo suscitado por ciertos hombres o por cierto sistema de creencias y de organización social. Y el nihilismo relativista que padecemos es una de las muestras más formidables de odio dirigido hacia la propia sociedad y la propia persona. Que Occidente está en un abierto proceso de autodestrucción es algo que a muchos, creyentes y no creyentes, nos parece de una evidencia incontestable. En fin, uno tiene experiencias personales en su propia familia, en su vecindario, en su entorno en las que la reconciliación se hace imposible por estas razones: hay otros antes que a uno a los que no se perdona.

No en vano el Señor nos dijo que amáramos al prójimo como a nosotros mismos. Luego, salvando este escollo fundamental de aquellos que no pueden amar a nadie porque no son capaces de amarse a sí mismos, el mandato de amor quedó modificado sabiamente: amaos como yo os he amado. Amaos también a vosotros mismos, y hacedlo con el modelo de amor que os he ofrecido con mi vida. En ocasiones (sólo en ocasiones), la Psicología puede ayudar a abrir estos íntimos horizontes del alma. Pero el que verdaderamente tiene el poder de abrir el corazón al amor y al perdón es el Señor. Yo necesité de ambos, de la Psicología (por eso me hice psicólogo) y de Dios, para lograrlo. Y aún estoy en ello, ya sólo con la ayuda del Señor.

miércoles, 13 de junio de 2018

Lecturas del día, miércoles, 13 de junio. Poema "(El maestro de esgrima se presenta)" de Carmen Pallarés. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (18,20-39):

En aquellos días, el rey Ajab despachó órdenes a todo Israel, y los profetas de Baal se reunieron en el monte Carmelo. Elías se acercó a la gente y dijo: «¿Hasta cuándo vais a caminar con muletas? Si el Señor es el verdadero Dios, seguidlo; si lo es Baal, seguid a Baal.»
La gente no respondió una palabra. Entonces Elías les dijo: «He quedado yo solo como profeta del Señor, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos: vosotros elegid uno; que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, sin prenderle fuego; yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, sin prenderle fuego. Vosotros invocaréis a vuestro dios, y yo invocaré al Señor; y el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero.»
Toda la gente asintió: «¡Buena idea!»
Elías dijo a los profetas de Baal: «Elegid un novillo y preparadlo vosotros primero, porque sois más. Luego invocad a vuestro dios, pero sin encender el fuego.»
Cogieron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron invocando a Baal desde la mañana hasta mediodía: «¡Baal, respóndenos!»
Pero no se oía una voz ni una respuesta, mientras brincaban alrededor del altar que habían hecho.
Al mediodía, Elías empezó a reírse de ellos: «¡Gritad más fuerte! Baal es dios, pero estará meditando, o bien ocupado, o estará de viaje; ¡a lo mejor está durmiendo y se despierta!»
Entonces gritaron más fuerte; y se hicieron cortaduras, según su costumbre, con cuchillos y punzones, hasta chorrear sangre por todo el cuerpo. Pasado el mediodía, entraron en trance, y así estuvieron hasta la hora de la ofrenda. Pero no se oía una voz, ni una palabra, ni una respuesta.
Entonces Elías dijo a la gente: «¡Acercaos!»
Se acercaron todos, y él reconstruyó el altar del Señor, que estaba demolido: cogió doce piedras, una por cada tribu de Jacob, a quien el Señor había dicho: «Te llamarás Israel»; con las piedras levantó un altar en honor del Señor, hizo una zanja alrededor del altar, como para sembrar dos fanegas; apiló la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leña y dijo: «Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre la víctima y la leña.» Luego dijo: «¡Otra vez!» Y lo hicieron otra vez. Añadió: «¡Otra vez!» Y lo repitieron por tercera vez. El agua corrió alrededor del altar, e incluso la zanja se llenó de agua.
Llegada la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró: «¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel, y yo tu siervo, que he hecho esto por orden tuya.
Respóndeme, Señor, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Señor, eres el Dios verdadero, y que eres tú quien les cambiará el corazón.»
Entonces el Señor envió un rayo que abrasó la víctima, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja. Al verlo, cayeron todos sobre su rostro, exclamando: «¡El Señor es el Dios verdadero! ¡El Señor es el Dios verdadero!»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 15

R/.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

Protégeme, Dios mío,
que me refugio en ti;
yo digo al Señor:
«Tú eres mi bien.» R/.

Multiplican las estatuas de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios. R/.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos.»

Palabra del Señor

Poema:
(El maestro de esgrima se presenta) de Carmen Pallarés

Olviden su temor: un mal regalo,
un obsequio impuesto
por la impericia, herrumbre para el alma.
No hay nada que temer, obsérvenme: esta es
una correcta posición de guardia,
con naturalidad, sin artificio,
con decisión, firmeza, buena estampa,
sin alardes, jactancia o impaciencia,
sin flancos descuidados,
con flexibilidad.
Una guardia perfecta
es una protección equilibrada,
cimbreante, firme y móvil,
con el arraigo necesario, justa
y con discernimiento.
Idéntico ademán, igual estética,
un solo estado de la voluntad,
categoría equivalente
ha de tener la entrada en el ataque.
¡La misma posición ha de servirles
para defensa y para ataque, sí!
Sosiéguense, sosiéguense:
corrijan sus errores 
con alegría.
Este
es el primer hallazgo, 
la primera sorpresa, 
un esclarecimiento.
Practíquenlo,
y ahora,
no dificulten
por apocamiento
ni por bronca osadía,
por timidez ni por exaltación
la amplia fecundidad de sus acciones.
No cedan, y no duden
de su capacidad: sencillamente,
aprendan a aprender.

Breve comentario

La venida del Señor en carne y hueso al pueblo judío supuso la culminación de la Ley y los profetas. Culminación, cumbre, plenitud, no destrucción, ruptura o abandono. El Antiguo y el Nuevo Testamentos forman una gran unidad de sentido y significado. La antigua alianza prepara la nueva, pero en la nueva, la antigua permanece enriquecida y llevada a su perfección de verdad y de bien. El amor de Dios supone su Ley, y la Ley supone el amor de Dios. El Señor puso en claro de forma indubitable, con su testimonio, con su predicación, con su vida, con su terrible muerte y  con su resurrección, esta relación de una vez para siempre.

Y esta es la firmeza que debemos mostrar en todas las épocas los cristianos ante aquellos hombres que no lo reconozcan. Por desgracia el hombre de hoy ignora tanto el amor de Dios (y a Dios mismo) como su ley. Y aún más doloroso es comprobar cómo incluso no pocos miembros eminentes de la Iglesia no reconocen la relación indisociable e íntima, absolutamente sustancial, entre ambos.

No son malos consejos los de la poeta, representada en un elegante profesor de esgrima. Hemos de ser flexibles, sin rigideces, para afrontar las profundas incomprensiones que nos rodearán, y mostrarnos atentos a la vez que confiados en nuestra fuerza, que no procede de nosotros. Nuestra defensa debe ser un ataque a la mentira y al error, pero nuestro ataque no debe ser otra cosa que la defensa de la verdad. No es preciso grandes demostraciones como ocurrió ante Elías. La mejor muestra de nuestra fuerza es nuestra fidelidad por encima de todo a la Palabra de Dios. Sí, en efecto, corrijamos nuestros errores con alegría y aprendamos a aprender en cada tiempo para preservar la verdad de Dios de los viejos y nuevos errores que la humanidad abrigue. También en esta actitud hallaremos una profunda unidad con todo el ejército de discípulos y santos que nos precedieron. Y practiquémosla con equilibrio, sin apocamientos ni timideces, pero tampoco con jactancias vanas ni osadías pueriles. Será todo un hallazgo hacerlo, toda una sorpresa, todo un esclarecimiento. 

martes, 12 de junio de 2018

Lecturas del día, martes, 12 de junio. Poema "El fuego" de José Emilio Pacheco

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (17,7-16):

En aquellos días, se secó el torrente donde se había escondido Elías, porque no había llovido en la región. Entonces el Señor dirigió la palabra a Elías: «Anda, vete a Sarepta de Fenicia a vivir allí; yo mandaré a una viuda que te dé la comida.»
Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña.
La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.»
Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.»
Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.»
Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."»
Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 4, 2-3. 4-5. 6bc-8
 
R/. Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? R/.

Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis,
reflexionad en el silencio de vuestro lecho. R/.

Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,13-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»

Palabra del Señor
 
Poema:
El fuego de José Emilio Pacheco
 
En la madera que se resuelve en chispa y llamarada
luego en silencio y humo que se pierde
miraste deshacerse con sigiloso estruendo tu vida
Y te preguntas si habrá dado calor
si conoció alguna de las formas del fuego
si llegó a arder e iluminar con su llama
De otra manera todo habrá sido en vano
Humo y ceniza no serán perdonados
pues no pudieron contra la oscuridad
—tal leña que arde en una estancia desierta
o en una cueva que sólo habitan los muertos