jueves, 31 de diciembre de 2015

Lecturas del día, jueves, 31 de diciembre. Poema "La palabra" de Vicente Aleixandre

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,18-21):

Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis. Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 95,1-2.11-12.13-14

R/.
Alégrese el cielo, goce la tierra

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria. R/.

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campo y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R/.

Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.

Evangelio de hoy

Comienzo del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."»
Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor
 
Poema:
La palabra de Vicente Aleixandre
 
La palabra fue un día
calor: un labio humano.
Era la luz como mañana joven; más: relámpago
en esta eternidad desnuda. Amaba
alguien. Sin antes ni después. Y el verbo
brotó. ¡Palabra sola y pura
por siempre -Amor- en el espacio bello! 
 
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¡Feliz Año Nuevo! Que en este 2016 que ya llega el Señor nos conceda la gracia de irle conociendo un poco mejor, para que no se diga de nosotros que estando a nuestro lado lo ignoramos. Que Dios nos otorgue esta gracia de saber convivir con su maravilloso misterio de amor. Y avanzando en este ámbito, lo demás se irá dando por añadidura, pues con ese conocimiento y esa paulatina mayor intimidad con Él, iremos adquiriendo la sabiduría de desear lo que en verdad nos conviene, de saber pedir, de conocernos mejor y de encontrar la verdad de nuestra existencia. ¡Que así sea!  

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Lecturas del día, miércoles, 30 de diciembre. Poema "Credo" de Gabriela Mistral


Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,12-17):

Os escribo, hijos míos, que se os han perdonado vuestros pecados por su nombre. Os escribo, padres, que ya conocéis al que existía desde el principio. Os escribo, jóvenes, que ya habéis vencido al Maligno. Os repito, hijos, que ya conocéis al Padre. Os repito, padres, que ya conocéis al que existía desde el principio. Os repito, jóvenes, que sois fuertes y que la palabra de Dios permanece en vosotros, y que ya habéis vencido al Maligno. No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo –las pasiones de la carne, y la codicia de los ojos, y la arrogancia del dinero–, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 95,7-8a.8b-9.10

R/.
Alégrese el cielo, goce la tierra

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

Entrad en sus atrios trayéndole ofrendas,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda. R/.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,36-40):

En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Palabra del Señor

Poema:
Credo de Gabriela Mistral

      Creo en mi corazón, ramo de aromas
que mi Señor como una fronda agita,
perfumando de amor toda la vida
y haciéndola bendita.


      Creo en mi corazón, el que no pide
nada porque es capaz del sumo ensueño
y abraza en el ensueño lo creado:
¡inmenso dueño!


    Creo en mi corazón, que cuando canta
hunde en el Dios profundo el flanco herido,
para subir de la piscina viva
recién nacido.


    Creo en mi corazón, el que tremola
porque lo hizo el que turbó los mares,
y en el que da la Vida orquestaciones
como de pleamares.


    Creo en mi corazón, el que yo exprimo
para teñir el lienzo de la vida
de rojez o palor, y que le ha hecho
veste encendida.


    Creo en mi corazón, el que en la siembra
por el surco sin fin fue acrecentado.
Creo en mi corazón siempre vertido
pero nunca vaciado.


    Creo en mi corazón en que el gusano
no ha de morder, pues mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado
en el pecho de Dios terrible y fuerte.

 

martes, 29 de diciembre de 2015

Lecturas del día, martes, 29 de diciembre. Poema "Un canto para Simeón" de T. S. Eliot

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,3-11):

En esto sabemos que conocemos a Jesús: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo le conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él debe vivir como vivió él. Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que habéis escuchado. Y, sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo –lo cual es verdadero en él y en vosotros–, pues las tinieblas pasan, y la luz verdadera brilla ya. Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 95,1-2a.2b-3.5b-6

R/.
Alégrese el cielo, goce la tierra

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

El Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,22-35):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.» Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Un canto para Simeón de T. S. Eliot
 
Señor, los jacintos romanos florecen en búcaros y
el sol de invierno se desliza por los cerros nevados;
la terca estación se ha quedado plantada.
Mi vida es ligera, esperando el viento de la muerte,
como una pluma en el dorso de mi mano.
Polvo en la luz del sol y el recuerdo en rincones
esperan el viento que hiela hacia la tierra muerta.

Danos tu paz.
He caminado muchos años en esta ciudad,
he guardado la fe y el ayuno, he socorrido a los pobres,
he dado y recibido honor y comodidad.
Nadie se marchó nunca rechazado de mi puerta.
¿Quién recordará mi casa, donde vivirán los hijos de mis hijos
cuando llegue el tiempo de la aflicción?
Tomarán hacia la senda de las cabras, al hogar del zorro,
huyendo de las caras extranjeras y las espadas extranjeras.
 
Antes del tiempo de las cuerdas y los azotes y lamentos
concédenos tu paz.
Antes de las estaciones de la montaña de la desolación,
antes de la hora segura de la aflicción maternal,
ahora en este nacimiento estación de fallecimiento,
concede el Niño, la Palabra que aún no habla ni es hablada,
concede el consuelo de Israel
a uno que tiene ochenta años y no tiene mañana.
 
Según tu palabra.
Te alabarán y sufrirán en cada generación
con gloria e irrisión,
luz sobre luz, subiendo la escalera de los santos.
No para mí el martirio, el éxtasis de pensamiento y oración,
no para mí la visión definitiva.
Concédeme tu paz.
(Y una espada te atravesará el corazón,
el tuyo también.)
Estoy cansado de mi vida y de las vidas de los que vendrán detrás de mí, 
muero en mi propia muerte y en las muertes de los que vendrán detrás de mí.
Deja marchar a tu siervo,
habiendo visto tu salvación.
 
A song for Simeon 
 Lord, the Roman hyacinths are blooming in bowls and
The winter sun creeps by the snow hills;
The stubborn season had made stand.
My life is light, waiting for the death wind,
Like a feather on the back of my hand.
Dust in sunlight and memory in corners
Wait for the wind that chills towards the dead land.

Grant us thy peace.
I have walked many years in this city,
Kept faith and fast, provided for the poor,
Have given and taken honour and ease.
There went never any rejected from my door.
Who shall remember my house, where shall live my children’s children
When the time of sorrow is come?
They will take to the goat’s path, and the fox’s home,
Fleeing from the foreign faces and the foreign swords.

Before the time of cords and scourges and lamentation
Grant us thy peace.
Before the stations of the mountain of desolation,
Before the certain hour of maternal sorrow,
Now at this birth season of decease,
Let the Infant, the still unspeaking and unspoken Word,
Grant Israel’s consolation
To one who has eighty years and no to-morrow.

According to thy word.
They shall praise Thee and suffer in every generation
With glory and derision,
Light upon light, mounting the saints’stair.
Not for me the martydom, the ecstasy of thought and prayer,
Not for me the ultimate vision.
Grant me thy peace.
(And a sword shall pierce thy heart,
Thine also).
I am tired with my own life and the lives of those after me,
I am dying in my own death and the deaths of those after me.
Let thy servant depart,
Having seen thy salvation.

lunes, 28 de diciembre de 2015

Lecturas del día, lunes, 28 de diciembre, de los Santos Inocentes. Poema "Asesinato" de Federico García Lorca. Breve comentario

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1,5–2,2):

Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 123,2-3.4-5.7b-8

R/.
Hemos salvado la vida,
como un pájaro de la trampa del cazador


Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros. R/.

Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes. R/.

La trampa se rompió, y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,13-18):

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Asesinato de Federico García Lorca
 
¿Cómo fue?
-Una grieta en la mejilla.
¡Eso es todo!
Una uña que aprieta el tallo.
Un alfiler que bucea
hasta encontrar las raicillas del grito.
Y el mar deja de moverse.
-¿Cómo, cómo fue?
-Así
-¡Déjame! ¿De esa manera?
-Sí.
El corazón salió solo.
-¡Ay, ay de mí!  
 
Breve comentario
 
Toda injusticia provocada a un inocente es una afrenta a Dios. Si esa injusticia es la máxima que cabe imaginar, como es quitarle la vida, y la inocencia de la víctima es absoluta, como en el infanticidio, la ofensa a Dios es inconmensurable. Hoy vivimos cotidianamente la matanza de Herodes. La hemos asumido porque no la vemos, pero no sólo la permitimos, sino que la cometemos. Y los inocentes que asesinamos son aún más inocentes que los niños ejecutados por Herodes: son los niños no nacidos, asesinados de un modo atroz en el seno donde se desarrolla toda vida, el vientre de sus madres.
 
En esta vida no hay nada más maravilloso que sentirse querido y querer. En correspondencia, no hay infierno más atroz que no saberse querido por aquella, aquellos que deberían quererte. Una madre que rechaza a su hijo con una hostilidad tal que llega hasta el punto de asesinarlo en su vientre es la mayor monstruosidad, la mayor aberración contranatura que el ser humano puede realizar sobre otro ser humano indefenso. Ni cabe mayor crueldad de los verdugos, ni cabe mayor desamparo de la víctima. Ante algo así no hay disculpas. Es un pecado que clama contra Dios de un modo terrible, quizá el más terrible de todos los que podamos cometer.

El poema de Lorca, extraído de su extraordinaria obra, Poeta en Nueva York, describe la charla entre dos personas que han sido testigos de un asesinato (el poema lleva por subtítulo Dos voces de madrugada en Riverside Drive). Nada que ver en principio, más allá de que la víctima pudiera tratarse también de otro inocente. Sin embargo, hasta en los detalles que se describen en la conversación parece tratarse de la comisión de un aborto: "una grieta en la mejilla... una uña que aprieta... un alfiler que bucea hasta encontrar las raicillas del grito... y el mar deja de moverse... el corazón salió solo..." Y es que se trata de un asesinato el aborto, con la abominación de que los verdugos son los que deben preservar la vida (médicos, madres, padres...) y que la víctima no tuvo más culpa que la de que Dios quiso que naciera. Hoy conmemoramos la memoria de aquella matanza ocurrida hace dos mil años en Judea, y la que cometemos también en esta Navidad, todos los días, a todas horas, a cada instante, en la persona de niños a los que Dios quiso darles el ser. ¡Ay, ay de nosotros!

domingo, 27 de diciembre de 2015

Lecturas del día, domingo, 27 de diciembre, de la Sagrada Familia. Poema "Caigo sobre unas manos" de Antonio Gamoneda


Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14):

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole.
El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas.
La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 127,1-2.3.4-5

R/.
Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,12-21):

Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,41-52)

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó: « ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.

Palabra del Señor

Poema:
Caigo sobre unas manos de Antonio Gamoneda
  
Cuando no sabía
aún que yo vivía en unas manos,
ellas pasaban sobre mi rostro y mi corazón.

Yo sentía que la noche era dulce
como una leche silenciosa. Y grande.
Mucho más grande que mi vida.
                                                 Madre:
era tus manos y la noche juntas.
Por eso aquella oscuridad me amaba.

No lo recuerdo pero está conmigo.
Donde yo existo más, en lo olvidado,
están las manos y la noche.
                                         A veces,
cuando mi cabeza cuelga sobre la tierra
y ya no puedo más y está vacío
el mundo, alguna vez, sube el olvido
aún al corazón.
                     Y me arrodillo
a respirar sobre tus manos.
                                         Bajo
y tú escondes mi rostro; y soy pequeño;
y tus manos son grandes; y la noche
viene otra vez, viene otra vez.
                                            Descanso
de ser hombre, descanso de ser hombre.

  

sábado, 26 de diciembre de 2015

Lecturas del día, sábado, 26 de diciembre. Poema "Intelijencia, dame..." de Juan Ramón Jiménez. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6,8-10;7,54-60):

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.»
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.»
Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.»
Y, con estas palabras, expiró.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 30,3cd-4.6 y Sab 16bc-17

R/.
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Te has fijado en mi aflicción. R/.

Líbrame de los enemigos que me persiguen;
haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,17-22):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»

Palabra del Señor

Poema:
"Intelijencia, dame..." de Juan Ramón Jiménez

 ¡Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
… Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
Que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas…
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!


Breve comentario

En la vida tenemos muchos momentos, o al menos algunos, de franco desafío, en los que nos sentimos desbordados de algún modo. Sentimos que no somos capaces de afrontar algo, que nuestras fuerzas o nuestras capacidades no son suficientes. Unas veces es un temor, otras un peligro, otras una expectativa de juicio ajeno que nos resulta angustiante... Tantas cosas nos pueden hacer disparar nuestro sentimiento de fragilidad, o la conciencia clara de nuestras limitaciones, que siempre se nos hace necesario apoyarnos en algo que nos auxilie. 

Si esto nos ocurre con respecto a situaciones si no cotidianas, al menos no extrañas, cuánto más cuando tales temores, angustias, peligros están referidos a experiencias esenciales o últimas de nuestra vida, en que todo nuestro ser se halla comprometido. Entonces, esa "intelijencia" (escrita en la peculiar ortografía juanramoniana) no puede depender de la nuestra, limitada y precaria. Necesitamos, así, abrirnos a una otra Inteligencia que nos asista y que se haga cargo de nuestro dolor u orfandad. Y en la medida que esa apertura sea genuina, confiada y suponga una entrega de nuestra voluntad a la suya, no nos faltarán las palabras, las decisiones, las ideas adecuadas. Entonces, dada la desproporción entre nuestras aptitudes y la prueba exigida, daremos un testimonio claro de esa Inteligencia prestada de lo alto. Sólo entonces los demás podrán "ir a las cosas", aquéllas que desconocían, que olvidaban o que amaban.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Lecturas del día, viernes, 25 de diciembre. "El Mesías" (Primera parte) de G. F. Haendel


Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (52,7-10):

¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: «Tu Dios es rey»! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6

R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios


Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (1,1-6):

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré para él un padre, y el será para mi un hijo»? Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios.»

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor

El Mesías de G. F. Haendel
OBERTURA
 
PRIMERA PARTE
(Profecía y Nacimiento de Cristo) 

RECITATIVO    Isaías 40:1-3
Consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios;
hablad tiernamente a Jerusalén,
y anunciadle que su lucha ha terminado,
que su iniquidad le ha sido perdonada.

La voz de aquel que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
enderezad una calzada en el desierto
para nuestro Dios.

ARIA     Isaías 40:4
Todo valle será exaltado,
y toda montaña y todo monte serán aplanados;
lo torcido será enderezado y
los terrenos accidentados, serán emparejados.

CORO     Isaías 40:5
Y la gloria del Señor será revelada
y todos los seres juntos le verán:
porque la boca del Señor lo ha dicho.

RECITATIVO    Hageo 2:6,7 · Malaquías 3:1
Así dice el Señor de los Ejércitos:
Incluso una vez más, en un momento,
yo sacudiré los cielos, y la tierra,
y el mar, y la tierra seca, y haré 
temblar a todas las naciones,
y el deseado de las naciones vendrá.
El Señor a quién buscáis, vendrá de repente
a su templo, y también el mensajero del convenio,
en quien os deleitáis, he aquí,¨
Él vendrá, dice el Señor de los Ejércitos.

ARIA     Malaquías 3:2
¿Pero quién puede soportar
el día de su venida?
¿Y quién será capaz de estar en pie
cuando Él aparezca?
Porque él es como el fuego del refinador.

CORO     Malaquías 3:3
Y él purificará a los hijos de Leví,
para que ellos puedan ofrecer al Señor
ofrenda en justicia.

RECITATIVO    Isaías 7:14 · Mateo 1:23
He aquí, una virgen concebirá, y
dará luz un hijo,
y le llamará su nombre Emmanuel;
Dios con nosotros.

ARIA Y CORO    Isaías 49:9
¡Oh, tú que anuncias buenas nuevas a Sion,
levántate en el monte alto!
¡Oh, tú que anuncias buenas noticias a Jerusalén,
álzate, no temas!;
dile a las ciudades de Judá:
He aquí vuestro Dios
Levantaos, resplandeced,
porque ha venido tu luz,
y la gloria del Señor
se alza sobre ti.

RECITATIVO    Isaías 60:2,3
Y he aquí, la oscuridad cubrirá la tierra,
y las tinieblas, a los pueblos:
pero el Señor se levantará sobre ti,
y Su gloria se verá sobre ti.
Y los gentiles vendrán a tu luz,
y los reyes al resplandor de tu ascensión.

ARIA     Isaías 9:2
El pueblo que caminaba en la oscuridad
ha visto una gran luz,
y aquellos que viven 
en la tierra de la sombra de la muerte,
sobre ellos ha brillado la luz.

CORO     Isaías 9:6
Porque para nosotros un niño ha nacido,
para nosotros nos es dado un Hijo,
y el gobierno será sobre Sus hombros,
y Su nombre será Maravilloso,
Consejero, Dios Poderoso,
Padre eterno, Príncipe de Paz.

SINFONÍA PASTORAL

RECITATIVO    Lucas 2:8
Había pastores descansando en el campo,
vigilando su rebaño en la noche.

     Lucas 2:9
Y he aquí, el ángel del Señor vino a ellos,
y la gloria del Señor brilló a su alrededor,
y ellos tuvieron gran temor.

     Lucas 2:10,11
Y el ángel les dijo:
No tengáis miedo,
porque he aquí, les traigo
buenas nuevas de gran gozo,
las que serán para todos los pueblos:
Porque para vosotros nace hoy
en la ciudad de David
un Salvador, Cristo el Señor.

     Lucas 2:13
Y de repente, había con el ángel
una multitud del ejército celestial,
y alababan a Dios, diciendo:


CORO     Lucas 2:14
¡Gloria a Dios
en lo más alto,
y paz en la tierra,
buena voluntad
para los hombres!

ARIA     Zacarías 9:9,10
Regocíjate grandemente,
oh hija de Sion;
grita, oh hija de Jerusalén,
he aquí, tu Rey viene a ti.
Él es tu Salvador justo,
y hablará paz a los gentiles.

RECITATIVO    Isaías 35: 5,6
Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos,
y los oídos de los sordos destapados;
entonces, el cojo saltará como un ciervo,
y la lengua del mudo cantará.

ARIA     Isaías 40:11 · Mateo 11:28,29
Él alimentará a su rebaño como lo hace un pastor,
y Él juntará los corderos con sus brazos,
y les llevará en su pecho, y tiernamente les conducirá
con los menores.
Venid a Él, todos vosotros que trabajáis,
que estás con carga pesada, y Él os dará descanso.
Tomad Su yugo sobre vosotros, y aprended de Él,
porque Él es manso y humilde de corazón,
y vosotros hallaréis descanso para vuestras almas.

CORO     Mateo 11:30
Su yugo es fácil,
y su carga es ligera
https://www.youtube.com/watch?v=yIDwphlix4o

jueves, 24 de diciembre de 2015

Lecturas del día, jueves, 24 de diciembre. Poema "Navidad" de 'Doiraje'

Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel (7,1-5.8b-12.14a.16):

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.»
Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombre jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 88

R/.
Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R/.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,67-79):

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Navidad de 'Doiraje'
 
Peregrino de silencio y añoranza,
cargado de una sed inapagable
por desierto de arenas formidable,
camino tras la luz de mi esperanza.
 
Perdí su estrella y toda mi templanza,
arrastrando un dolor inabordable;
ya no sabiendo amar lo que es amable,
perdí el rumbo de la fe y la alabanza.
 
Ciego y mudo, mas fiel a mi destino,
anduve más allá de mi apariencia;
lisiado y cojeando, yo esperaba.
 
Siempre creí que el hálito divino
habría de soplar en mi indigencia
y nacerme aquel niño que me amaba.
 
-------------------------------------------------
 
Os deseo a todos sin excepción que el niño Dios nazca en vuestros corazones en esta Navidad. No importan las dificultades por las que estéis pasando; cuanto más necesitados os sintáis, más fácil y posible es que el Señor aparezca en vuestras vidas calladamente, humildemente, para ser recibido en vuestra alma. Abrid vuestras puertas y vuestros brazos, y acogedlo. Él irá haciendo el resto. ¡FELIZ NAVIDAD!  

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Lecturas del día, miércoles, 23 de diciembre. Poema "Lo que eres..." de Pedro Salinas. Breve comentario


Primera lectura

Lectura de la profecía de Malaquías (3,1-4.23-24):

Así dice el Señor: «Mirad, yo os envio a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 24,4-5ab.8-9.10.14

R/.
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,57-66):

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.»
Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra del Señor

Poema:
"Lo que eres..." de Pedro Salinas 

Lo que eres
me distrae de lo que dices. 


Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando
los labios donde nacieron. 


Miras de pronto a los lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara
a buscarlo ya tu alma
afilada, de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar. 


Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio: es lo de menos.
Lo quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos. 


En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.


Breve comentario

El pasaje evangélico de hoy como el de ayer, que contenía el canto jubiloso de María (el famoso Magnificat), tiene como elemento común la enorme alegría de estas dos mujeres, una joven (María) y otra ya madura (Isabel). Ambas han sido elegidas por el amor de Dios, con distintas gracias concedidas, pero rebosantes del mismo. El fruto en ambas es la concesión de un hijo en condiciones imposibles: una, por mantener su virginidad; la otra, por ser estéril. Pocas realidades más hermosas que la de una mujer embellecida por el amor de su amado. María e Isabel están plenas, rebosantes de esa explosión de vida que Dios les ha regalado. Isabel tendrá por hijo al precursor del Mesías, Juan el Bautista, el que le preparará los caminos; María será la Madre de Dios.

He elegido este poema tan expresivo de la naturaleza amorosa porque refleja de un modo precioso la mujer en plenitud por el amor correspondido, por el amor recibido del amado. En el Magnificat María expresa esa enorme alegría de ser la mujer elegida por excelencia, de la llena de gracia, de la inmaculada (la tota pulchra). Son muy parcos los evangelios en expresar las emociones de la Virgen, pero en este canto virginal podría decirse que la Virgen se explaya gozosa. En Isabel podemos imaginarnos su satisfacción cuando afirma con ese orgullo que sólo las madres experimentan, cómo se llamará su hijo.
Vaya el poema de Salinas como un homenaje a esta plenitud femenina que sólo ocurre en la mujer enamorada y amada.

martes, 22 de diciembre de 2015

Lecturas del día, martes, 22 de diciembre. Poema "No la asustó hacer algo..." de Carlos Pujol

Primera lectura

Lectura del primer libro de Samuel (1,24-28):

En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aún muy pequeño.
Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: «Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.»
Después se postraron ante el Señor.

Palabra de Dios

Salmo

1S 2,1.45.6-7.8abcd

R/.
Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador

Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R/.

Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. R/.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. R/.

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,46-56):

En aquel tiempo, María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor
 
Poema:
"No la asustó hacer algo..." de Carlos Pujol
 
No la asustó hacer algo
que fuera imprevisible,
lo insólito fue el pan de cada día.
Correr a la montaña
en un largo camino,
saludar a Isabel
para decirse el gozo de ser madres.
Su cántico de júbilo se humilla
para alabar a Dios. 

lunes, 21 de diciembre de 2015

Lecturas del día, lunes, 21 de diciembre. Poema "Cántico espiritual" (fragm.) de S. Juan de la Cruz. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del libro del Cantar de los Cantares (2,8-14):

¡Oíd, que llega mi amado, saltando sobre los montes, brincando por los collados! Es mi amado como un gamo, es mi amado un cervatillo. Mirad: se ha parado detrás de la tapia, atisba por las ventanas, mira por las celosías. Habla mi amado y me dice: «¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Porque ha pasado el invierno, las lluvias han cesado y se han ido, brotan flores en la vega, llega el tiempo de la poda, el arrullo de la tórtola se deja oír en los campos; apuntan los frutos en la higuera, la viña en flor difunde perfume. ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Paloma mía, que anidas en los huecos de la peña, en las grietas del barranco, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz, porque es muy dulce tu voz, y es hermosa tu figura.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 32,2-3.11-12.20-21

R/.
Aclamad, justos, al Señor, cantadle un cántico nuevo

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R/.

El plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,39-45):

Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

Palabra del Señor

Poema:
Cántico espiritual (fragm. estr. 6-13) de S. Juan de la Cruz

ESPOSA

¡Ay!, ¿quién podrá sanarme?
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero.

Y todos cuantos vagan
de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.

Mas ¿cómo perseveras,
¡oh vida!, no viviendo donde vives,
y haciendo por que mueras
las flechas que recibes
de lo que del Amado en ti concibes?

¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y, pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?

Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta en deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para ti quiero tenellos.

Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura.

¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados!

¡Apártalos, Amado,
que voy de vuelo!

ESPOSO

                     Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma
al aire de tu vuelo, y fresco toma.

Breve comentario

El grandioso Cántico espiritual de S. Juan de la Cruz, cumbre de la lírica española de todos los tiempos, está concebido como un comentario teologicopoético del bíblico Cantar de los Cantares. Es una composición al amor en todos sus estadios de la criatura por su Creador en la figura de una pareja de amantes: el anhelo por el amado ausente, el gozo de su presencia, la plenitud de la mutua entrega de los amantes y la unión o comunión final de ambos. El pasaje de hoy del Cantar de los Cantares hace referencia al encuentro de los amantes, tras larga espera y ausencia del amado.

En la última semana del Adviento nos sentimos ya con esa anhelante espera del nacimiento de quien es el Amor, Dios hecho niño en la Persona de su Hijo Jesucristo. Ya llega el amado con la inocencia de un niño recién nacido, de un cervatillo, con la pureza de un hombre que no conoce la maldad, que sólo la sufrirá para salvarnos de la nuestra. Ante Alguien así no podemos más que esperar ansiosos su presencia, que su mirada nos envuelva y nos eleve de nuestras miserias que Él asumirá como propias para divinizarnos con su amor. Ciertamente no hay amor más grande que éste. Ni deseo más grande que el de conseguirlo.

















domingo, 20 de diciembre de 2015

Lecturas del día, domingo, 20 de diciembre. Poema "Las dos Evas" de Lope de Vega

Primera lectura

Lectura de la profecía de Miqueas (5,1-4):

Así dice el Señor: «Pero tu, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel. En pie, pastorea con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 79,2ac.3c.15-16.18-19

R/.
Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa. R/.

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (10,5-10):

Cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy yo para hacer tu voluntad".» Primero dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias,» que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Lectura del santo Evangelio según San Lucas (1,39-45):

En aquellos días, María se puso de camino y fue a prisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

Palabra de Dios
 
Poema:
Las dos Evas de Lope de Vega
 
Virgen, pura azucena, lirio en valle,
cándida y limpiamente concebida;
Virgen donde se mide el sin medida,
preciosa cinta a su divino talle.
 
Jardín donde no hay flor que no se halle
de las virtudes de que estáis vestida;
árbol en cuya planta esclarecida,
la sierpe antigua para siempre calle.
 
Dos Evas tuvo el mundo; la primera
pidió manzanas, flores la segunda
de la vara que alzó del mundo el luto.

Virgen, en vuestro Fruto el mundo espera;
Cristo es el Fruto, y de esa Flor redunda:
Sin Cristo no hay salud, sin flor no hay fruto.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Lecturas del día, sábado, 19 de diciembre. Poema "Un vistazo fugaz" de Robert Frost. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del libro de los Jueces (13,2-7.24-25a):

En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos.
El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: «Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos.»
La mujer fue a decirle a su marido: «Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte."»
La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 70,3-4a.5-6ab.16-17

R/.
Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.

Contaré tus proezas, Señor mío,
narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,5-25):

En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.»
Zacarías replicó al ángel: «¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.»
El ángel le contestó: «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento.»
El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: «Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres.»

Palabra del Señor

Poema:
Un vistazo fugaz de Robert Frost

A menudo veo flores desde un coche en movimiento
que se han ido antes de poder decir cuáles son.

Quiero bajar del tren y volverme
para ver qué eran, al lado de la vía.

Nombro todas las flores que me consta no eran:
no hay amantes estramonios donde han ardido bosques.

Ni adornan campanillas una boca de túnel
ni lupinos que vivan de arena y sequía.

¿Rozaron mi mente con algo
que nadie en la tierra hallará jamás?

El cielo sólo concede ojeadas a aquellos
que no están preparados para ver muy de cerca.

A passing glimpse

I often see flowers from a passing car
That are gone before I can tell what they are.

I want to get out of the train and go back
To see what they were beside the track.

I name all the flowers I am sure they weren't;
Not fireweed loving where woods have burnt--

Not bluebells gracing a tunnel mouth--
Not lupine living on sand and drouth.

Was something brushed across my mind
That no one on earth will ever find?

Heaven gives its glimpses only to those
Not in position to look too close.

Breve comentario

Tanto la primera lectura, del Antiguo Testamento, como la del evangelio hacen referencia a la manifestación del poder de Dios y a la inminencia de la misma. En ambos textos se toma idéntica imagen: una mujer estéril y ya de edad avanzada será capaz de descendencia. Evidentemente estos relatos remiten al prodigio de la encarnación de Cristo en el vientre de una mujer virgen, que en estos días se anuncia de forma especial.

Pero yo quisiera insistir aquí, al hilo del poema elegido, en la otra dimensión de estos relatos: la de la esterilidad humana en referencia a la infinita fertilidad divina. Lo estéril, en general, es símbolo de impotencia o de fracaso; así como el surgimiento de la vida signo de potencia y plenitud. El hombre es un ser necesitado, y como criatura toda su potencia le viene de otro, el Creador. Nosotros participamos del poder creador de Dios, y esto se hace especialmente evidente en nuestra capacidad de pro-creación. Pero no procrearíamos sin un Creador que nos concediera por naturaleza tal poder. Lo relevante que quisiera transmitir es la idea de que, ya sea por naturaleza o por gracia, Dios nos infunde la capacidad de ser fértiles, de transmitir el amor del que estamos constituidos por Él. Se podrán tener hijos o no, pero de lo que siempre podemos ser capaces es de ser hijos de Dios que expresan la verdad si dejamos que Él opere en nosotros.

De esta cualidad estriba la multitud de fertilidades y esterilidades que aparecen en el hombre, no ligadas con la generación de la vida biológica. Pues incluso en el caso de que Dios no nos conceda la gracia de ver de cerca maravillas que nos sean inaccesibles, las podemos albergar en nuestra alma y verlas con aquella mirada genuina que no reside en los ojos, incluso aunque apenas las hayamos vislumbrado o aun sólo imaginado. En tales casos, rebosaremos de vida a pesar de un destino que pueda habernos cegado para otras plenitudes. Esta es la idea que expresa este bellísimo poema de Frost, pues aquel que apenas podía captar la belleza del entorno por su particular situación, lograba conocerla y contemplarla en su interior. Algo, sí, le rozó... Y con ese roce es suficiente para captar toda la belleza, incluso aunque no estemos capacitados para su contemplación serena y lenta.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Lecturas del día, jueves, 17 de diciembre. Poema "Burnt Norton (I, fragm.)" de T. S. Eliot. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del libro del Génesis (49,1-2.8-10):

En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 71,1-2.3-4ab.7-8.17

R/.
Que en sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente


Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre. R/.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
el Gran Río al confín de la tierra. R/.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,1-17):

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amás, Amos a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaguín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

Palabra del Señor
 
Poema:
Burnt Norton (I, fragm. vv. 1-15) de T. S. Eliot
 
El tiempo presente y el tiempo pasado
están quizá presentes los dos en el tiempo futuro  
y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado.
Si todo tiempo es eternamente presente 
todo tiempo es irredimible.
Lo que podía haber sido es una abstracción
que queda como una perpetua posibilidad
sólo en un mundo de especulación.
Lo que podía haber sido y lo que ha sido
apuntan a un solo fin, que está siempre presente.
Hay eco de pisadas en la memoria
allá por el pasadizo que no tomamos
hacia la puerta que nunca abrimos
a la rosaleda. Mis palabras tienen eco
así, en vuestra mente.
 
Burnt Norton (I, fragm. vv. 1-15)
 
Time present and time past
Are both perhaps present in time future
And time future contained in time past.
If all time is eternally present
All time is unredeemable.
What might have been is an abstraction
Remaining a perpetual possibility
Only in a world of speculation.
What might have been and what has been
Point to one end, which is always present.
Footfalls echo in the memory
Down the passage which we did not take
Towards the door we never opened
Into the rose-garden. My words echo
Thus, in your mind.
 
(Lectura completa de la parte I del poema) 
 
Breve comentario
 
En principio, la presencia de Dios en la vida de los hombres se despliega en el tiempo como un hecho más de su historia. Su estructura no difiere de cualquier otro hecho temporal acaecido en aquella. Tiene un comienzo, un desarrollo y un final. En el Evangelio de Mateo se refiere con precisión la sucesión de generaciones, desde el viejo Abrahán hasta el nacimiento de Cristo. Se hace un especial énfasis en el detalle, en la idea de orden. Todo estaba exactamente pensado por Dios para su encarnación en el Hijo. La coincidencia en la cantidad de generaciones de los tres periodos de la historia de Israel subraya esta idea de planificación, de equilibrio, de simetría. Y también de dominio: Dios es el Señor de la Historia, es el Creador del Tiempo. 
 
En Él coinciden pasado, presente y futuro en una especie de bucle sin fin que definimos con la palabra eternidad. Si ello no fuera así, si lo pasado sólo fuera una realidad fenecida que quedó atrás, y el futuro un tiempo inexistente todavía y por tanto sin sentido alguno, el presente sería una mera sucesión de instantes "irredimible" ("unredeemable"), tan vacío de sentido como lo no existente. Y ello es imposible en el plan de salvación de Dios a los hombres, pues "Lo que podía haber sido y lo que ha sido/apuntan a un solo fin, que está siempre presente." ("What might have been and what has been/Point to one end, which is always present."). Ese fin siempre presente, y por ende, atemporal y eterno, es aquel plan creador de Dios que abarca en un mismo impulso de amor el acto y la potencia, la esencia y la existencia, y el tiempo como un todo o unidad en el despliegue del mismo, sin falsas divisiones del afán de Dios.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Lecturas del día, miércoles, 16 de diciembre. Poema "El Dios que todos llevamos..." de Antonio Machado. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (45,6b-8.18.21b-25):

«Yo soy el Señor, y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra, y brote la salvación, y con ella germine la justicia; el Señor, lo he creado.» Así dice el Señor, creador del cielo –él es Dios–, él modeló la tierra , la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: «Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: "Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua"; dirán: "Sólo el Señor tiene la justicia y el poder". A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.»

Palabra de Dios.

Salmo

Sal 84,9ab-10.11-12.13-14

R/.
Cielos, destilad el rocío;
nubes, derramad al justo.


Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará la lluvia,
nuestra tierra dará su fruto
la justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,19-23):

En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: «¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?»
Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: «Juan, el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?"»
Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.
Después contestó a los enviados: «ld a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.»

Palabra del Señor
 
Poema:
"El Dios que todos llevamos..." de Antonio Machado
 
El Dios que todos llevamos,
el Dios que todos hacemos,
el Dios que todos buscamos
y que nunca encontraremos.
Tres dioses o tres personas
del solo Dios verdadero.
 
Breve comentario
 
Comienza la primera lectura de un modo rotundo e inequívoco: "Yo soy el Señor, y no hay otro". Y Lucas nos describe cómo el Señor aclara las dudas de los seguidores de Juan el Bautista con la relación de sus hechos milagrosos: "los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio." Sí, el Señor era el que había de venir y el que habrá de volver. El hombre siempre ha tenido dudas acerca de la naturaleza de sus creencias. El alma humana tiene tal dinámica que, en efecto, parece crear en sí misma lo que no existe, o que crea aquello que necesita para calmar su angustia y su incertidumbre.

No es un vano juego de palabras el que nos propone el poeta, ni menos aún una caricaturización o una ironía sobre la naturaleza de Dios como un producto puramente humano. No. En efecto, hay un Dios (con mayúscula) que todos llevamos; hay un Dios (con mayúscula) que todos hacemos; y, por supuesto, hay un Dios (con mayúscula) que todos buscamos y que en esta vida, sí, jamás encontraremos. Y, en efecto, estas tres dimensiones de Dios forman parte "del solo Dios verdadero". Pero estas tres dimensiones de Dios (que no "personas" en su sentido teológico, ni tampoco "dioses" como entidades individuales independientes), que anidan en todo corazón humano, ya seamos conscientes de ellas o no, convergen en el solo Dios verdadero de Jesús, segunda Persona de la Santísima Trinidad que lo constituye. 

Porque Jesús, habitando como necesidad y como anhelo en el corazón de cada hombre, es una realidad objetiva. Y es objetiva no porque pueda ser determinada por un cierto método racional de conocimiento, sino porque es una realidad que trasciende a la existencia de la criatura, y porque es una realidad que actúa, opera y modifica la realidad misma. Claro que el alma humana puede deformar según sus deseos y sus debilidades y pecados la imagen de Dios en su corazón en función de aquellos, pero aún así la realidad divina es tozuda y se impone: más allá de lo que llevemos, hagamos o busquemos como Dios en el interior de nuestro ser, el solo Dios verdadero nos habla y se nos presenta con sus actos, con su misericordia, con su Palabra y con los sacramentos. Y el primer signo de su poder reside en que, insisto, seamos conscientes de ello o no, lo llevamos, lo hacemos y lo buscamos en lo más hondo de nuestra alma. Es nuestra capacidad de imaginarlo aun sin conocerlo, de buscarlo sin saber quién es, de necesitarlo sin todavía amarlo, el primer milagro realizado en nosotros por Él.