sábado, 14 de enero de 2017

Lecturas del día, sábado, 14 de enero. Poema "Decidme" de Carlos Bousoño

Primera lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (4,12-16):

La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 18.8.9.10.15

R/.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,13-17):

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: «¡De modo que come con publicanos y pecadores!» Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Palabra de Dios
 
Poema:
Decidme de Carlos Bousoño 

Dime que es cierto mi vivir. Decidme, 
ayudadme a pasar por este río,
por este largo río. En esta niebla
helada, hundido, te pregunto
a Ti, Señor, pregunto si existimos.
 

Y si en la larga noche, donde nadie
se detiene, decidme, si en la larga
noche, existe alguien que respira
al otro lado, si en el otro lado
alguien respira hondo, si respira
despacio, vida plena, a bocanadas.
Y yo que paso como cualquier otro,
aunque apenas me atrevo a susurrarlo,
y yo que paso, yo que detenido
quisiera estar, decidme, ya que nada
sé, nada sé de todo esto, yo que toco un libro,
que rozo algún vocablo en una sombra...
 

Y más allá hay la luna, las estrellas.
Como diamantes en la noche triste
nos acompañan; hay luceros grandes...
La vida es breve y grandes nos contemplan.
Nadie sabría. Todo lo ignoramos.
Nadie puede escuchar otra palabra
que la que nace viva allá en su pecho.

Y Tú, Señor, Señor de mi destino...
Quisiera pronunciarte lentamente,
creerte hondamente luminoso,
creer en Ti, detrás de la penumbra,
creer que estás oyendo mis palabras,
aplicando tus oídos tercamente
y tercamente y delicadamente
ayudando hacia Ti mis pasos tristes.
Sin que nadie lo sepa, ni yo mismo,
te hallases Tú, al fondo del Pecado
manchándote por todos los sitios, escondido,
respirando despacio,
enunciando mi nombre (¡yo que te negaba!),
¡mi nombre con amor entre tus labios!

Mi compañero fuiste, Tú silbabas
mi nombre apenas, una y otra vez,
y en el fondo más negro, resoplado
acaso con fatiga, ronco son farfullabas
todavía,
confuso aún en el silencio. Dime.

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