sábado, 13 de agosto de 2016

Lecturas del día, sábado, 13 de agosto. Poema "La conquista de la inocencia" de Jesús Lizano

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (18,1-10.13b.30-32):

Me vino esta palabra del Señor: «¿Por qué andáis repitiendo este refrán en la tierra de Israel: "Los padres comieron agraces, y los hijos tuvieron dentera?" Por mi vida os juro –oráculo del Señor– que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel. Sabedlo: todas las vidas son mías; lo mismo que la vida del padre, es mía la vida del hijo; el que peca es el que morirá. El hombre que es justo, que observa el derecho y la justicia, que no come en los montes, levantando los ojos a los ídolos de Israel, que no profana a la mujer de su prójimo, ni se llega a la mujer en su regla, que no explota, sino que devuelve la prenda empeñada, que no roba, sino que da su pan al hambriento y viste al desnudo, que no presta con usura ni acumula intereses, que aparta la mano de la iniquidad y juzga imparcialmente los delitos, que camina según mis preceptos y guarda mis mandamientos, cumpliéndolos fielmente: ese hombre es justo, y ciertamente vivirá –oráculo del Señor–. Si éste engendra un hijo criminal y homicida, que quebranta alguna de estas prohibiciones ciertamente no vivirá; por haber cometido todas esas abominaciones, morirá ciertamente y será responsable de sus crímenes. Pues bien, casa de Israel, os juzgaré a cada uno según su proceder –oráculo del Señor–. Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no caeréis en pecado. Quitaos de encima los delitos que habéis perpetrado y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo; y así no moriréis, casa de Israel. Pues no quiero la muerte de nadie –oráculo del Señor–. ¡Arrepentíos y viviréis!»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 50,12-13.14-15.18-19

R/.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R/.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,13-15):

En aquel tiempo, le acercaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos los regañaban.
Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.»
Les impuso las manos y se marchó de allí.

Palabra del Señor
 
Poema:
La conquista de la inocencia de Jesús Lizano
 
Resulta que soy un niño,
que todo
ha ido haciéndome un niño,
que el sufrimiento y la alegría me han hecho un niño,
que como un niño
todo lo he ido transformando en sueños,
jugando con mis sueños y con mis versos,
resistiendo con ellos,
que contemplar todos los mundos me ha hecho un niño,
que yo iba como todos para ser un hombre
y las fronteras me han hecho un niño,
los fingimientos y los límites:
todo me ha hecho un niño;
que la locura me ha hecho un niño,
verla, palparla,
a través de todos los disfraces y de todas las máscaras,
que el asalto de la razón a todo lo que vive
me ha hecho un niño,
que sorprenderme por todo me ha hecho un niño,
desear un vivir que sobre todo fuera una aventura,
que me ha hecho un niño
el engaño de cuantos han crecido,
que les hacían hombres
las trampas de los dominantes,
que dejas de ser niño cuando te conviertes en dominante,
que el dominio de las abstracciones me ha hecho un niño,
que al parecer eso es ser hombre,
que he preferido ser un niño
para salvar todo lo creativo,
que mi mundo
no es de este reino perdido,
para dar a los sentidos lo que es de los sentidos,
al instinto lo que es del instinto,
que los sueños me han hecho un niño,
que no podía vivir si no era un niño
que me ahogaban las órdenes y las leyes.
Resulta que muchos de los que se hicieron hombres
y no buscaron la inocencia,
al final de sus vidas
recuerdan con nostalgia lo que tuvieron de niño,
porque a ser hombre llaman
vivir en un mundo de dominantes
y sometidos,
que la soledad me ha hecho un niño,
que el darlo todo y el haberlo perdido
me ha hecho un niño,
que he sido un poeta maldito porque soy un niño,
que me ha hecho un niño
ver que lo único importante
es buscar la inocencia entre la astucia,
que cuando he amado
me he convertido en un niño,
que comprender que hay víctimas pero no culpables
me ha hecho un niño,
que por ser un niño
mantengo la ilusión a pesar de los desencantos
y de la sangre derramada
entre las trampas y los mitos,
que ver cómo caemos todos en las innumerables trampas
me ha hecho un niño,
y que de no ser un niño
nunca hubiera nacido en mí la rebeldía,
que es preciso
comenzar a rebelarse a uno mismo,
no seguir la consigna de ser un hombre,
que soy poeta porque conquisto la inocencia
cada vez que abro los ojos y contemplo las cosas,
que a ser niño
es lo único que he aprendido
y porque observo que todos los seres
con el mismo destino:
nacer para la muerte,
no dejan de ser niños:
que un pájaro siempre es un niño,
que un árbol siempre es un niño,
que un perro siempre es un niño.
Y porque pienso qué es un hombre
si deja de ser niño,
que se equivocan las escuelas
que intentan hacernos hombres
prometiéndonos falsos paraísos,
que la anarquía sólo será posible
cuando todos fuéramos niños,
cuando todos partamos
a la conquista de la inocencia,
que escribo este poema
porque resulta que soy un niño…  
 

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