jueves, 10 de diciembre de 2015

Lecturas del día, jueves, 10 de diciembre. Poema "Te quiero, oh ley suavísima..." de Rainer Maria Rilke. Breve comentario


Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (41,13-20):

Yo, el Señor, tu Dios, te agarro de la diestra y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio.» No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio –oráculo del Señor–. Tu redentor es el Santo de Israel. Mira, te convierto en trillo aguzado, nuevo, dentado: trillarás los montes y los triturarás; harás paja de las colinas; los aventarás, y el viento los arrebatará, el vendaval los dispersará; y tú te alegrarás con el Señor, te gloriarás del Santo de Israel. Los pobres y los indigentes buscan agua, y no la hay; su lengua está reseca de sed. Yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Alumbraré ríos en cumbres peladas; en medio de las vaguadas, manantiales; transformaré el desierto en estanque y el yermo en fuentes de agua; pondré en el desierto cedros, y acacias, y mirtos, y olivos; plantaré en la estepa cipreses, y olmos y alerces, juntos. Para que vean y conozcan, reflexionen y aprendan de una vez, que la mano del Señor lo ha hecho, que el Santo de Israel lo ha creado.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 144,1.9.10-11.12-13ab

R/.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad


Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que té bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas; R/.

explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,11-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que escuche.»

Palabra del Señor

Poema:
"Te quiero, oh ley suavísima..." de Rainer Maria Rilke 

Te quiero, oh ley suavísima,
contra la que luchando, maduramos;
añoranza que nunca dominamos,
bosque del que jamás hemos salido, 
canción que hemos cantado en los silencios,
oscura red
que apresa sentimientos fugitivos.

Te hiciste tan inmensa en tu comienzo,
en aquel día en que nos empezaste,
y estamos tan maduros en tus soles,
tan ensanchados y plantados hondo, 
que en los ángeles, hombres y Madonnas 
puedes cumplirte ahora descansando.

Haz reposar tu mano, del cielo en la ladera,
y aguanta mudo nuestro oscuro hacer.

"Ich liebe dich, du sanftestes Gesetz..." 

Ich liebe dich, du sanftestes Gesetz,
an dem wir reiften, da wir mit ihm rangen;
du großes Heimweh, das wir nicht bezwangen,
du Wald, aus dem wir nie hinausgegangen,
du Lied, das wir mit jedem Schweigen sangen,
du dunkles Netz, 

darin sich flüchtend die Gefühle fangen.

Du hast dich so unendlich groß begonnen
an jenem Tage, da du uns begannst, -
und wir sind so gereift in deinen Sonnen,
so breit geworden und so tief gepflanzt,
dass du in Menschen, Engeln und Madonnen
dich ruhend jetzt vollenden kannst.

Lass deine Hand am Hang der Himmel ruhn
und dulde stumm, was wir dir dunkel tun. 


https://www.youtube.com/watch?v=o8Ct4QSRXLM
https://www.youtube.com/watch?v=a3mJ4k_BfAk

Breve comentario

Toda maduración del hombre pasa por un hecho fundamental: descubrir la verdad de la que estamos hechos. Cuando vamos avanzando en ese camino, muchas veces lento y penoso, descubrimos que el orden que nos constituye no es sólo una losa de la que zafarnos o una limitación de nuestra libertad, sino, al contrario, la plenitud que Dios pensó para nosotros.

Por eso Dios ha estado grande con nosotros, "es clemente y misericordioso", como recuerda el salmo de hoy. Si ante Él somos como "gusanitos" u "orugas", en nuestra pequeñez, sin embargo, con Él, cogidos de su mano, lo podremos todo con esa plenitud de la que nos hace capaces cuando le damos el sí a su voluntad. Es por ello que esta ley que Dios inscribió en nuestros corazones es "ley suavísima", como dice el poeta, que despierta en nosotros el amor que recibimos del Creador.
 
Este orden debe ser redescubierto en nosotros a la luz de la Palabra de Dios y de nuestra experiencia más íntima. Hoy como ayer en tantas ocasiones (aunque quizá como nunca con tanta virulencia, extensión y efectividad), "se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo". Lo evidente se ha vuelto turbio e invisible. Y en esa lucha contra este inigualable amor recibido de y originado en Dios, vamos madurando, como bien señala Rilke. No deja de ser doloroso que hayamos perdido la noción de lo que nos hace felices, de la verdad como experiencia vivida elemental. Pero el orden de Dios nunca deja de operar en nosotros, como tomándonos de la mano, como nos recuerda Isaías hoy («No temas, yo mismo te auxilio.»). Aunque sigamos instalados en la radical mentira de vivir la ley Dios como un baldón que nos impide ser, y su amor como una ley que nos coarta y aliena (no deja de ser significativo que este poema haya intentado ser capitalizado por el lobby gay en un video de youtube en el que se muestra una escena lésbica), Dios no nos abandona jamás, a menos que le abandonemos nosotros a Él. Y aun en tal caso, su naturaleza misericordiosa, infinita, sabe esperar a que le veamos como es, a que descubramos la verdad del orden de la creación, una verdad de infinito amor, "bosque del que jamás hemos salido/canción que hemos cantado en los silencios".

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