lunes, 11 de abril de 2016

Lecturas del día, lunes, 11 de abril. Poema "Siempre estamos de vuelta" de Jesús Tomé. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6,8-15):

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.
Indujeron a unos que asegurasen: «Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.»
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, agarraron a Esteban por sorpresa y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían: «Este individuo no para de hablar contra el templo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés.»
Todos los miembros del Sanedrín miraron a Esteban, y su rostro les pareció el de un ángel.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,23-24.26-27.29-30

R/.
Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus leyes;
tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros. R/.

Te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame tus leyes;
instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas. R/.

Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,22-29):

Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. Entretanto, unas lanchas de Tiberiades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les contestó: «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.»
Ellos le preguntaron: «Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?»
Respondió Jesús: «La obra que Dios quiere es ésta, que creáis en el que él ha enviado.»

Palabra del Señor

Poema:
Siempre estamos de vuelta de Jesús Tomé 

Siempre estamos de vuelta, y regresamos
tristes, como si nadie
nos esperara en el umbral del sueño.
 

Es destino del hombre: -caminante  
que viene de una soledad y, a solas,  
camina hacia otra soledad más grande.  

Sólo Dios nos espera. Él sólo puede 
saciar la sed de un corazón sin nadie. 

Breve comentario

Duras palabras las de Jesús, propias de quien conoce muy bien nuestra débil naturaleza: «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros.» En efecto, a nada que el Señor se aleja o no le sentimos presente, toda nuestra fe parece tambalearse como si fuera de papel. Necesitamos ser alimentados por su presencia constantemente. Su cuerpo ofrecido en sacrificio para nuestra salvación sigue siendo nuestro alimento esencial para no decaer: la Eucaristía. Sólo Dios se entrega así; sólo Él puede saciar nuestra sed de infinito, calmar el dolor y la soledad de este árido peregrinar, de esta lucha por serle fiel en medio de nuestras limitaciones y las de los demás.

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