jueves, 27 de abril de 2017

Lecturas del día, jueves, 27 de abril. Poema "Corazón" de Antonio Murciano. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,27-33):

En aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo: «¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre». Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen». Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 33,2.9.17-18.19-20

R/.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R/.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (3,31-36):

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
 
Palabra del Señor

Poema:
Corazón de Antonio Murciano
 
Abierto tengo el corazón a todo
lo que sea palabra verdadera;
hombre que llegue a mí de otra manera
lo encontrará cerrado a piedra y lodo.


Mi corazón es llano y sin recodo,
y tan por dentro humano y tan por fuera,
que aunque de ausencia y desamor muriera
no quisiera que fuera de otro modo.


Quien palabras le llueva de ternura,
quien en su tierra siembre honrado grano
comerá el pan de la amistad segura.


Que abierto está en la palma de mi mano
como una roja fruta ya madura,
pura para la boca del hermano.


Breve comentario

Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, nos dicen los apóstoles a nosotros también, dos mil años después de este memorable diálogo que recoge la Primera lectura de hoy. Por otra parte, Juan nos habla de que Dios es veraz, pues al que envió da testimonio de su Verdad. Muchas veces, en nuestra debilidad, damos crédito a aquello que no lo merece, y simultáneamente, no distinguimos el bien que se nos presenta. Distinguir el verdadero bien de las apariencias de tal puede constituirse en uno de los más arduos aprendizajes o, al contrario, el más sencillo.

La verdad del amor, la verdad de Dios es una experiencia que debe poder ser testimoniada por el hombre. Jesús es el modelo perfecto de esta actitud vital. Si Jesús dio testimonio del Padre con su vida, nosotros debemos poder testimoniar al Hijo con la nuestra. Dar testimonio es reflejar y expresar o comunicar y compartir una experiencia previa. La experiencia de Dios está para ser comunicada y compartida, para ser testimoniada. El testimonio de la verdad hace verdadero al agente que lo expresa; cuando estamos imbuídos de una vivencia, no podemos sino expresarla: hay una profunda unidad de verdad.

El problema reside en la naturaleza de nuestros testimonios. Si nuestras experiencias han sido negativas o dañinas, ése será también nuestro testimonio o el tenor de nuestras verdades. Por ello decía más arriba que poder distinguir el verdadero bien de nuestras vidas puede ser un aprendizaje sumamente sencillo o sumamente complicado, pues estará en gran medida en función de nuestras experiencias vitales y del ejemplo o los testimonios de otras personas. Y hay testimonios de odio, de rechazo, de abandono, de soledad.

Mantener la actitud del corazón que describe el poeta es la meta ideal. Ideal por perfecta, no por inalcanzable. No importa el tiempo que se emplee en llegar a semejante grado de sabiduría vital: lo importante es llegar. Lo bueno que tiene el sufrimiento es que nos hace más conscientes del tesoro que alcanzamos, cuando por nuestras particulares circunstancias hemos debido recorrer un largo y difícil trayecto. No importa; todo ese esfuerzo tendrá su recompensa: la recompensa de la verdad, del bien y de la belleza. Y ya en esta vida.

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