miércoles, 4 de octubre de 2017

Lecturas del día, miércoles, 4 de octubre. Poema "Y de repente dije: esto es la vida..." de Vicente Gaos. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del libro de Nehemías (2,1-8):

Era el mes de Nisán del año veinte del rey Artajerjes. Tenía el vino delante, y yo tomé la copa y se la serví. En su presencia no debía tener cara triste. El rey me preguntó: «¿Qué te pasa, que tienes mala cara? Tú no estás enfermo, sino triste.» Me llevé un susto, pero contesté al rey: «Viva su majestad eternamente. ¿Cómo no he de estar triste cuando la ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas, y sus puertas consumidas por el fuego?» El rey me dijo: «¿Qué es lo que pretendes?» Me encomendé al Dios del cielo y respondí: «Si a su majestad le parece bien, y si está satisfecho de su siervo, déjeme ir a Judá a reconstruir la ciudad donde están enterrados mis padres.» El rey y la reina, que estaba sentada a su lado, me preguntaron: «¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás?» Al rey le pareció bien la fecha que le indiqué y me dejó ir. Pero añadí: «Si a su majestad le parece bien, que me den cartas para los gobernadores de Transeufratina, a fin de que me faciliten el viaje hasta Judá. Y una carta dirigida a Asaf, superintendente de los bosques reales para que me suministren tablones para las puertas de la ciudadela de templo, para el muro de la ciudad y para la casa donde me instalaré.» Gracias a Dios, el rey me lo concedió todo.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 136,1-2.3.4-5.6

R/.
Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti


Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R/.

Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión.» R/.

¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R/.

Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,57-62):

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.» Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.» A otro le dijo: «Sígueme.» Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.» Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.» Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.» Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»

Palabra del Señor
 
Poema:
"Y de repente dije: esto es la vida..." de Vicente Gaos
 
Y de repente dije: Esto es la vida.
Esto y no más. Palpé su forma cierta.
La adiviné mortal. El alma, alerta,
vibró un instante toda estremecida.
 
El rojo amor con honda sacudida
-oh vida, oh viento- abrió la última puerta.
Y allá en el fondo de la estancia abierta,
brilló mi muerte entre la luz dormida.
 
Esto es la vida, dije, esto es la muerte,
ésta la tersa luz, la honda suave,
la cósmica pasión, el sueño inerte.
 
Esto eres sólo, sí. Y con paso grave
me adelanté hacia el fondo para verte,
llegué a la puerta y di vuelta a la llave.
 
Breve comentario
 
Meditar sobre el evangelio de hoy le vendría muy bien a nuestro presidente, Mariano Rajoy, paralizado ante las graves decisiones que debe tomar sin más dilación en estos momentos críticos por los que está pasando España y los españoles. A veces medir las consecuencias del acto que debemos realizar, aspirar a controlar todos sus efectos posibles, considerar el futuro como si fuera una ecuación en la que pudiéramos registrar todas sus variables de forma matemática, nos lleva a la parálisis más absoluta. El miedo en todas sus formas; el apego a los intereses más pedestres que gobiernan nuestra vida, pues esas son nuestras prioridades; la evaluación de lo que sólo puede valorarse después de haber decidido, pueden frustrar por completo una vida, y en nuestro caso incluso el destino de un país. Esperemos que si Rajoy no puede, no quiere o no sabe decidirse, el rey Felipe VI tome las riendas de una nación de la que es Jefe supremo.

Lo mismo nos ocurre en nuestro compromiso cristiano con el Señor. Si a su seguimiento y fidelidad anteponemos todo tipo de intereses, cálculos egoístas y apegos bastardos, nuestra salvación está en juego. La patria de nuestra alma morirá por no actuar en la dirección que Dios nos requiere, en la que nos exige nuestra naturaleza de hijos del Altísimo. No caben dudas, postergaciones, excusas, ni contar con apoyos de terceros para decidir lo que nos compete decidir sólo a nosotros. Nos va la vida literalmente en ello, la de la patria, la de cada uno de nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.