jueves, 26 de octubre de 2017

Lecturas del día, jueves, 26 de octubre. Poema "Así es la verdad" de Luis Eduardo Aute. Breve comentario

Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (6,19-23):

Uso un lenguaje corriente, adaptándome a vuestra debilidad, propia de hombres; quiero decir esto: si antes cedisteis vuestros miembros como esclavos a la inmoralidad y al desorden, para el desorden total, ponedlos ahora al servicio de la justicia para vuestra santificación. Cuando erais esclavos del pecado, la justicia no os gobernaba. ¿Qué frutos dabais entonces? Frutos de los que ahora os avergonzáis, porque acaban en la muerte. Ahora, en cambio, emancipados del pecado y hechos esclavos de Dios, producís frutos que llevan a la santidad y acaban en vida eterna. Porque el pecado paga con muerte, mientras que Dios regala vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 1,1-2.3.4.6

R/.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,49-53):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Así es la verdad de Luis Eduardo Aute 
 
Como una llama que aparta tinieblas
quemando las dudas en los pensamientos,
como ese río que nunca se seca,
que sigue su cauce arrastrando a las piedras,
como esa sangre que cae sin miedo,
sangre que limpia paisajes y penas,
así es la verdad.

Como esa vida que decimos nuestra
y que nos reconoce por su único dueño,
como esa vida que es causa primera
y que lucha por serlo a golpes de fuerza,
como esa vida que no quiere muertos,
como esa vida que no quiere esperas,
así es la verdad.
 
 
Breve comentario
 
Citando al poeta cantautor, "así es la verdad": fuego, división, enfrentamiento, guerra... De ello no se deduce que la verdad de Dios sea algo pernicioso para el hombre. La verdad sólo daña aquello que se fundamenta en la ausencia de ella. Daña, ataca la mentira, el error, la hipocresía, la maldad en todas sus formas posibles e imaginables. En consecuencia, la verdad en un mundo construido de espaldas a ella es un agente que provoca unas profundas alteraciones en los equilibrios de la mentira y del pecado, de la muerte, en definitiva.
 
El amor de Dios no significa ausencia de juicio, ausencia del orden de lo creado, ausencia de moral. Misericordia no supone perdón incondicional, aceptación de toda actitud, acción, deseo o pensamiento que nazca del corazón humano por el mero hecho de que ese sea su origen, ni es sentimentalismo, ternurismo infantiloide. El corazón humano puede ser la realidad más sublime de la Creación cuando es reflejo del corazón de Dios; pero también puede ser el pozo de miseria más negro e insondable cuando se erige y se sostiene en las múltiples formas de la muerte del alma. Ante un corazón así, y para salvarlo de la condenación eterna, es decir, por pura misericordia divina, la verdad ha de abrirse paso como espada flamígera, sin contemplaciones, sin falsas piedades, quemando, dividiendo, enfrentando, pues al mal, que por su naturaleza se resiste al bien con toda la fuerza de la que es capaz, necesita ser doblegado. Y esto es un ejercicio de amor.
 
El amor de Dios no conoce, no posee ninguno de los pecados morales y espirituales que nos caracterizan. Dios no es vengativo, no es rencoroso, no envidia, no miente. Su fuerza nace de su naturaleza amorosa, de lo que es, Amor. Y porque lo es, porque ama, combate nuestro mal para salvarnos. Así es la verdad.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.