miércoles, 10 de mayo de 2017

Lecturas del día, miércoles, 10 de mayo. Poema "En el amor que crece" de Doiraje

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (12,24–13,5):

En aquellos días, la palabra de Dios iba creciendo y se multiplicaba. Cuando cumplieron su servicio, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan, por sobrenombre Marcos. En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Níger; Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado». Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre. Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 66,2-3.5.6.8

R/.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben


Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (12,44-50):

En aquel tiempo, Jesús gritó diciendo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».

Palabra del Señor

Poema:
En el amor que crece de Doiraje 

"He aquí que llega la hora, y ya es llegada,
 en que os dispersaréis cada uno por su lado
 y a mí me dejaréis solo; pero yo no estoy solo,
porque el Padre está conmigo."
(Jn 16,32)


Por ti, padre, en el amor que crece,
todos los nombres y las fechas;
todos los árboles verdes y todos los niños
que aman sin saber a quien les mira;
todas las palabras buenas, los actos humildes
y todo el dolor de cada hombre; toda
la soledad, la vida y la muerte; todos
los tremores del alma y todos los silencios...
me hablan de ti.

Viven tus besos en la piel de mi alma;
tu mano viril sostiene la mía
entregada;
no puedo mirar sino con tu mirada,
y el modo en que me duelen las asechanzas,
recuerda tu silencio y tu soledad intacta.
Veo lo que tú viste, y con ojos verdes de vida
me doy, como te dabas,
a los que aman;
y en las noches de mi amor no soy
yo solo quien abraza.
                                  Me lates en un alba
de dolor y de vida; venció la vida
con hermosas alas blancas,
y el dolor que quedó ha lavado
idénticas heridas, tuyas, mías:
el mismo gesto en esquivar la sangre,
el mismo quejido y las mismas puñaladas.
...En los mares sin luna, de naufragio, sin playa,
me diste tu fuerza y tu nobleza y tu raza.

Ya en Dios vives la vida de tu maravilla,
y es ahora, con ternura, quedamente,
que con Dios vas cada mañana
abriéndome las puertas del alma.

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