lunes, 20 de junio de 2016

Lecturas del día, lunes, 20 de junio. Poema "Muerte" de Federico García Lorca. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (17,5-8.13-15a.18):

En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años. El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media. Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos.
El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: «Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas.»
Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo. El Señor se irritó tanto contra Israel que los arrojó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 59,3.4-5.12-13

R/.
Que tu mano salvadora, Señor, nos responda

Oh Dios, nos rechazaste
y rompiste nuestras filas;
estabas airado,
pero restáuranos. R/.

Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo. R/.

Tú, oh Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,1-5):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Muerte de Federico García Lorca 
 
¡Qué esfuerzo!
¡Qué esfuerzo del caballo por ser perro!
¡Qué esfuerzo del perro por ser golondrina!
¡Qué esfuerzo de la golondrina por ser abeja!
¡Qué esfuerzo de la abeja por ser caballo!
Y el caballo,
¡qué flecha aguda exprime de la rosa!,
¡qué rosa gris levanta de su belfo!
Y la rosa,
¡qué rebaño de luces y alaridos
ata en el vivo azúcar de su tronco!
Y el azúcar,
¡qué puñalitos sueña en su vigilia!
Y los puñales,
¡qué luna sin establos, qué desnudos!,
piel eterna y rubor, andan buscando.
Y yo, por los aleros,
¡qué serafín de llamas busco y soy!
Pero el arco de yeso,
¡qué grande, qué invisible, qué diminuto!,
sin esfuerzo.
 
Breve comentario
 
La hipocresía quizá sea una de las formas más insidiosas de la mentira. Y en tanto que mentira, un modo de destrucción de nuestro espíritu, un tipo de muerte. Es más grave si cabe cuando el hipócrita desempeña un papel de referente, de autoridad, de liderazgo sobre otros. Como no hay quien no tenga algo en el ojo, sea mota o viga, debemos partir siempre de nuestra insuficiencia para dirigirnos a los demás. Esto no quiere decir que no se puede ejercer una sana dirección o una autoridad legítima porque seamos imperfectos. Si así fuera, no habría pastor alguno en la Iglesia, ni tampoco en la sociedad civil juez, maestro, gobernante o policía. No se trata de ser perfectos para ser irreprochables. Perfecto sólo es Dios, y la Virgen María en su obediencia. Se trata de que no perdamos de vista nuestras limitaciones para no envanecernos frente al otro. 
 
Si se ha de juzgar al otro, primero juzguémonos. Sólo se aprende a observar la realidad cuando antes se ha aprendido a observarse a sí mismo. Así nos vamos conociendo. Como comentaba un viejo profesor de mi especialidad, un criterio de salud mental que nunca debe estar ausente es aquel que define la capacidad de la persona para distinguir qué entornos y experiencias le convienen y cuáles no. Quien no tenga claro esto, está muy mal. Primero he de saber quién soy para saber quiénes son los demás. Y aunque este conocimiento se alcanza en la relación con ellos, con nuestro entorno, siempre es en nosotros donde comienza ese proceso de adquisición de una identidad individual. La interrelación nunca disuelve la entidad individual.
 
Esto tiene su importancia, pues si buena parte de lo que somos procede de las experiencias que hemos vivido con personas afectivamente significativas en momentos iniciales o tempranos de nuestra vida (no necesariamente sólo la infancia), esto apunta al peso que tienen en la formación de la personalidad de cada uno los juicios externos. Doy fe que recuperar a una persona adulta de juicios perniciosos en su etapa de formación es algo verdaderamente duro y costoso, tanto en tiempo como en dolor psíquico (también en lo económico). Mucho cuidado, pues, con nuestros juicios, con la hipocresía y los dobles lenguajes. Como digo, es una de las formas más insidiosas de la mentira y de destrucción del otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.