sábado, 6 de febrero de 2016

Lecturas del día, sábado, 6 de febrero. Poema "Tú, lo grande, anda, descansa..." de Juan Ramón Jiménez. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (3,4-15):

En aquellos días, Salomón fue a Gabaón a ofrecer allí sacrificios, pues allí estaba la ermita principal. En aquel altar ofreció Salomón mil holocaustos.
En Gabaón el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras.»
Respondió Salomón: «Tú le hiciste una gran promesa a tu siervo, mi padre David, porque caminó en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón; y le has cumplido esa gran promesa, dándole un hijo que se siente en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama, mayores que las de rey alguno.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,9.10.11.12.13.14

R/.
Enséñame, Señor, tus leyes

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras. R/.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe
de tus mandamientos. R/.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R/.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. R/.

Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca. R/.

Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra del Señor
 
Poema:
"Tú, lo grande, anda, descansa..." de Juan Ramón Jiménez 
 
Tú, lo grande, anda, descansa
en honor de lo pequeño;
que su mundo está en su hora
y tu hora es el universo
.
 
Breve comentario
 
La primera lectura y el evangelio giran sobre dos valores fundamentales, que son respectivamente: saber pedir y saber atender al otro. Gracias a que Salomón supo pedir lo que realmente le convenía (lo que conviene en verdad a todo hombre), le colmó de dones. Y aquí la primera reflexión: qué difícil es para nosotros saber pedir.
 
Por otro lado, darse al hermano no es una cuestión que pueda medirse con horarios o con dinero; ni siquiera con el propio cansancio: es una tarea sin límites. Donde haya una necesidad de ayuda, debemos estar ahí. Por supuesto, no todos los que buscaban a Cristo lo hacían con la misma intención ni por los mismos motivos. Cada uno busca según como es. Y también desde el mal se puede buscar al otro (¡ya lo creo!). Como en este pasaje no se hace esta distinción, sino que se subraya el hecho de que simplemente le buscaban para estar con Él, pues "andaban como ovejas sin pastor", no maticemos su necesidad. Que el buen pastor no puede siquiera descansar "en honor de lo pequeño", es parte de su función a la cual no puede renunciar.

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