jueves, 4 de febrero de 2016

Lecturas del día, jueves, 4 de febrero. Poema "Otra vez" de José García Nieto. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (2,1-4.10-12):

Estando ya próximo a morir, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón: «Yo emprendo el viaje de todos. ¡Ánimo, sé un hombre! Guarda las consignas del Señor, tu Dios, caminando por sus sendas, guardando sus preceptos, mandatos, decretos y normas, como están escritos en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todas tus empresas, dondequiera que vayas; para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: "Si tus hijos saben comportarse, caminando sinceramente en mi presencia, con todo el corazón y con toda el alma, no te faltará un descendiente en el trono de Israel."»
David fue a reunirse con sus antepasados y lo enterraron en la Ciudad de David. Reinó en Israel cuarenta años: siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Salomón le sucedió en el trono, y su reino se consolidó.

Palabra de Dios

Salmo

1Cro 29,10.11ab.11d-12a.12bcd

R/.
Tú eres Señor del universo

Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R/.

Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.

Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R/.

Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor
 
Poema:
Otra vez de José García Nieto
 
Otra vez -te conozco- me has llamado.
Y no es la hora, no; pero me avisas;  
de nuevo traen tus celestiales brisas 
claros mensajes al acantilado 
 
del corazón que, sordo a tu cuidado,
fortalezas de tierra eleva, en prisas   
de la sangre se mueve, en indecisas
torres, arenas, se recrea, alzado.
 
Y Tú llamas y llamas, y me hieres,
y te pregunto aún, Señor, qué quieres,
qué alto vienes a dar a mi jornada.
 
Perdóname si no te tengo dentro,
si no sé amar nuestro mortal encuentro,
si no estoy preparado a tu llegada.
 
Breve comentario 
 
El Señor envía a sus discípulos. Previamente los había llamado. Dos mil años después nos sigue llamando para enviarnos por el mundo. ¿Y cómo nos encuentra? ¿Acudimos a su llamada? ¿Nos enteramos siquiera que nos llama? ¿Y qué le respondemos? Estas son preguntas que debe responder cada uno de forma íntima. Y es cada uno quien debe hallar cuál es el modo mejor para servir al Señor. No todos podemos ni valemos para ser misioneros o profesores de teología o párrocos. No todos nos vemos participando en los programas pastorales del obispo, y eso no nos hace ni menos católicos ni menos obedientes a su autoridad.
 
Todo va unido: sentir su llamada, saber cómo la recibo, en qué estado espiritual y moral me hallo, y determinar el mejor modo de responder a su requerimiento. Lo mismo que hace dos mil años. A veces, las llamadas serán heridas, como para el poeta; nos pillarán por sorpresa; nos resultarán inconvenientes o incómodas... Pero ojalá que nunca reaccionemos de forma que Él deba sacudirse el polvo de sus pies porque no lo recibimos. Pues aunque somos nosotros quienes peregrinamos en este mundo, es Él quien peregrina en nuestras almas. 

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