sábado, 28 de noviembre de 2015

Lecturas del día, sábado, 28 de noviembre, Poema "Cuanto puedas" de Konstantino Kavafis. Breve comentario

Lectura de la profecía de Daniel (7,15-27):

Yo, Daniel, me sentía agitado por dentro, y me turbaban las visiones de mi fantasía. Me acerqué a uno de los que estaban allí en pie y le pedí que me explicase todo aquello.
Él me contestó, explicándome el sentido de la visión: «Esas cuatro fieras gigantescas representan cuatro reinos que surgirán en el mundo. Pero los santos del Altísimo recibirán el Reino y lo poseerán por los siglos de los siglos.»
Yo quise saber lo que significaba la cuarta fiera, diversa de las demás; la fiera terrible, con dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y trituraba y pateaba las sobras con las pezuñas; lo que significaban los diez cuernos de su cabeza, y el otro cuerno que le salía y eliminaba a otros tres, que tenía ojos y una boca que profería insolencias, y era más grande que los otros. Mientras yo seguía mirando, aquel cuerno luchó contra los santos y los derrotó. Hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo, y empezó el imperio de los santos.
Después me dijo: «La cuarta bestia es un cuarto reino que habrá en la tierra, diverso de todos los demás; devorará toda la tierra, la trillará y triturará. Sus diez cuernos son diez reyes que habrá en aquel reino; después vendrá otro, diverso de los precedentes, que destronará a tres reyes; blasfemará contra el Altísimo e intentará aniquilar a los santos y cambiar el calendario y la ley. Dejarán en su poder a los santos durante un año y otro año y otro año y medio. Pero, cuando se siente el tribunal para juzgar, le quitará el poder, y será destruido y aniquilado totalmente. El poder real y el dominio sobre todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos los soberanos.

Palabra de Dios

Salmo

Dn 3,82.83.84.85.86.87

R/.
Ensalzadlo con himnos por los siglos

Hijos de los hombres,
bendecid al Señor. R/.

Bendiga Israel al Señor. R/.

Sacerdotes del Señor,
bendecid al Señor. R/.

Siervos del Señor,
bendecid al Señor. R/.

Almas y espíritus justos,
bendecid al Señor. R/.

Santos y humildes de corazón,
bendecid al Señor. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,34-36):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Cuanto puedas de Konstantino Kavafis
 
Si imposible es hacer tu vida como quieres,
por lo menos esfuérzate
cuanto puedas en esto: no la envilezcas nunca
en contacto excesivo con el mundo,
con una excesiva frivolidad.
 
No la envilezcas
en el tráfago inútil
o en el necio vacío
de la estupidez cotidiana,
y al cabo te resulte un huésped inoportuno.
 
ΟΣΟ ΜΠΟΡΕΙΣ
 
Κι αν δεν μπορείς να κάμεις την ζωή σου όπως την θέλεις,
τούτο προσπάθησε τουλάχιστον
όσο μπορείς: μην την εξευτελίζεις
μες στην πολλή συνάφεια του κόσμου
μες στες πολλές κινήσεις κι ομιλίες.

Μην την εξευτελίζεις πηαίνοντάς την,
γυρίζοντας συχνά κ’εκθέτοντάς την
στων σχέσεων και των συναναστροφών
την καθημερινή ανοησία,
ώς πού νά γίνει σά μιά ξένη φορτική.
 
 
Breve comentario
 
Es revelador que un poema como éste haya sido escrito por un poeta como Kavafis. Kavafis fue el gran cantor de las voluptuosidades carnales a las que se entregó con orgullo y complacencia, como él mismo reconoce en sus versos. A su homosexualidad promiscua aunaba una personalidad distante, solitaria. La entrega a la sensualidad muchas veces hace creer o parecer que tal persona posee una vitalidad exuberante. La verdad suele ser muy otra. Kavafis, el gran vividor, nos señala sin embargo que no envilezcamos nuestros días "con una excesiva frivolidad". Se dirá que tal vez él no considerara su sensualidad de ese modo, sino como fuente de una belleza que adoptaba la forma de los cuerpos que amaba. Muchos de sus poemas confirman esta evidencia, pero también hay otros poemas que revelan un profundo fracaso interior. El mismo año en que compone el poema copiado más arriba, escribe este otro, Rareza, sincero y casi despiadado autorretrato:

Es un viejo. Vencido, fatigado,
roto por la edad y los excesos, 
que arrastrando sus pasos atraviesa la calle.
A su casa regresa para esconder allí
su vejez y su miseria, y piensa
en todo lo que aún comparte con él la juventud.
Los jóvenes dicen ahora sus versos.
Sus visiones encienden esos ojos.
Sus cuerpos armoniosos y prietos,
su espíritu, su voluptuosa carne,
aún se conmueven con la expresión que él diera a la belleza.
 
El poeta tenía cincuenta años y aún viviría veinte más. Suele ser común que nos apercibamos de nuestros errores o debilidades una vez que caemos en ellos. Pasados los años, y repetidas nuestras caídas, las que sean, llegamos a la evidencia de nuestras derrotas íntimas. Por esto comienza su poema con este verso que expresa humildad y un profundo conocimiento de nuestra vulnerabilidad: "Si imposible es hacer tu vida como quieres", al menos no seas excesivo en tu deriva hasta el punto de que tu vida se convierta en algo extraño para ti ("huésped inoportuno").
 
El final de los tiempos que se anuncia en este final del ciclo litúrgico con las rotundas palabras de Jesús, remiten también al final de la vida de cada uno: no nos embotemos con las cosas de este mundo (vicio, agobios...). Cada uno de nosotros tiene su tiempo que vivir, su misión que cumplir, la belleza que realizar, que descubrir, que compartir. Aun cayendo en sus excesos, Kavafis, como gran poeta, supo reflejar la belleza que esconde el deseo sensual. Y ese es su único consuelo, la capacidad de emocionar desde esa belleza puesta a la luz por su palabra. Pero incluso la belleza más sensual no halla su plenitud en el mero deseo o en el ejercicio de una sexualidad fruto de esa fascinación, sino en la capacidad de darse la persona en su integridad, en cuerpo y alma, en vida y fidelidad, en compromiso y promesa de futuro. Lo contrario, es mutilar esa indudable belleza creada por Dios para nuestro goce y plenitud. Kavafis, incapaz de esa plenitud, nos aconseja al final de su camino, cuanto puedas evita perderte.

Así, lo que parecía liberador resulta empobrecedor, lo que parecía sugestivo deviene vacío, lo que parecía plenitud acaba en frustración y engaño, lo que parecía apertura concluye en soledad. Esta es la "excesiva frivolidad" de la que nos advierte este inteligente, amable y elegante libertino de Alejandría. Este no debe ser nuestro final: "Estemos despiertos" a la belleza que alienta en nosotros, que es un don que no nos pertenece, y a la que está por venir. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.