sábado, 23 de enero de 2016

Lecturas del día, sábado, 23 de enero. Poema "Salmo desesperado" de Carlos Bousoño. Breve comentario

Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel (1,1-4.11-12.19.23-27):

En aquellos días, al volver de su victoria sobre los amalecitas, David se detuvo dos días en Sicelag.
Al tercer día de la muerte de Saúl, llegó uno del ejército con la ropa hecha jirones y polvo en la cabeza; cuando llegó, cayó en tierra, postrándose ante David.
David le preguntó: «¿De dónde vienes?»
Respondió: «Me he escapado del campamento israelita.»
David dijo: «¿Qué ha ocurrido? Cuéntame.»
Él respondió: «Pues que la tropa ha huido de la batalla, y ha habido muchas bajas entre la tropa y muchos muertos, y hasta han muerto Saúl y su hijo Jonatán.»
Entonces David agarró sus vestiduras y las rasgó, y sus acompañantes hicieron lo mismo. Hicieron duelo, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor, por la casa de Israel, porque habían muerto a espada.
Y dijo David: «¡Ay, la flor de Israel, herida en tus alturas! ¡Cómo cayeron los valientes! Saúl y Jonatán, mis amigos queridos, ni vida ni muerte los pudo separar; más ágiles que águilas, más bravos que leones. Muchachas de Israel, llorad por Saúl, que os vestía de púrpura y de joyas, que enjoyaba con oro vuestros vestidos. ¡Cómo cayeron los valientes en medio del combate! ¡Jonatán, herido en tus alturas! ¡Cómo sufro por ti, Jonatán, hermano mío!
¡Ay, cómo te quería! Tu amor era para mí más maravilloso que el amor de mujeres. ¡Cómo cayeron los valientes, los rayos de la guerra perecieron!»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 79,2-3.5-7

R/.
Que brille tu rostro, Señor, y nos salve

Pastor de Israel, escucha,
tú que guias a José como a un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraín, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica? R/.

Les diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las contiendas de nuestros vecinos
nuestros enemigos se burlan de nosotros. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,20-21):

En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discipulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.

Palabra del Señor
 
Poema:
Salmo desesperado de Carlos Bousoño
 
Como el león llama a su hembra, y cálido
al aire da su ardiente dentellada,
yo te llamo, Señor. Ven a mis dientes
como una dura fruta amarga.
 
Mírame aquí sin paz y sin consuelo.
Ven a mi boca seca y apagada.
He devorado el árbol de la tierra
con estos labios que te aman.

Venga tu boca como luz hambrienta,
como una sima donde un sol estalla.
Venga tu boca de dureza y dientes
contra esta boca que me abrasa.

Tengo amargura, y brillo como fiera
de amor espesa y de desesperanza.
Soy animal sin luz y sin camino
y voy llamándola y buscándola.

Voy oliendo las piedras y las hierbas,
voy oliendo los troncos y las ramas.
Voy ebrio, mi Señor, buscando el agrio
olor que dejas donde pasas.

Dime la cueva donde te alojaste,
donde tu olor silvestre allí dejaras.
Queriendo olerte, Dios, desesperado
voy por los valles y montañas.
 
 
Breve comentario
 
El breve pasaje de Marcos incide en un hecho: la muchedumbre sigue a Jesús. Entre esa multitud habría de todo, desde gente desesperada, como la que refleja Bousoño en su "Salmo", hasta gente ociosa o simplemente curiosa. Hay muchas formas de seguir a Cristo o de sentir su llamada. La más auténtica es aquella que se origina en la necesidad. Ciertamente, si no hay necesidad de Dios o, mejor dicho, conciencia de estar necesitado de Él, no puede haber verdadero seguimiento. Que sintamos esa necesidad trascendente, sin la cual jamás le encontraremos. 

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