lunes, 9 de mayo de 2016

Lecturas del día, lunes, 9 de mayo. Poema "Mi corazón en el Señor" de Jaime de Kerexeta. Breve comentario


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (19,1-8):

Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso. Allí encontró unos discípulos y les preguntó: «¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?»
Contestaron: «Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo.»
Pablo les volvió a preguntar: «Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?»
Respondieron: «El bautismo de Juan.»
Pablo les dijo: «El bautismo de Juan era signo de conversión, y él decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después, es decir, en Jesús.»
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres. Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses habló en público del reino de Dios, tratando de persuadirlos.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 67,2-3.4-5ac.6-7ab

R/.
Reyes de la tierra, cantad a Dios

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;
como el humo se disipa, se disipan ellos;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios. R/.

En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría. Cantad a Dios,
tocad en su honor, su nombre es el Señor. R/.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,29-33):

En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.»
Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Mi corazón en el Señor de Jaime de Kerexeta
 
Entreabierta, dudando, 
la puerta de mi corazón; 
el viento no le quiere dar
la paz que necesita.

El viento cierra y abre a su placer
esta pobre puerta:
se halla medio deshecha a bandazos,
casi se la ha arrancado la Muerte.

Ando en larga pelea,
arrecia fuerte el enemigo,
mi fuerza vital está anonadada,
voy cosido de heridas.

Me encuentro completamente solo,
ahora no tengo compañero alguno:
todos se han alejado de mí,
a no ser los enemigos.

"Y ¿qué hacer?", me dice la mente.
Mi corazón duda.
Ciérrele yo la puerta,
concéntreme en mi interior.

¡Enmudece, viento!; vete lejos de mí,
has cumplido tu trabajo;
en esta mi soledad
ya poseo lo que necesito.

El que eres Trino y Uno,
Tú eres mi Amor,
Resurrección, Luz, Vida,
el verdadero Tesoro.

En Ti espero, Dios mío;
Tú eres mi protector:
teniéndote a Ti por cobijo,
¡yo soy siempre el triunfador!

Biotza Jaunagan

Itxirristuan, eztabaidan,
biotzeko atea;
aizeak ez dautso emon nai
bear dauan bakea.

Zabaldu ta itxi aizeak
nire ate gaiso au:
zartadaka erdi-etenda,
ia Erio'k jo dau.

Burruka luzea darabilt,
gogor arerioa,
kemena guztiz kikilduta,
zauriz josita noa.

Bakar-bakarrik aurkitzen naz,
orain ez dot lagunik:
iges egin dauste guztiak
etsaiak izan ezik.

"Ta, Zer egin?", diraust buruak.
Biotza eztabaidan.
Itxi dagiodan atea,
sar nadin nire baitan.

Ixi, aize!, urrun zakidaz,
amaitu dozu lana;
nire bakartade onetan
ba-dot bear dodana.

Irutan Bakar zaran Ori,
Zeu zaitut Maitasuna,
Biztuera, Argi, Bizia,
benetako Ondasuna.

Zeugan dot, Jainko, uste ona,
Zeu zaitut laguntzaille;
nire aterpe Zeu izanik,
neu naz beti garaille! 

Breve comentario

En cierto momento de mi vida, al inicio de mi conversión, hará unos 23 o 24 años, me apoyé en este pasaje del evangelio como un náufrago a una tabla. Eran momentos realmente duros, pero a la vez ilusionantes, de descubrimientos, de esperanza, de renacimiento. Lo que hoy soy como persona se fraguó en aquellos días difíciles. De entonces para acá he entendido alguna cosa, he interiorizado alguna otra; pero sin la certeza, la convicción de fe de la presencia del Señor en mi vida, no hubiera podido afrontar todos los desafíos de aquel tiempo.

Con Él no hay nada que temer; por muchas angustias que suframos, por muchas heridas que vuelvan a sangrar: Él realmente venció al mundo. Su victoria, que no cesa de producirse en cada corazón que se abre a su acción, hizo que yo pudiera salir del agujero donde me hallaba, una fosa ciertamente profunda. Una mano amiga me ayudó, la que me devolvió la fe que había perdido (o que apenas tuve) en mi juventud. El Señor me puso en mi vida a este intermediario de su gracia; y por medio de él, me indicó (pues no hubo tiempo para más, dado que el Señor lo llamó a su presencia poco después -que Dios lo tenga en su gloria-) el camino de la salvación. Y lo fui recorriendo de un modo nada sencillo, pero ya nunca más solo. Sin la victoria del Señor yo no estaría aquí. Así de simple y así de rotunda es la verdad. De aquellos años este poema:

HALLAZGO

¡Qué misterio es éste de la vida!
Parece que no ha pasado nada y tanto
ha pasado en nosotros...
¿Qué creció, qué se fue?...

Nace el día, y entra el sol
en nuestra habitación desnuda;
y parece que no tiene importancia,
que nada ocurre.
Nos besamos, y me miras enamorada;
y te miro con la vergüenza de ser tan feliz
de un modo desconocido y cotidiano.

¿Qué misterio es éste del dolor y de la plenitud?
En la soledad y la muerte, la lucha
de esperanza y silencio,
inefablemente,
nos dona el paraíso de luz
que entra en nuestra alma.

Pero ¿cómo?, ¿por dónde asomó la nieve
en el infierno?
¿Qué estrella es ésta que alumbra al mundo
como si no pasara nada?
¿Cómo es posible que la Verdad
tome la forma de un desayuno?
(Me haces las tostadas, te paso el zumo:
el sentido de la vida en un darse juntos).
Guardar los altos ideales, mirar al infinito,
formarse en los valores de la más justa moral,
pensar, reflexionar, concluir, demostrar,
y sentir lo inmensurable cuando tiendes la ropa,
cuando bajo a por el pan...
                                             ¡Cómo el misterio se viste
de galas tan humildes!
La Belleza, la Bondad, la Beatitud, Dios
en unas zapatillas de felpa.

Todo es inmenso y pleno cuando abrimos, por fin, el alma.
 

Siempre amamos, y el amor
es la historia de un hallazgo.
Luz con dolor, dolor con amor;
...y seguir amando:
Vida.

Todo debe ocurrir.


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...Y sigo caminando.

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