miércoles, 20 de septiembre de 2017

Lecturas del día, miércoles, 20 de septiembre. Poema "Accidente" de Vladimir Holan. Breve comentario

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,14-16):

Aunque espero ir a verte pronto, te escribo esto por si me retraso; quiero que sepas cómo hay que conducirse en la casa de Dios, es decir, en la asamblea de Dios vivo, columna y base de la verdad. Sin discusión, grande es el misterio que veneramos: Manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, predicado a los paganos, creído en el mundo, llevado a la gloria.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 110,1-2.3-4.5-6

R/.
Grandes son las obras del Señor

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R/.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R/.

Él da alimento, a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,31-35):

En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: "Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis." Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: "Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores." Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón.»

Palabra del Señor
 
Poema:
Accidente de Vladimir Holan
 
En la niebla, y como si tuviera allí su asiento, hay un bosque de [pinos.
Más descubierto y por lo tanto más cerca
y como a merced de todos, un bosquecillo de hayas.
En lo alto, por encima de bosque y bosquecillo
hay nubes sin pájaros.
Abajo, por el celoso prado
se tambalea un hombre, un hombre alado...
El error se paga.
 
Breve comentario
 
No hay nada que más facilite la aceptación social que ser como todo el mundo, entendiendo por tal la asunción de las creencias, dogmas o prejuicios sociales y culturales vigentes en la comunidad. Si eres como los demás, o al menos lo aparentas, y actúas en correspondencia, no suelen existir mayores problemas. Todos los que, por unas u otras razones, no se hallaban en esa situación, y por lo mismo destacaban para los demás, no han solido tener unas vidas fáciles; con Holan podríamos decir que son un "error" que acaban pagando, y pagando muy caro. El Señor, como a Juan el Bautista, debía parecerle a los judíos cuando menos algo excéntrico, bizarro, anómalo. A medida que Aquel se fue mostrando, el juicio de éstos fue endureciéndose hasta el punto de desearle y provocarle la muerte.

Sin embargo, el error eran los "normales", los judíos que creían interpretar adecuadamente las Escrituras, cuando, en verdad, lo ignoraban todo de ellas. No hay mayor ignorancia que la de aquel que, después de haberlo leído todo, no ha entendido nada. Seguir a Cristo hoy vuelve a ser un profundo "error" para estos tiempos. Volvemos a pagar el accidente de ser hombres deformes, como el alado de Holan, si bien la deformidad está en aquellos que se alejan de la verdad que nos constituye, aunque este alejamiento sea la norma de universal aceptación. El accidente no es lo que rechaza la norma vigente, sino aquello que se aleja de la verdad, con independencia de que a ésta, en tiempos aciagos como los nuestros, no la siga apenas nadie. La aceptación que nos importa no es la de los hombres errados, sino la del Señor que nos sostiene en medio de esta noche. Esas son nuestras alas, escándalo para quienes no las tienen. 

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