viernes, 18 de septiembre de 2015

Breve comentario sobre el sentido del blog

Sólo de pasada quisiera comentar brevemente el sentido de este blog y mis intenciones al abrirlo, dado que percibo cierto riesgo de malinterpretación, sobre todo entre la parroquia católica.

El hecho de poner juntos las lecturas litúrgicas con poemas de autores no necesariamente religiosos (pues no quedan excluidos los poetas creyentes), no tiene la intención de contraponerlos o buscar que se contrarresten entre sí. En absoluto. Como dije en la presentación, soy católico con todas sus consecuencias. La Palabra de Dios es la Palabra de Dios, nada menos. Y la palabra de estos excelentes poetas son la palabra de unos hombres, nada más. Por ello, antecede la Sagrada Escritura a los poemas, como indicación del orden de prelación que poseen ante cualquier otro escrito.

La idea de ponerlos juntos y unirlos bajo un mismo título, "Lecturas del día", más allá del hecho estrictamente objetivo de que lo son (lecturas de un día), quiere significar la idea de que entren en diálogo, de que el hombre que no cree, que duda, que se siente infeliz, vacío, aislado, o que vive la presencia de Dios de un modo conflictivo o problemático, pueda acercarse a la certeza de la revelación desde la comprensión de quien sabe, cree, confía y espera. Porque yo estuve entre los últimos (aun sin el talento de ellos, sí vitalmente), quiero poderles acercar a lo primero a quienes se sientan así, pues yo accedí a ellos a través de mi dolor, que fue antes el suyo y al que describieron de modo excelso. Hoy puedo sentir mucho desconsuelo, angustia, soledad, pero ya sé que existe una esperanza y una verdad, aunque sólo pueda acceder a ella circunstancialmente. Por ello, todos estos genuinos hombres que fueron poetas cumplen con un requisito fundamental que aquí se comparte: que son hombres que buscaron, aunque muchos de ellos no hallaran lo que les hubiera colmado.

Y qué mejor modo de lograr ese acercamiento que desde la belleza de quien busca de corazón, no tachándola de inadecuada o incompetente, sino aceptándola como la fuerza humana que nos puede abrir al misterio de la verdad. Como veremos en las lecturas litúrgicas de hoy, S. Pablo dice palabras durísimas con respecto a aquellos que están alejados de Dios. Sin poner en duda la certeza de las mismas, hay que entender que son palabras dirigidas en un contexto de guerra, por así decir. A un soldado que está en primera línea de fuego, defendiendo desesperadamente una posición o intentando ganar otra, no nos podemos dirigir con cantos nostálgicos o con inquietudes existenciales: debemos estimularlo al máximo para la lucha. Adoptar un sentido literal de esas afirmaciones paulinas, supone una falta total de entendimiento de lo que supone evangelizar y comprender la situación del otro. Hoy sólo se puede evangelizar dialogando. Y para dialogar hay que asumir como punto de partida lo que el otro nos trae, sin cribas, sin críticas, sin descalificaciones, sin miradas por encima del hombro.

Vayan estas breves aclaraciones para sosegar ánimos, sobre todo para aquellos que están dentro, que los de fuera, creo, no las necesitaban.

Y ahora las lecturas del día, las de Él y las nuestras.

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